Capítulo 72: Llegadas Imprevistas

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Los dos pequeños kongs se desplazaban por los pasillos, ambos más nerviosos que nunca y con las manos temblándoles mientras llevaban las armas... Aun si estaban decididos en lo que debían hacer hacia los simios, no dejaban de sentir algo de remordimiento previo... Pero a su vez, sabían que hacer eso sería su última alternativa si de verdad querían salir de ese lugar y rescatar a todos los kongs secuestrados.

De pronto, a la vuelta de una esquina de un pasillo, se encontraron con cuatro siluetas conocidas. Al instante, Diddy y Dixie prepararon sus armas y les apuntaron, pero luego las bajaron al ver que eran los del cuarteto de Jenny, quienes les sonreían y les hacían gestos de saludo como si nada pasara. Ambos se aliviaron, aunque sea un poco, de que ellos estuvieran bien.

—Oigan... Eh, tienen que dejarnos un momento —les dijo Diddy a los cuatro, observando a su alrededor—. Nosotros tenemos algo riesgoso que hacer. Ustedes vayan a esconderse o algo.

—No se dejen atrapar por esos simios —agregó Dixie de la misma forma.

De repente, empezaron a oír unos pasos repetitivos y unas voces conocidas cerca, lo cual los puso en alerta al instante.

—¡Deben ser ellos, deben ser ellos! —exclamó Diddy en voz baja y mirando hacia donde provenían esos pasos.

—¡Ocultémonos, rápido! —dijo Dixie de la misma forma y empezando a caminar junto con Diddy—. ¡Y ustedes traten de esconderse! —le dijo al cuarteto de Jenny antes de alejarse de ellos de nuevo.

Diddy y Dixie se desviaron a otro pasillo y se quedaron ocultos en una esquina, desde donde vigilaban si los simios y el cuarteto de Jemky andaría cerca... y, en efecto, fue así: andaban los nueve juntos caminando por ese pasillo, todos con arma en mano como una banda de grandes y pequeños. Diddy y Dixie se volvieron a ocultar de inmediato mientras ambos se miraban con unas expresiones indecisas, y empezaban a temblar mucho más.

—¿E-estás lista, verdad? —le preguntó Diddy con inseguridad a Dixie.

—S-supongo... —respondió ella antes de observar su arma.

Ambos dieron unos fuertes suspiros y empezaron a tirar de las correderas hacia atrás. Luego, se asomaron con ligereza por la esquina del pasillo y apuntaron sus armas, tratando de enfocar a toda la banda de simios. Las manos de ambos temblaban de manera bastante notoria que ni siquiera podían apuntar bien, aparte de eso, pensaban en que debían ejecutar unos disparos rápidos, continuos y precisos si querían salir vivos también, lo cual los ponía más nerviosos.

—A la cuenta de tres... —susurró Diddy apuntando el arma con la mano temblándole—. Uno...

—D-dos... —continuó Dixie antes de que le empezara a temblar la mano con mayor intensidad—. N-no... ¡No!

Dixie bajó el arma de golpe, y luego Diddy hizo lo mismo al instante, para después volver a ocultarse en la esquina del pasillo. Ambos se miraban con frustración e indecisión al mismo tiempo.

—No, no, no, no puedo hacerlo —dijo Dixie respirando de manera agitada—. Es decir... quiero pero no puedo. Me da miedo.

—Yo... yo tampoco —agregó Diddy temblando por completo—. ¿Q-qué tal si lo hacemos, pero no lo hacemos bien y... esos simios empiezan a dispararnos con todo a nosotros?

—P-pero igual... ¡hay que hacerlo! —exclamó Dixie tratando de recuperar la postura.

Ambos volvieron a levantar sus armas y colocaron sus manos en posición de disparo... Cuando de pronto, a Diddy se le soltó uno por accidente hacia el frente, causando un ruido aturdidor.

¡¿Qué?! ¡ESTÁN POR ALLÁ! —se le escuchó decir a uno de los simios a la distancia.

Diddy y Dixie se pusieron en alerta y empezaron a huir de ese pasillo de inmediato. Corrieron lo más rápido que sus extremidades les daban y querían asegurarse de alcanzar el siguiente pasillo antes de que la banda de simios lograra divisarlos... Por desgracia... eso último fue lo que sucedió.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora