Capítulo X

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Estaba cegado. Sentia un manojo de emociones que le era imposible controlar.
En un segundo no podía comprender cómo su propio hijo lo estaba engañando en sus narices; cómo él y su esposa se estaban burlando de él.
No pudo contener tanta decepción, tanta ira, que como pudo se deshizo de tal prenda mezclandola con otras, para luego sentarse en la cama con una insoportable opresión en el pecho. Un intenso dolor lo sorprendió y sin dar tiempo a nada, cayó desvanecido sobre la cama.

Una hora después se despertaba en el cuarto de la clínica. Creyó estar en medio de una pesadilla cuando a los pocos minutos de haber abierto los ojos comenzaron a asaltarlo imágenes y recuerdos de lo sucedido anteriormente.

Mientras, en la sala de espera Inés se encontraba sentada en una de las sillas al tiempo que Victoriano caminaba de un lado a otro.

La morena apoyo su mano en la frente dejándola caer por lo que viendo su preocupación, él se sentó a su lado.

Vic: Va a estar bien...

I: Fue mi culpa...

Victoriano frunció el ceño.

I: Desde el mediodía que se sentía mal porque creía que yo lo engañaba...

Vic: No, no es tu culpa, en todo caso fue la mía porque yo te orille a que dijeras que desconfiaba de ti para salvarnos.

Pero pese a todo, ella no soportaba la idea que alguien estuviera en peligro por su causa.

Vic: Tranquila...se va a poner bien.

Su preocupación no hizo más que darle a entender a Victoriano que más allá de los encuentros furtivos que habían tenido, la prioridad ahora para ella, era su esposo.

Vic: Iré a averiguar algo.

Habitación

Dr: ¿Cómo se siente?

Ser: Mal, mareado...
Respondió con un habla pausado y algo confundido.
¿Que sucedió?

Dr: Sufrió un pre infarto...y dadas las condiciones en las que se encuentra su corazón, me temo que de ahora en más debe cuidarse mucho.

Ser: Cuidarme...( En tono sarcástico)

Dr: Si no lo hace señor Santos, las probabilidades de un nuevo infarto son inminentes.

Ser: No me importa. ( Giro su cuello para mirar hacia la ventana)

Dr: Debe permanecer aquí un par de días para hacerle estudios. Además queremos controlar el funcionamiento de su marcapasos.

Ser: Mejor, no quiero regresar a mi casa.

Dr: Señor, ¿Puede relacionar el evento a algo en particular?

Él asintio mientras comenzaban a cristalizarse los ojos.

Dr: Lo siento, pero cuando tenga el alta, no podrá recibir disgustos.

La conversación fue interrumpida por el golpeteo de la puerta.

Vic: Permiso...¿se puede?

Dr: Si...pase, solo que debe estar tranquilo. Nada de emociones fuertes.

Vic: Claro...

El doctor se retiró y Servando giro la cabeza para, nuevamente, mirar hacia la ventana.

Vic: ¿Cómo te sientes papá?

No respondió. Sentía tanta ira, tanta decepción que siquiera podía ver a su hijo.

Vic: ¿Qué sucede? ¿Aún te sientes mal?

Claro que se sentía mal, si tenía ganas de gritarle y de golpearlo por semejante traición.

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