Capítulo 85: Recuperación

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En horas del mediodía, los del cuarteto de Jemky junto con Diddy y Dixie habían sido traslados a otro sitio. Esta vez, el grupo de pequeños kongs estaba en otro rincón al aire libre, sentados sobre una plataforma de madera con varias mesas pequeñas, y en donde encima de estas había una variedad de frutas, en su mayoría bananas. Los seis se hallaban reunidos mientras degustaban del festín que al parecer las personas les habían preparado. A decir verdad, los alimentos que les proporcionaban tenían buena calidad, tanto que los hizo sentir que no habían comido bien desde hace días... lo cual sí era cierto.

Aun así, era obvio que el cuarteto estaría agrupado en un rincón, mientras que Diddy y Dixie estaban un poco más alejados de ellos. Ambos bandos se miraban comer a la par de que se lanzaban unas miradas de rareza entre ratos.

—Empezaremos primero con el monito araña —apareció de pronto una de las personas, captando la atención de los kongs—. Luego por el resto de primates.

Los seis pequeños kongs miraron con extrañeza en un principio hacia el grupo de personas que había llegado. Pero luego, suponían que se trataba de algún otro examen que irían a hacerles, ya que estaban cerca de una de las entradas de la clínica.

—Ven acá, pequeñito —dijo una de las personas tomando a Diddy en brazos—. Traigan a los demás pequeños, por favor —les dijo a las otras personas.

Las personas fueron tomando y llevándose en brazos a cada uno de los kongs, y los trasladaron de nuevo hacia dentro del edificio. Diddy y Dixie se mantenían con normalidad, a diferencia del cuarteto, quienes aún se mostraban algo incómodos ante los cuidados y tratos de las personas, incluso como si les tuvieran miedo, pero sin llegar a poder expresarlo.

Más tarde, llegaron hasta una sala grande con máquinas, en donde dejaron a todos los pequeños kongs en camillas individuales. Ninguno de ellos entendía qué sucedería a continuación, pero tan solo veían a ciertas personas tomando lo que parecían ser pequeños carteles y objetos muy coloridos y geométricos que tenían aspecto de juguetes de bebés.

Luego, trasladaron a cada uno de los kongs a distintos rincones de la sala, acompañados de un par de personas en cada uno de los mismos. De pronto, estas personas comenzaron a hacerles señas e incluso juegos a cada uno, utilizando los juguetes que traían, como si estuvieran interactuando con unos niños pequeños, a más de hacerles un tipo de ejercicios de movimiento. Diddy y Dixie, cada uno por su lado, solían responder de forma positiva a las dinámicas que les comunicaban, mientras que los del cuarteto solo miraban con rareza a las personas, e incluso se mostraban como si los intimidaran.

—No, no, ven acá, pequeñito —dijo una de las personas tomándolo a Melenky luego de que este intentara escaparse de la camilla—. Eso es, buen monito —agregó dándole pequeñas palmadas en la cabeza de una manera dulce, aunque eso parecía disgustarle, como si incluso le incomodara.

Por otro lado, otro par de personas estaba tratando de controlar a Jemky, ya que este también se había inquietado con las interacciones que le hacían las personas. Incluso, él llegó a tratar de manotear a una de estas personas, por lo que tuvieron que sujetarlo con más fuerza hasta lograr contenerlo.

—Ya, ya, tranquilo, pequeño —le dijo una de las personas mientras lo sujetaba y lo volvía a colocar sobre la camilla, a la par que le acariciaba la cabeza con dulzura—. Tranquilo, solo estamos jugando. Debes cooperarnos para saber cómo podemos tratarte, pequeñito.

Aun si estas personas le hablaban de manera cariñosa y se veían inofensivas, Jemky no quitaba su expresión incómoda en su cara, e incluso llegaba a mostrarse algo atemorizado. Y lo mismo sucedía con el resto del cuarteto, quienes se mostraban incomodados también ante los tratos de las personas, como si no estuvieran acostumbrados a recibir tanto afecto o, en tal caso, no les agradara.

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Where stories live. Discover now