⇝ eleven: what father says pt. 2

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Jungkook despierta, asustado, y observa a su alrededor rápidamente, costándole unos segundos recordar qué hace allí, tirado en el medio del bosque, o el por qué le duele absolutamente todo.

Ha sido castigado, y para su buena (o mala) suerte, se ha desmayado.

Jungkook no sabe cómo reaccionar.

Se encuentra completamente solo en el bosque, desplomado en el césped que le hace picar el cuerpo, siendo consumido por la tenebrosa oscuridad que le rodea, por el inmenso dolor en las costillas que le dificulta respirar, y por la sangre seca que le tira de la piel del rostro cada que intenta mirar de nuevo a su alrededor, temiendo que su padre se aparezca de repente.

Sería su fin, honestamente.

El omega respira pausado, llevándose una mano a las costillas, y se tiene que morder la lengua para no exclamar de dolor, para no rogarle a la Diosa Luna que le asesine de una vez, que le libere de tanto dolor. No sirve de nada, él sabe. La Luna no le escucha.

No le hace caso a las fallas.

Oww!" se queja al sentir una nueva y más dolorosa puntada en sus costados, quitándole el aire en un segundo.

Es extremadamente doloroso, y Kook no sabe hasta qué punto puede soportarlo.

"Mh" el omega lloriquea, y le toma todas sus fuerzas el rodearse a sí mismo en un abrazo, intentando desaparecer el dolor en su cuerpo y en su alma.

Mas el omega no intenta hacer algo más; no intenta verificar cuán profundas son sus heridas o si su padre le ha mordido antes de marchar. No intenta ver cuán hinchada está su cara o si tiene nuevos hematomas en las costillas. No intenta moverse nuevamente o comprobar si podrá volver a caminar, pues no siente las piernas.

Jungkook simplemente no hace nada.

Porque no es, para su mala suerte, la primera vez que es así de lastimado, y no importa lo que haga o no, él ya sabe cómo está.

Jungkook se abraza aún más, cerrando los ojos cuando el olor de la sangre, su sangre, le revuelve el estómago y hace que tenga arcadas tan, tan fuertes que lastiman su garganta. Y es que, a pesar de los años, aún no puede acostumbrar su olfato a ello: al después de un castigo.

"Ugh" se queja, haciendo pucheros, y le es inevitable el sentir los ojitos aguados.

Jungkook se encuentra destrozado.

Ha sido nuevamente castigado, y aquel mundo en donde comenzaba a sentirse seguro de repente vuelve a convertirse en un mundo prohibido, uno al que no pertenece ni pertenecerá, y no sabe qué hacer con tanto dolor acumulado en su ser, con el sentimiento de traición que le hace añicos el corazón, que le oprime y le deja con gran dificultad para respirar.

Esos alfas-

Los alfas en los que confiaba-

Nadie vino a salvarlo. Nadie le protegió. Le mintieron en la cara. Lo quieren ver muerto, al igual que su padre. Incluso si son alfas de otra manada, le aborrecen. No toleran a las fallas como él.

¿Por qué le mintieron tanto?

Jungkook no puede hacer otra cosa más que llorar por lo que parecen ser horas. Se ahoga y desvanece en sollozos, en su dolor, y para cuando la cabeza empieza a dolerle y su cuerpo se entumece por la posición, finalmente decide arrastrarse hasta el árbol más cercano, dispuesto a dejarse morir allí.

Es lo que merece, después de todo. Su padre se lo ha dicho.

Mas no sabe por qué una parte muy profunda de sí aún desea luchar, vivir. Y Jungkook no está para nada de acuerdo cuando esa parte de sí siente apenitas el aroma de Taehyung a lo lejos y le llama, llorando, pidiendo que lo cuide.

failed omegaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon