XI

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Las oportunidades que te da la vida, los segundos, minutos, horas, días o incluso años, todos aquellos momentos en lo que pudiste confesar tu amor por la persona que en un principio comenzó a atraer te por su forma física,de quién te enamoraste por el brillo de sus ojos y amaste su forma de ser, por un corazón que latía por querer seguir con vida, un órgano vital que luchaba por una persona a la cual amaba, te quedaste con la razón que hacía que tu pulso se acelera a mil, aún así sabiendo que por quien luchaba jamás serías tú.

Puedes ganarlo todo o perder hasta la última letra de amor en aquella carta que fue entregada a tu amado o amada, a quien se le dió la tarea de cuidar de aquella y no romperla. Lo peor, es que no solo se deshizo de las palabras, no borro y rompió aquella escritura, quebro lo que utilizas para sobrevivir, el cual le da latidos a tu cuerpo y vida a tu persona, se deshizo de aquel como si de una simple mancha de tinta se tratase.

Y de todas formas aquella frase siempre va a estar presente en todo tu maldito ser.

"Mi cerebro lo entiende, el que no lo hace es mi corazón"

El amor puede ser como una flor en primavera, mientras más florece, los pétalos de aquella lucen más bellos que de costumbre.

O simplemente pueden ser como las hojas en el otoño, aferrándose a las ramas de los árboles, para que al final terminen en el suelo siendo pisoteadas por alguien más.

Supongo que es bastante poesía trágica por el día de hoy y bueno se ha hablando suficiente de la vida de Felix.

El trasfondo en la vida de Hyunjin es algo que se debe dar a conocer ¿Cómo sería una persona realmente feliz?

¿Portando todo el tiempo sonrisas en su rostro y repitiendo lo bella que es la vida? ¿O talvez ocultando la verdad con esas palabras?

Felix entro a la habitación de Hyunjin, pues era día de riego, el cerezo necesitaba de sus cuidados, escuchar la adoración con la que el pelinegro hablaba de aquel árbol había hecho que se convirtiera en su favorito también.

Al no encontrarlo acostado en su cama supuso que se encontraba en el baño, talvez dándose una ducha, quiso llamarlo pero su acción se vio interrumpida al percatarse de una mancha de sangre que yacía regada sobre la almohada de el mayor.

Hyunjin salió del baño con su cabello mojado, secándose con una toalla, dirigió su mirada al rubio que se encontraba perdido y totalmente quieto, pudo darse cuenta que ocasionó aquello.

-Felix...

-¿Por qué hay sangre sobre tu almohada?

-Mi nariz sangra, supongo que es por mi cabello, no lo he cortado durante un largo tiempo.

-Estas bien ¿Cierto?

-Si ¿Por qué no sería así?

Ambos pudieron sentir la incomodidad que segundos después comenzó a formarse en el ambiente, el menor decidió romper con aquella tensión.

-Es día de riego.

-Cierto.

Hyunjin le dedico una sonrisa a Felix que no tardó nada en ser correspondida.

Salieron de la habitación y se acercaron al cerezo, mientras Hyunjin tomaba la regadera en sus manos, le proporciono la cantidad de agua adecuada para que no sufriera ningún daño alguno.

Felix miro a Hyunjin cuando esté estaba concentrado en el trabajo que estaba realizando, quería hacerle muchas preguntas, es solo que le aterraba que las respuestas fueran pocas, miedo a que llegara a incomodar al pelinegro por algún error o alguna palabra equivocada que pudiera salir de sus labios.

El arte de un dorado                                 amanecer Hyunlix Where stories live. Discover now