Capítulo 74: ¿En la Isla del Huracán?

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Luego de un largo tiempo vacío, Diddy sentía de nuevo que estaba recuperando la percepción de la realidad, y logró abrir los ojos de golpe al percatarse de que estaba tendido sobre la arena. Al levantarse por completo, lo primero que se detuvo a mirar fue a Dixie, quien estaba justo a su lado y a quién mantenía sujetada del brazo, mientras que ella seguía acostada en la arena sin moverse.

—¡Dixie! —exclamó Diddy con desesperación mientras la agitaba para que reaccionara—. ¡Dixie, Dixie, ¿sí estás bien?! ¡Dime algo!

Diddy continuó moviendo a Dixie de manera continua mientras trataba de mantenerse en calma para no pensar lo peor. Cuando de pronto, vio que Dixie apretó sus ojos y luego los abrió de forma instantánea. Diddy se alivió de ver que estaba bien y de que se había levantado. Aun así, ambos seguían mostrándose preocupados.

—¿Q-qué sucedió? —preguntó Dixie recobrando los sentidos.

—Eh, c-creo que ya estamos en la Isla del Huracán de nuevo —respondió Diddy deseando estar en lo correcto—. E-eso creo.

Ambos se apresuraron a observar mejor el entorno donde ahora estaban; el cielo aún estaba oscuro, pero con ciertos destellos de iluminación como si ya fueran las últimas horas de la madrugada. Estaban sobre la arena de una playa, en donde había varias olas un tanto salvajes cerca de las orillas.

—Yo creo que sí es la Isla del Huracán —comentó Dixie terminando de mirar a su alrededor—. Vamos a ver qué más hay por aquí para ver si es cierto.

Los dos se levantaron de inmediato y empezaron a observar con detalles si al fin estarían de vuelta en la Isla del Huracán. Subieron por unos árboles para echar un vistazo desde arriba... pero empezaban a tener un mal presentimiento.

—Dixie... —le dijo Diddy con una mirada temerosa—. E-esta creo que no es...

—¡No, no, claro que lo es! —exclamó Dixie al instante, y volvió a bajar del árbol para quedarse a las orillas de la playa a observar el entorno. Luego, se volteó a mirar a Diddy con bastante preocupación—. Diddy...

Diddy bajó también de los árboles y se dirigió hacia Dixie mientras ambos se miraban con una enorme preocupación e incertidumbre... No querían pensar en que la historia de cuando naufragaron en la Isla del Huracán se volvería a repetir... y esta vez, mucho peor porque ni siquiera sabían qué isla era esa donde se encontraban ahora.

—No, no, tranquila... Sé que ya encontraremos algo que nos pueda ayudar —se apresuró a decir Diddy, aun si ni él mismo sabía si hallarían alguna referencia de dónde estaban.

—Y por cierto... —dijo Dixie mientras empezaba a respirar con más fuerza y observaba hacia el mar—. ¡¿D-dónde están los demás?!... ¡¿Dónde está el barco?!

—Ay... ¡No lo sé! —exclamó Diddy dirigiéndose también a observar hacia todo el mar que tenían a la vista... y en donde no parecía haber rastro de ninguno de los tripulantes que venían en el barco... ni siquiera del barco—. ¡No, no, no! ¡No puede ser, no puede ser!... ¡¿Y si algo terrible les sucedió?!

—Lo último que recuerdo ¡fue que el barco cayó y se sumergió en el agua! —añadió Dixie en el mismo tono de desesperación.

—¡No, no, tal vez estén por aquí! —exclamó Diddy tratando de mantener la calma—. Opino que vayamos a buscarl...

De repente, ambos oyeron unos sonidos entre los árboles que tenían detrás. Se voltearon a mirar y se pusieron en alerta al mismo tiempo, mientras unos movimientos alcanzaron a divisarse entre la vegetación.

—Vamos con cuidado por allá para ver —le susurró Diddy a Dixie.

Luego, ambos se dirigieron a pasos sigilosos por la vegetación para poder descubrir qué había sido ese repentino movimiento; querían pensar que se trataría de alguno de los animales y que a lo mejor todos habrían naufragado en ese mismo lugar.

¡Espera! —susurró Dixie tomándole del brazo a Diddy—. Creo que vi una sombra o a alguien oscuro.

Ambos se detuvieron a observar hacia una zona de la vegetación que parecía presentar movimiento... y en donde pareció haberse visto una silueta cerca. Los dos querían ir a ver quién era, pero en su lugar, trataron de ocultarse tras unos árboles por si se trataría de algún peligro.

—Vayamos a ver —susurró Diddy—. Yo creo que es el maestr...

De repente, unos ruidos en las hojas que tenían detrás los sorprendió y, al voltearse a mirar, vieron con claridad a una silueta humana tratando de alcanzarlos.

¡VENGAN ACÁ, MONITOS!

Diddy y Dixie, entrando en pánico al instante, se apresuraron a salir corriendo de ahí mientras sus palpitaciones se aceleraban con fuerza al ver a nadie más y nadie menos que a uno de los domadores. Ambos no tenían idea de dónde pudo haber salido, y se hubieran detenido a pelear con él... de no ser porque este traía un arma en mano.

¡No los dejen escapar! —exclamó de pronto otra voz que, por cómo se escuchaba, sonaba a la de otro de los domadores.

Diddy y Dixie se voltearon a mirar mientras corrían y vieron que, en efecto, estaban ahora dos de los domadores del circo.

¡Ayyy, ¿cómo nos encontraron esos domadores locos?! —exclamó Diddy con desesperación mientras huía con Dixie a través de la vegetación.

¡Pensé que ya estaban muertos! —exclamó Dixie de la misma forma.

Los dos continuaban corriendo lo más rápido que sus cuatro extremidades les daban, mientras que aquellos domadores empezaban a disparar con sus armas en dirección a los dos; al parecer, se trataba de dardos tranquilizantes, pero aun así, Diddy y Dixie debían cuidarse de no ser interceptados. Un rato más tarde, la tensión en ellos aumentó cuando de pronto... se les apareció por sorpresa el tercer domador de frente y con arma en mano.

¡QUIETOS!

Diddy y Dixie se apresuraron a voltearse para correr en dirección contraria... no sin antes de olvidar que en aquella dirección contraria, venían los otros dos domadores.

¡ALTO, MONITOS! —exclamó uno de ellos reapareciendo ante los dos.

Con ambas direcciones en riesgo, Diddy y Dixie trataron de desviarse hacia otra ruta para escapar de los domadores. Cuando de pronto, en medio del escape... Dixie sintió un repentino pinchazo en su brazo que la hizo frenar de forma brusca y caer al suelo. Diddy se detuvo un segundo después al percatarse de que Dixie se había caído, y se apresuró a socorrerla.

¡DIXIE! —exclamó Diddy al ver que Dixie se había quedado tumbada en el suelo y con los ojos entrecerrándose—. ¡DIX...

De repente, Diddy también sintió un pinchazo en su brazo que lo tomó por sorpresa y lo hizo caer al suelo, mientras sentía como si sus fuerzas se iban... De pronto, pudo percatarse de que tanto él como Dixie tenían en sus brazos unas jeringas que habían sido inyectadas en ambos. Diddy sentía sus ojos cerrarse de forma inevitable a la vez que su visión estaba distorsionándose mientras alcanzaba a ver al terceto de domadores dirigiéndose hacia los dos y, varios segundos más tarde, su sentido de la realidad y su visión se estaban desvaneciendo por completo...

La Isla del Huracán [Diddy Kong x Dixie Kong]Where stories live. Discover now