IX

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Minho pudo sentir como la luz que provenía del techo lastimaba sus ojos al abrirlos.

Se encontraba acostado en una cama con sabanas blancas y en esa misma habitación pudo ver a Jisung en un sillón durmiendo y tapándose con su chaqueta por el frío.

—Sung...

Menciono su nombre en voz baja.

Jisung, al no haber caído profundamente dormido pudo despertar sin ninguna dificultad. Se levantó y fue directo a dónde estaba Minho para asegurarse de su estado.

—¿Cómo te sientes?

—Es extraño... No me siento débil pero el cuerpo me duele, por los golpes que me dió.

—Si bueno... Daniel realmente fue un maldito contigo. Justo ahora estan buscándolo, pero era obvio que no se iba a quedar aquí.

—Posiblemente no aguante mucho tiempo así, necesita de sus empresas y también de su dinero, aunque sabiendo el tipo de persona que es debe tener más en alguna otra parte.

—Min ¿Estás seguro que no te sientes débil?

—Lo último que recuerdo después de escapar de ese lugar fue que me sentí mareado, pero justo ahora me siento bien, realmente.

El menor quiso decir algo más cuando el doctor que se encargaba de atender a Minho entro.

—¿Cómo te sientes?

—Con dolor en el cuerpo pero ninguna otra cosa.

—No logro comprender, sacaron más de cuatrocientos cincuenta mililitros de sangre de tu cuerpo, y bueno tu... Sigues vivo, es sorprendente también que con todas las marcas por los golpes no haya causado ningún hueso roto en ti.

—Yo... Nunca he sentido el dolor de un hueso roto y pocas veces me siento enfermo. Cuando Daniel me estaba golpeando sentía dolor, si, pero solo logré perder la consciencia cuando recibí los golpes en mi casa y cuando salí del lugar donde me tenía encerrado.

—Pues si... No hay ningún riesgo que indique que puedes empeorar, necesitan hacerte unas preguntas ¿Quieres responderlas ahora o en otro momento?

Minho miro a Jisung y volteo de nuevo hacia el doctor para dedicarle un asentimiento.

—Bien pero antes deben pasar tus padres para asegurarse de tu estado.

Salió del lugar cuando los padres de Minho entraron.

—¡Minho! Hijo ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho? Estábamos tan preocupados por ti, la reunión fue más tardada de los que esperábamos, pero cuando nos enteramos que estabas en el hospital salimos lo más rápido que pudimos.

Lana, la madre de Minho se notaba bastante preocupada y claro que iba a estarlo, golpearon a su hijo y realmente pudieron haberlo matado.

—Se que tienen mucho trabajo, no se hubieran molestado, sigo vivo, eso ya es ganancia.

—Tu salud es mas importante que nuestro trabajo, Minho, y ten eso en cuenta, siempre.

Stef, su padre, lo miro indicándole que siempre estarían para el y Minho lo sabía.

—No hemos preguntado cómo estás Jisung, lo sentimos muchísimo... Es que con todo lo que está pasando creo que no estoy pisando tierra.

—No se preocupe señora y no llore porfavor.

Jisung dijo amablemente al ver que Lana estaba soltando varias lágrimas.

—Lana tiene razón, no hemos preguntado por ti.

El arte de un dorado                                 amanecer Hyunlix Where stories live. Discover now