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Hace unos días nos avisaron que habría un baile de bienvenida para abrir los juegos interescolares contra New York High School, con temática disfraces. Este año el evento se haría en Rumania, ya que el año pasado lo hicieron en Estados Unidos. RHS ofreció dos competencias: El mejor disfraz, y el mejor baile, el cual podía ser en solitario, pareja o grupo.

La señora Violetta es muy buena bailando y la evidencia está en los diversos retos de baile en su cuenta de TikTok, que ella misma grabó. Yo no sé cómo no se rompe los huesos al tirarse al piso y hacer cosas raras, pero a la vez increíbles.

Verán, ella me dijo que la ayudara a elegir unos cuantos estilos de baile porque quería inscribirse en la competencia y Diana no podía ayudarla porque estaba ocupada con algunos diseños con su club, así que aquí me ven.

Pero, antes que nada, yo no me considero experta en bailes. Me gusta ver a gente bailar, pero a mí no me gusta bailar. Soy muy tiesa. Mis dedos son más ágiles para el piano. No sé por qué Violetta me escogió a mí entre un millón, pero bueno, es Violetta, ¿qué se puede hacer?

Fuimos al enorme tejado de la escuela donde se veía prácticamente todo el paisaje de este maravilloso lugar. Ahí no sé cómo rayos le cogió señal y comenzamos a buscar desde su celular algunos bailes en solitario. A mí me gustaron muchos, pero la señorita especial decía que no eran de su gusto y que mejor otros.

Estuvimos máximo una hora y media, sin embargo no encontramos nada que a Violetta le convenciera.

—¿Qué haré ahora? .—preguntó tirándose al piso con sus extremidades extendidas. Parecía una estrella de mar en proceso de la murición—. ¡Ya no podré participar!

—¿Quién dijo eso? .—fruncí el ceño, bufando—. Tal vez sí haya algo por ahí.

—¡Pero nada me gusta!

Dios, ¿Por qué Violetta es tan... Violetta?

Suspiré.

—¿Pensaste en hacer baile de pareja?

Ella me miró ofendida.

—¿Piensas que no puedo brillar sola?

Gruñí. Señor, dame paciencia, porque si me das fuerza te la mando.

—No, simplemente creo que puedes bailar con alguien. Digo, los bailes de parejas estaban un poco más interesantes que los otros. —intenté explicarme.

Violetta se lo pensó un poco, sin decir nada. Era verdad lo que decía. Los bailes en solitario me gustaron mucho, pero los de pareja a mi parecer eran los más geniales, ni hablar de los de grupo. Bueno, en el último caso la mayoría de las coreografías eran de los coreanos que le gustan a Fernanda, y debo admitir que estaban geniales.

—¿Y quién podría ser mi pareja? —cuestionó luego del silencio, mirándome con curiosidad—. No conozco a nadie que sepa bailar.

Sonreí, orgullosa.

—Tú no, pero yo sí.

Y tenía a la persona perfecta en mente.

.

.

.

.

.

—¿Yo por qué?

Mateo hizo una mueca con sus labios, arrimándose a su cama mientras dejaba su bajo a un lado. Suspiré. Para mí esa pregunta estaba completamente de más.

—¡Sabes bailar de maravilla! .—le di suficientes razones, al menos para mí las eran. Ahora fue turno de Mateo soltar un suspiro, uno más largo y extenso que el mío, lamentándose internamente y mirándome como si fuese un bicho raro. O sea, de que lo soy, lo soy; pero no me lo tiene que andar recordando.

Rumania High SchoolWhere stories live. Discover now