☆; 18

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– Si abuela, solo iré a mi casa y estaré ahí. –

– ¿No querrás decir una fiesta? Hoy es 4 del mes Julio. – contestó la abuelita del británico.

– No lo sé, ya sabes como es Karl. – y cargó en brazos a Destructor.

– Cuida bien a la abuela mientras no estoy. – y le dió un beso en su pequeña cabecita, lo que fue correspondido con una pequeña lamida en su mejilla.

– En fin, ya me voy abue. Cualquier cosa sabes estaré pasando por aquí. – dejó su chaparro perruno y se dirigió hacia la puerta principal.

– Saludame a todos, en especial a Pav. Quiero volver hablar con el novio de mi hermoso nieto. – esto hizo sonreír al más alto ante las palabras de la adulta mayor, sintió su corazón cálido y a la vez su rostro calentarse al pensar en su lindo cachorrito.

Pero ese pensamiento se esfumó al abrir la puerta y ver a un hombre alto, casi de la misma altura que Hobie.

Aquel hombre se quitó sus lentes de sol, revelando sus ojos oscuros.

Hobie tragó saliva muy pesadamente.

– ¿Tío? –

– Hobie, cuanto tiempo sin verte. – cambió su semblante oscuro a una sonrisa de oreja a oreja y sin esperar alguna confirmación de su sobrino lo abrazo.

Por supuesto ese abrazo no fue correspondido.

– ¿Quién es queri-... – la señora no pudo terminar la pregunta al ver a uno de sus hijos de pie en la puerta de su casa.

– Mamá, cuanto tiempo. – se separó del menor para ir hacia su madre, Hobie estaba en shock.

– ¿Qué haces aquí? – habló fríamente la mujer hacia el contrario.

– Vine a verlos, hace mucho no los... – otra interrupción.

– ¿Ah sí? ¿Das la cara cuando Hobart ya está muerto? – Hobie le dió la vuelta a su tío de una manera agresiva, ahora ambos se veían cara a cara.

No respondió el mayor.

Y el teléfono empezó a sonar.

A sonar y a sonar pero nadie respondía.

Quien diría que ese teléfono seguiría sonando con insistencia pero nadie estaba dispuesto a contestar.

¿Un grave error no responder a una llamada telefónica? Pues al parecer es una emergencia pero eso, a los ingleses de esa casa no les importaba, eran oídos sordos ahora.

Dejó de escucharse el timbre.

– Si me dejaran explicarles lo que ocurrió podrían entender el porque... –

– ¡NO! ¡NO QUEREMOS SABER! – gritó un británico bastante furioso.

La señora no decía nada, tan solo aguantaba sus lágrimas.

– Vete de aquí, solo eres una desgracia para la familia. – Hobie miró fríamente a su tío.

Mientras que el contrario no tenía palabras, no expresaba realmente nada.

– Tal vez les interesaría regresar a Inglaterra. – habló en seco, esto hizo estallar al punketo.

– ¡No nos interesa! Por favor desaparece de nuestras vidas como... – el teléfono volvió a sonar.

Hobie se acercó a pasos pesados hacia el teléfono.

– ¿Pero quién mierda es? – molestó contestó el teléfono.

I feel you : ChaipunkWhere stories live. Discover now