Capítulo 14.

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Miro el interior de mi maleta de viaje y suspiro. Supongo que si hoy no me visto tan formal, no pasará nada..., ¿no?

Una vez puestos los vaqueros, vacilé con la sudadera en la mano. Bufé por lo bajo y acabé poniendomela a juego con unas zapatillas.

Me puse la chaqueta, un gorro, una bufanda y los guantes. Este mes de febrero había empezado a nevar, y salir desabrigado suponía un resfriado seguro.

Rebusqué entre las cosas que llevaba en el bolso; mi móvil no aparecía por ninguna parte. El pitido de mi teléfono me avisó de su posición. Me dirigí al salón y contesté la llamada sin percatarme de el nombre en la pantalla.

- Aquí Everdeen.

- ¡Hola preciosa!- la voz de Haymitch inundó el auricular.- ¿Ya te habías olvidado de mi? Hace tres semanas que no recibo tus llamadas.

- Lo siento mucho, se me había olvidado.- me di un golpecito en la frente. Debido al trabajo, se me había olvidado llamarle como solía hacer cada semana.- Es que he estado ocupada con lo del viaje y...- no me dejó terminar.

- ¿De viaje? ¿te vas a otro país?- noté el aire preocupado que adoptaron sus palabras.

- No, no. Estaba de viaje, te lo había dicho, ¿no?- me hice la loca, porque bien sabía yo que no le había comentado nada. Se me había escapado; se suponía que iba a ser una sorpresa- No es nada importante, tranquilo.

- ¿Viajarás al 12?- pareció esperanzado.

- No, no lo creo- mentí descaradamente. Era muy mala haciéndolo, por lo que no esperaba que se lo tragara a la primera.

- Ah, espero que vuelvas pronto.- dijo con aire distraído- ¿Y que quieres que haga?- no sabía hacia quién iba dirigido aquel susurro impaciente que pude captar desde la otra línea.

Se escuchó el murmullo de otra persona, demasiado grave como para ser de una mujer. Pensé que quizás Haymitch había decidido vivir de forma decente contratando a un joven que le limpie la casa.

- ¿Con quién hablas Haymitch? Me ha parecido oir la voz de un chico.

- ¿Ves? te ha oído, ¿porque no cierras esa boquita que tienes y te vas a hornear algo por ahí?- refunfuñó Haymitch en un susurro a la otra persona con tono molesto.

- Haymitch, ¿con quién estás hablando?, ¿hornear?- repetí lo que le oí decir. Por un momento se me vino el nombre de Peeta a la cabeza, pero no podía ser él. Haymitch me había mencionado que ya no le visitaba, y menos cuando era la hora en la que le hacia las llamadas semanales.

- Eh...., no, no. Era mi nuevo cocinero, es que como no puedo cocinarme yo mismo..., prácticamente me muero de hambre- tal dramatismo a la situación hizo que pusiera los ojos en blanco, una mala costumbre que se me había pegado de Cam hace mucho.

- Lo que no sé, es como has durado tanto tiempo sin uno.- le pinché.

-Y que lo digas.- no pareció molestarle.

- Tengo trabajo que hacer, te llamaré cuando pueda. Adiós, Haymitch.- cuelgo el bolso en mi hombro derecho, recojo unos documentos del escritorio y los meto a presión en una carpeta y la sujeto entre mis manos.

- Adiós, preciosa.- se despide.

Me dirijo al mini ayuntamiento a toda prisa intentando evitar otro retraso en mi tercer día aquí. Presiento que hoy va a ser un día muuuuuy largo en el distrito nueve.

(.....)

- Evan, yo creo que es mejor colocarlos allí. Así podrán recogerlos cuando los necesiten.- señalé la enorme montaña de leña.

"There will always be hope" - Peeta y KatnissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora