Capítulo XI

838 114 64
                                    

Luego de haber visto el resultado de la prueba, sus manos habían comenzado a temblar. Se preguntaba qué sería de ella ahora con un niño y otro encamino.
En qué se había convertido que tenía dos hijos de diferente padre y con ninguno una relación estable. Al contrario, era casada, casada con un hombre al que no podía siquiera tenerlo cerca porque le causaba repulsión.

A tan solo un mes de la partida de Victoriano al extranjero, nada sabía de él. Ni siquiera tenía un numero telefónico, nunca pensaron en intercambiarse sus teléfonos.
¿Y su esposo? ¿Cómo reaccionaria Servando cuando se enterase?.
Fueron tantos los interrogantes que lo único que hizo fue caminar hasta la habitación de Victoriano y sentarse en su cama.

🔸🔸

Ser: ¿No vas a comer?
Dijo mientras la veía jugar con el tenedor pinchando su comida.

I: No me siento bien...

Ser: ¿Que sucede?

I: Nada...

Pero el olor de los mariscos que traía Juana en su charola no hicieron más que hacerla levantar de la mesa causándole terribles náuseas.

Luego de haber descubierto la infidelidad de su esposa, Servando ya no trataba a Inés de la manera en que antes lo hacía. Más bien sentía desprecio hacia ella. Pero su orgullo era tan grande que por más que sabía que su plan de casarse mediante chantajes no estaba funcionando, no pensaba jamas apartarse de su lado.

Hacia la tarde Ines comenzo a sentirse cansada, por lo que necesito acostarse unos momentos en la cama de Emiliano mientras este jugaba en la alfombra con sus autos y camiones. No quería levantar sospechas por lo que le dijo al pequeño que cerrara la puerta así ella podía descansar un momento.

El niño hizo caso a su madre haciendo que, por un par de horas, la mujer pudiera dormir plácidamente.

Servando había notado los malestares de su esposa pero no imaginaba lo que en realidad sucedía. Pensó que serían lo nervios o tal vez la ingesta de la comida los responsables de su estado.

Sin más, así, fueron pasando los días y los síntomas comenzaron a ser más evidentes.

Una de las tantas tardes que vivía en aquella mansion, salio de la ducha envuelta en su bata y paso por delante del espejo. Y aprovechando que Servando no estaba, abrió aquella prenda y miro por primera vez su cuerpo desnudo. Nunca había acariciado su vientre hasta ese día, ese día que se vio embarazada. Su angustia fue tal que lloro pudiendo desahogar aquel dolor que sentía.
Tocó su vientre y sonrió aceptando por primera a vez a su bebé. Y no era que lo había rechazado, simplemente se culpaba tanto de no haber sido capaz de darle un padre a sus hijos que no se permitía siquiera disfrutar de su embarazo libremente.
Pero allí estaba creciendo, el fruto de su amor por Victoriano Santos comenzaba a notarse en su anatomía y ya no había manera de seguir ocultandolo entre sus ropas.

🔸🔸

Miami. E.E.U.U.

Despacho de Victoriano.

Ge: Victoriano, aquí tienes lo que me pediste. (al tiempo que entregaba varios papeles)

Vic: Gracias Genaro.

Ge: Recursos humanos ya consiguió las secretarias para los demás departamentos. (Dijo mientras tomaba asiento)

Vic: Perfecto.

Ge: ¿Está todo en orden?

Vic: Si...solo que necesito unas carpetas...
( buscando en su escritorio)

La Nueva SantosWhere stories live. Discover now