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Capítulo 5

No había tenido la fortuna de encontrarse con su empleador, pero no era capaz de olvidar como se había sentido con tan solo escucharlo, pasaron los meses, tres para ser exactos, la joven comenzó con sus cursos de medicina para no quedarse obsoleta, el ritmo de trabajo estaba cobrándole factura.

Se estira y siente su cuello crujir, se había quedado dormida en el sofá, mientras estudiaba, en la posición mas incomoda posible, apenas y podía mantener los ojos abiertos, mira por la ventana y su corazón se acelera, ahí esta de nuevo, el lobo negro, da unos pasos en dirección a la casa, entonces ocurre.

El animal se transforma en un hombre, quiere creer que sigue dormida, pero el sueño se ha esfumado ante la sorpresa, la lluvia de aquella noche no la deja ver con claridad, se pone de pie alejándose de la ventana cuando aquel hombre voltea en su dirección.

El latido de su corazón le parece ensordecedor, trata de calmarse, se mete en la cama después de apagar las luces, trata de dormir, pero aquel suceso se repite en su cabeza una y otra vez trata de convencerse de que aquello era su imaginación, o el cansancio de los últimos tres meses.

...

Casi no pudo dormir, pero agradecía que los siguientes dos días serían libres, se quedo en cama más allá de la hora de desayuno, cuando le tocaba descansar los gemelos eran llevados a casa de sus abuelos y tío, mientras que ella tenía permitido vagar por el lugar más allá de la hora permitida.

-¿Se siente bien Luna?- Morgan dispone de un desayuno ligero, pues pronto estaría listo el almuerzo- no tiene buen aspecto.

-Creo que tuve una pesadilla- se pasa las manos por el rostro, tallándose los ojos- o tal vez una alucinación, no lo sé, creo que debería descansar más.

-¿Qué sucedió?- la mano cálida de la mujer aparta el cabello de su rostro, mientras estudia su pálida expresión.

-Creo que vi un hombre lobo- las manos que la acariciaban caen lentamente, escucha como traga, sus ojos marrones no deja de verla con sorpresa.

-¿Cómo dice?- la voz de Morgan suena contrariada, así que se ve en la necesidad de explicarse antes de que crea que esta loca.

-Desde que llegue he visto a un lobo negro en los alrededores y ayer... quizá solo fue mi imaginación pero, ayer creí ver que se convertía en un humano... Pero eso es imposible, los hombres lobo no existen, ¿verdad?- la mujer frente a ella sigue sorprendida por lo que ha dicho, poniéndola nerviosa.

Entonces recuerda las advertencias de los habitantes del antiguo pueblo donde vivía, aquellas de hombres lobo y mujeres desaparecidas al cumplir la mayoría de edad, como la tarde en que se marchó con Miles trataron de advertirle.

-¿Qué cree usted?- los ojos de la mujer evalúan cada expresión de la joven.

-Yo creo que existen solo en los libros y películas, ya sabe como crepúsculo, donde podrían funcionar perfectamente para vivir un romance sobre natural- dice logrado tranquilizarse un poco, los hombres lobo no podían ser reales.

-Algunas historias están basadas en hechos reales- ambas se ven más relajadas, Morgan vuelve a moverse por la cocina mientras prepara el almuerzo.

-Es científicamente imposible, señora Morgan- refuta la pelinegra.

-No es una persona de fe, ¿cierto?- es una pregunta inocente pero personal, no responde por lo que asumen su respuesta.

-Soy doctora...

-Puedes ser doctora y decidir creer que existen cosas que la ciencia es incapaz de explicar.

-¿De que hablan?- Duncan aparece en la cocina, toma una manzana y se sienta junto a ella, como siempre tiene un aura deslumbrante que logra ponerla de mejor humor.

AylaWhere stories live. Discover now