0. La mansión.

92 43 39
                                    

La única palabra que he escuchado durante toda mi vida es: "no".

—No te juntes con esas personas. Son mala influencia para ti.

—No salgas de casa en las noches. Podría ocurrirte algo.

—No te acerques a los perros o gatos callejeros. Sabrá dios que bacterias tienen.

—No me lleves a la contraria. Yo siempre tengo la razón.

—No me desobedezcas. Es por tu bien.

Esto es irónico ya que yo no puedo dejar de decir: "sí" a todo.

—Oye ¿me das de tu comida?

—Sí, aquí tienes.

—Regálame tu goma.

—Ten.

—¿Me puedes prestar tu celular?

—Sí.

La persona que dijo que los niños y niñas imitan el comportamiento de sus padres desde una edad temprana no me ha conocido. Yo de pequeña juré que nunca sería igual que ellos.

Gracias a mi horrible manía de nunca negarme a nada estoy en la situación en la que me encuentro actualmente.

¿Soy curiosa?

No... Bueno sí.

¿Suicida?

...no tanto.

¿Estúpida?

Antes creía que no pero ahora estoy segura de que sí.

En la mayoría de los pueblos hay alguna casa con una historia algo turbia detrás en la que el final de dicha historia siempre es la muerte trágica de uno de sus habitantes, el cual por razones "X" no descansa en paz y se queda custodiando su casa para atormentar a quien intente entrar en ella. Por supuesto, mi pueblo no es la excepción, en mi caso, no es una casa la que está embrujada supuestamente, sino una mansión que se encuentra en lo alto de una colina.

Si tu mejor amigo te dijera: te reto a investigar la mansión embrujada ¿Aceptas el reto?... ¿Cuál sería tu respuesta? Sería: "no" ¿verdad?

Pues... Yo quisiera decir que también me he negado.

—¡Evelyn camina de una vez!

—Ya voy, ya voy. Solo no grites tan fuerte, podrían oírte.

—Jamás pensé que haríamos esto.

—Yo tampoco —murmuré.

—Esto es tan emocionante ¿No te parece? Deberíamos hacerlo más a menudo.

Solo mi mejor amiga, Nicole, tiene el optimismo suficiente como para decir eso sin que por su mente pase ni por un instante la posibilidad de que nos maten por invadir propiedad privada.

Evelyn, Nicole. ¿Quieren que jugemos verdad o reto?

Cuando Kian nos dijo eso esta mañana pensé que iba a ser un juego igual a todos los otros. Pero cuando llegó mi turno y pedí reto me arrepentí hasta de haber nacido. Gracias a que acepté el reto que me puso estamos a punto de traspasar los límites de nuestro pueblo.

—Estamos infringiendo como diez leyes. Lo sabes ¿no? —intenté hacerle entrar en razón.

—¿Ya te acobardaste Evy?

—No, nunca —dije con determinación. Podré estar asustada, pero no pienso permitir que crea que soy débil.

—Pues me alegra. Ya hemos llegado.

Engaños mortalesWhere stories live. Discover now