Capítulo 54: ¿Un Final Amistoso?

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En horas de la media tarde del mismo día, Diddy y Dixie estaban en casa limpiando y ordenando su habitación, pues era algo que siempre hacían cada inicio de semana como les había indicado el maestro Pinky. Ambos ya estaban un poco más tranquilos, ya que ahora tenían información de su paradero.

Dixie salió un rato al exterior a limpiar una de las ventanas, cuando de pronto, alcanzó a divisar a la distancia ciertas siluetas conocidas que parecían estar dirigiéndose hacia la casa. De inmediato, Dixie entró de nuevo a la casa y se dirigió hacia Diddy.

—Adivina quiénes están viniendo para acá —dijo Dixie torciendo los ojos.

Diddy, mientras limpiaba unas repisas, se volteó y, por la expresión de Dixie, supuso a quienes se refería.

—No me digas que... son esos cuatro falsetas.

—Los mismos. ¿Y ahora qué querrán? —se preguntó Dixie.

—¿Y esos a qué vendrán ahora? —agregó Diddy con una mirada de disgusto.

—Ni idea, pero suena muy descarado si vienen a buscarnos... ¿Qué rayos querrán decirnos?

—Si es a pedirnos disculpas, no sé tú, pero yo ya no los perdonaré —dijo Diddy con firmeza—. Ahora sí que no.

—¿Y qué les decimos entonces? —agregó cruzando los brazos.

—Pues que se vayan, que ya no tenemos nada que decirles —respondió encogiéndose de hombros—. ¿Y a poco están viniendo exactamente para acá?

De pronto, alguien tocó la puerta de manera continua. Diddy y Dixie se miraron dudosos de querer abrir, pero no tenían más opción.

—¡No hay nadie! —exclamó Diddy antes de reírse en lo bajo, a lo que Dixie le dio un pequeño codazo.

Ambos fueron a asomarse por la ventana y, en efecto, se trataba de aquel grupo, con quienes chocaron unas miradas incómodas ya que estaban justo frente a la puerta. Luego de dudarlo por unos segundos, ambos procedieron a abrir la puerta con lentitud, al mismo tiempo que miraban con extrema incomodidad a los cuatro, y estos les devolvían las miradas.

—¿Sí? —pronunció Diddy mirándolos con seriedad.

Los cuatro tenían unas expresiones mucho más tensas que la vez anterior. Entre ellos se daban pequeños empujones y se hacían gestos para que hablaran.

—Ehh... ¿podemos hablar con ustedes? —les dijo Ricky con una sonrisa forzada.

Tanto Diddy como Dixie los miraron con bastante rareza ante el descarado acto de haberlos ido a buscar a su casa; incluso no les faltaban ganas de echarlos de ahí.

—¿Hablar... sobre qué? —les preguntó Diddy mirándolos con bastante seriedad.

—Solo es un rato —les respondió Mandy también forzando una sonrisa—. Por favor.

Diddy y Dixie, casi sin decirles ni una palabra, asintieron a los cuatro, y luego se dirigieron con ellos debajo de la casa para hablar mejor... aun si ya no tenían ganas de hacerlo. Al llegar debajo de la casa, Diddy y Dixie solo se cruzaron de brazos mientras se quedaron mirando y escuchando a los cuatro.

—Oigan... sé que están molestos con nosotros —les dijo Ricky con una mirada baja y mostrándose avergonzado—. Pero queríamos decirles que... Bueno, sí... sí teníamos eso planeado para ustedes. En verdad... lo sentimos. Solo veníamos a decirles que nos disculparan por todo eso... Claro, si es que aún quieren hacerlo.

—Por cierto, zarparemos el barco dentro de cuatro días —comentó Mandy con una sonrisa forzada—. Aún tenemos que hacerle algunos ajustes. Y queríamos decirles también eso, si aún nos acompañan.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora