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Capítulo 15
Advertencia: Este capítulo contiene escenas +21, es decir escenas de sexo explicito y consensuado, se recomienda discreción, si este contenido te incomoda puedes saltar este capítulo.



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Parece que no hay más dolor, se siente cómoda y muy tibia, percibe un aroma delicioso, que despierta algo en ella, abre los ojos, está en la habitación de Malik, en su cama, se mueve un poco, pero el brazo que le rodea la cintura la aprieta más.

Siente el calor que emana su cuerpo, sobre todo en la parte inferior, esta apretado contra su trasero, una oleada de placer la atraviesa cuando se mueve de nuevo, esta duro, le provoca a seguir moviéndose, para obtener más de ese delicioso placer.

Se mueve lento, disfrutando, el calor la consume, no comprende de donde viene esto, porque se siente tan excitada con un simple roce, pero no quiere averiguarlo, solo alcanzar el punto máximo de placer.

-Por favor detente, o no podré controlarme más tiempo- su voz ronca solo la excita más, es como si dentro de ella habitaran dos personas, la prudente que le dice que debe detenerse y la que la hace girarse en sus brazos para enfrentarlo y decir:

-No te controles – murmurando a sus labios, quiere probarlos, pero su miembro se ha incrustado sobre su abdomen, se mueve arriba un poco, abre sus piernas y lo aprisiona entre ambas, jadea al sentirlo, caliente, grande, la hace perder el control y humedecerse.

-Ayla- lo escucha gemir cuando comienza con un lento vaivén, estimulándolo.

-Malik – jadea al acomodarlo mejor, lo siente en los pliegues de sus labios, rozando su clítoris, debe estar en el cielo, sigue moviéndose torpemente, no es la posición más cómoda y no lo puede sentir en su totalidad.

-No me controlaré mucho más- ronronea en su cuello antes de darle un ligero mordisco que la lleva a las nubes.

-No lo hagas – él obedece, la sujeta por las caderas los hace girar hasta ponerla sobre su abdomen - ¡por dios, sí!- ahora con más libertad se mueve a lo largo de su pene, estimulando su clítoris y labios, aumenta el ritmo sintiéndose cerca, la fricción entre sus cuerpos es suficiente para llevarla al climax.

Estalla en sensaciones intensas, impregnando el ambiente con su delicioso aroma, Malik la sujeta fuerte por la cadera, marcándole el ritmo, extendiendo su orgasmo.

-Estás volviéndome loco- vuelve a girarla, ahora para recostarla en la cama, besa su cuello descendiendo a sus pechos, donde los lame y mordisquea, por unos segundos, no pierde su objetivo, toma sus piernas levantándolas y separándolas.

Aún no se ha recuperado en su totalidad cuando lo siente pasar la lengua a lo largo de su intimidad, robándole un estruendoso gemido, cubre sus labios, para evitar ser ruidosa, mientras él hace círculos con su lengua en ese punto tan sensible.

-Quiero escucharte, no te cubras – alcanza su mano, descubriendo su boca, vuelve a gemir completamente fuera de sí, atrapa uno de sus pechos con su mano libre, estimulándolo con pequeños pellizcos.

-Malik, yo... ya no...- quiere retenerlo un poco más, pero está tan cerca de un nuevo orgasmo que casi no puede contenerlo.

-No te resistas, dámelo, déjame sentirte – mientras habla sigue estimulándola con sus dedos – córrete para mi – ella grita por el placer que le provoca sentir sus labios succionando su clítoris.

-¡Malik!, ¡Ah, Malik! – se corre en su boca, esta vez todo es más intenso, su cuerpo se sacude en placenteras convulsiones, puede sentir el placer en cada rincón de su cuerpo, abre los ojos, lo ve a él devorándola, ella lo sujeta por la cabeza para evitar que se aparte, extendiendo su orgasmo un poco más, los orbes azules del hombre se han oscurecido, y tiene destellos dorados, se separa de su cuerpo dando un último lengüetazo a su centro, esta tan sensible que tiembla, se mueve sobre su cuerpo, hipnotizándola con sus bonitos ojos, es lo más lindo que ha visto jamas.

Malik Sallow

Ese delicioso aroma a caramelo un poco picante lo enloquece, no puede contenerse a probarla, baja por su abdomen, aspirando fuerte, enloqueciendo por ella, la prueba en un solo recorrido, es mucho mejor de lo que pensaba, no cree tener suficiente de ella, la lleva a un orgasmo que la desborda, se bebe todo, limpiando cada rincón de ella, extendiendo su placer.

Se coloca sobre ella, sostenido por sus brazos, estando entre sus piernas su miembro roza con su feminidad, desea penetrarla, sentir esa calidez rodeándolo, apretándolo, pero no quiere presionarla, cierra los ojos manteniendo el control de sus impulsos.

-No los cierres – la escucha, pero no quiere asustarla, se dará cuenta de que su lobo y él están presentes en este momento, ya la ha lastimado lo suficiente, como para ahuyentarla - son preciosos, y quiero que me veas – se mueve bajo su cuerpo, provocándolo, abre los ojos encontrándose con los suyos, siente esa conexión tan intensa, todo en ella lo atrae, sus sentimientos por ella crecen y se consolidan.

Ella extiende una de sus manos acariciándole el rostro, su tacto suave desciende por su mandíbula, cuello y pecho, se entretiene acariciando sus abdominales, haciéndolo estremecer, observándolo con su mirada oscurecida.

Desciende un poco más, su mano cubre su miembro, comienza con movimientos lentos, robándole un suspiro, toma su mano indicándole la velocidad, después la deja hacerlo sola, mantiene el ritmo.

-Ayla – no podrá contenerse mucho más, se siente como un adolescente, pero su sola presencia lo vuelve loco, sus movimientos se aceleran, sonríe de forma picara, quiere besarla, pero ella mueve su rostro, exponiendo su cuello, justo donde debe ir su marca, besa y lame esa área, puede oler como vuelve a excitarse, se acomoda mejor, sosteniéndose por un costado, usando su mano libre para introducir uno de sus dedos en ella, que se desliza con facilidad por lo húmeda que se encuentra, introduce un segundo dedo y los mueve de adelante a atrás, escuchándola gemir en su oído, quiere escucharla siempre, muere or hacerla suya, por marcarla, impregnarla con su olor, dejándole claro al mundo que ella le pertenecía y que él era completamente suyo.

La lleva muy pronto a su punto máximo, ella acelera los movimientos en su pene, así que que hace lo mismo en su interior.

-Córrete conmigo – escucharla decir aquello es lo que necesita, sus paredes aprietan sus dedos con espasmos, vuelve a exponer su cuello, sus colmillos pican por marcarla, Asim quiere el control para hacerlo, pero lo detiene justo a tiempo.

-Joder – eyacula en su mano, se deja caer a su lado, están agitados, en silencio, procesando lo que ha sucedido, se siente en un sueño, pero la realidad lo golpea de repente, el ambiente cambia, no hay más complicidad entre ellos, la joven se pone de pie y corre al baño, escucha la ducha encenderse.

"¿La hemos jodido?

-Eso parece.
Ambos temen que los rechace después de esto, no podría vivir sin ella, no solo por su vínculo, o por haberla tenido de esa forma, sino por lo mucho que comenzaba a quererla.

AylaWhere stories live. Discover now