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Capítulo 17

Tardó mucho en salir del baño con la vaga esperanza de encontrarse sola, pero no fue así, el hombre seguía recostado en la cama, justo donde lo dejó, desnudo, no se resistió, observó su cuerpo, estática en su lugar.

Siguió haciéndolo cuando este su puso de pie, devorándola con la mirada, mordió sus labios inténtalo controlar al calor excesivo que comenzaba a sentir, sabía que estaba sonrojada.

Cierra los ojos para ayudarse, era mejor ignorar el hecho de que ella también estaba desnuda baja la toalla que sujetaba con fuerza a su pecho. Había perdido el control en cuanto despertó y lo sintió junto a ella, algo en su interior, algo primitivo e incluso salvaje se había apoderado de su cuerpo y mente.

Aún sentía los estragos del encuentro previo, estaba segura de que si lo volvía a tener tan cerca podrían ir más lejos, y ella no querría detenerlo.

- ¿Te encuentras bien? – la caricia en su brazo enciende en ella ese deseo de tomarlo y hacerlo suyo, se resiste a mirarlo, pero no puede apartarse - ¿Ayla?

-Aléjate - ordena con la voz entre cortada – no quiero tenerte cerca – pero la ignora, la acaricia con la yema de sus dedos ascendiendo por el brazo, hasta su clavícula y el borde de los senos, hasta llegar al nudo de su toalla.

-Tu cuerpo me dice otra cosa – la hace estremecer al hablar en su oído, besa su mandíbula, hace un recorrido por su cuello, tratando de nuevo de quitar ese estorboso pedazo de tela que la cubre.

-No – lo detiene, justo a tiempo, sujeta con fuerza la toalla antes de que caiga, es ella quien retrocede – no quiero.

- ¿Qué sucede?

-No te quiero cerca, no quiero que me toques – retrocede un paso más, lo mira a los ojos, le parece verlo herido por su rechazo, pero no le importa, ha recuperado la cordura y con ella el odio que le producía verlo- solo volví para advertirles del peligro, ahora puedo irme.

-No irás a ningún lado- sentencia, él parece estar molestándose también.

-No tienes derecho a retenerme aquí.

-Eres mi compañera- la sujeta por la muñeca acercándola a su cuerpo.

-Soy humana, es imposible que lo sea.

-También puedes sentirlo – lo tiene tan cerca que su cabeza vuelve a confundirse por momentos- tu cuerpo reclama el mío- su aroma le parece delicioso, la acorrala contra un mueble, pegando su cadera a la de ella, siente la presión de su bulto en el vientre, las imágenes de hace un momento pasan por su mente, humedeciéndola.

-No quiero – lucha contra sus instintos, el nuevo rechazo, hace retroceder al alfa, se ve furioso e intimidante.

-Vas a quedarte en este lugar, lo quieras o no.

La deja ahí con la respiración acelerada, y por demás molesta, se viste con ropa del hombre, trata de huir de la habitación, pero la interceptan antes de poner un pie fuera.

-Lo siento, tenemos ordenes de no dejarla salir – así que ha vuelto a su antigua rutina. - Morgan traerá su comida y algo de ropa limpia.

...

Malik había cumplido con su amenaza, estaba sufriendo las consecuencias de atreverse a escapar, la tenía sometida a una nueva clase de tortura, no había vuelto a sus antiguas habitaciones, y no tenía más guardias. Su condena sería ser vigilada por él a todo momento.

-Alfa – una joven asoma la cabeza por la puerta, llamando la atención de ambos – sus invitados esperan en la oficina para su reunión.

- Estaré ahí enseguida, gracias- aburrida vuelve su atención a la ventana, ignorando al hombre mientras se prepara - ¿Qué esperas?

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