Capítulo 81: Una Última Esperanza

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Pasó siquiera casi un par de horas, mientras Diddy continuaba al lado de Dixie. Ni siquiera le quería tomar importancia a su propia herida que tenía en su abdomen; tan solo podía pensar en estar acompañándola a ella. Su llanto se detenía y regresaba varias veces, a su vez que se quedaba contemplando a Dixie y acariciándole sus cabellos o su cara. De pronto... Diddy escuchó y vio que la puerta de esa sala se había vuelto a abrir. Apenas alzó la mirada con debilidad sin siquiera tomarle importancia a que un par de personas había ingresado.

—Oh, no, otra vez el monito aquí —dijo una de las personas, asombrada y dirigiéndose hacia Diddy—. No, no, pequeño monito, no te puedes quedar aquí.

De pronto, la persona trató de tomarlo en brazos, pero Diddy ponía resistencia en querer soltar a Dixie; quería mantenerse aferrado a ella como pudiera.

—Ven acá, monito —le dijo la persona mientras lo sujetaba del torso, pero Diddy seguía sin soltarse de Dixie. Hasta que más tarde, la otra persona le apartó sus brazos de Dixie—. Debes ir a descansar, pequeño. Tu amiguita, ehh... bueno, tiene que descansar también.

—Vaya, se ve que ambos eran muy buenos amigos —comentó la otra persona.

Las personas volvieron a llevarse en brazos a Diddy, mientras que él no le apartó la mirada a Dixie hasta lo último con unos ojos aún llorosos.

Más tarde, las personas dejaron otra vez a Diddy en la camilla de él, en la misma sala donde estaba el cuarteto de Jemky. Pero esta vez, no estaba ninguno de los cuatro, a excepción de Melenky, quien aún se hallaba dormido.

Luego, las personas volvieron a hacerle chequeos a Diddy y examinarle la herida. Mientras tanto, él solo mostraba una mirada baja y vacía, como si no estuviera en sus cinco sentidos.

Minutos más tarde, las personas tomaron de nuevo a Diddy en brazos y lo llevaron cargando hacia otro lugar, aunque esta vez él ya ni siquiera quiso poner resistencia; solo parecía como si ya no le importara nada en ese momento. Luego de un recorrido, las personas llegaron hasta la planta baja del edificio, y se dirigieron hacia un sitio que estaba al aire libre. Diddy volvió a levantar la mirada cuando dicho lugar le llamó la atención... Este tenía un aspecto como si fuera la misma jungla, solo que tenía también ciertos objetos coloridos parecidos a unos juguetes.

De pronto, se pudo observar a Jemky, Rocky y ahora también a Mandrew, en compañía de unas personas que les estaban colocando unos coloridos tableros que tenían unas pelotas de goma pegadas, todas de distinto color. Los tres miraban con suma extrañeza hacia esos objetos y luego a las personas, quienes les estaban mostrando cómo funcionaban.

—¿Cómo se han portado estos pequeños? —preguntó una de las personas, quien llevaba a Diddy en brazos y lo colocaba junto a los del cuarteto.

—Hasta ahora se han portado tranquilos... —respondió otra de las personas—. Bueno, aunque tal vez sea porque están recién recuperándose. El pequeño orangután ha mostrado ciertas actitudes rebeldes cuando hemos tratado de interactuar con él. El mandril tiene indicios de conductas agresivas. El mono capuchino muestra bastante desconfianza, pero parece que es el que mejor capta las explicaciones.

—Ya me esperaba eso, se ve que estos pequeños tienen ciertas desviaciones psicológicas... Para empezar, andaban también metidos en el asunto de la masacre, ¿qué clase de ambiente habrán tenido en su vida?

Los del cuarteto daban unas miradas de rareza hacia las personas, pero después le restaron importancia. Luego, todos observaron a Diddy, a quien las personas lo habían colocado en un puesto al lado de ellos y le habían entregado también uno de aquellos tableros.

Más tarde, las personas se retiraron y dejaron solos a los kongs. Estos últimos solo miraban con extrañeza al objeto peculiar que les habían dejado.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora