Capitulo 14.

11 2 0
                                    

Mirar a Jungkook salir por la puerta me hizo entender que no podía olvidarlo a pesar del tiempo y la poca convivencia que tuvimos; yo era ya una persona lo suficientemente madura para convivir con él pero al parecer él no lo es aún. Los sentimientos encontrados hicieron que mi estómago se revolviera e mi corazón doliera.
No es la persona que conocía ahora un chico tatuado, con perforaciones y un estilo diferente al muchacho tierno que yo conocía anteriormente. Ojalá no hubiera cambiado de esa manera tan cruel, aparentando lo que no es; aún que tenía pinta de "un chico malo" , tenia su mirada llena de tristeza.

No podía comprender porque me había engañado de esa manera más cuando esa noche tuve que irme por la enfermedad de mi hermano; ambos estuvimos sufriendo es tan malo ahora para no haberlo entendido o no darse cuenta la razón por la que me fui esa noche yéndome sin explicaciones; supongo no lo sabría él por ser un completo idiota. Cuando me enteré de su accidente solo quería venir a verlo, que me diera una explicación pero no podía mi hermano sufría mientras yo pensaba en abandonarlo por un chico que apenas conocí, aún recuerdo cuando Nam me pidió lo visitara aún que sea una vez de lo mal que se encontró por mi; la idea se descartó de inmediato cuando me enteré que Sun hacía cuidados de él.

—No puedo creer que no avisaras —cambio de tema Hoseok cuando el menor se marchó—. ¿No nos extrañaste? —preguntó señalándome de la misma manera.

Lo mire haciendo un puchero.

—Eso que importa —recriminó Jimin al pelirrojo—. Está aquí —añadió emocionado yendo a abrazarme.

Correspondí su abrazo con amabilidad.

—Creo que podemos invitarla a comer hay bastantes cosas que tenemos que platicar señorita —dijo Nam separándonos.

Jimin lo miró mal.

Todos caminamos a la cocinar haciendo un par de bromas sobre lo que habría ocurrido con el tatuado.

—Pasó mucho tiempo no es posible que sigan teniendo esa inmadurez —comentó murmurando Yoongi.

Lo mire mal.

—El inmaduro aquí es Jungkook —dijo Jin.

Yoongi lo miró pensativo.

—Supongo tienes razón —respondió.

Suspiré.

Al entrar pude encontrar un gran bufet de pollo frito con raciones tradicionales de Corea; extrañe tanto comer aquí, por el trabajo no me permitía disfrutar un poco de ella o de restaurantes que la tuvieran. Extrañamente en mi país no había sabor como este o en Corea no se hallaba el sabor de la comida de mi país. Nos sentamos sirviéndonos un poco de todo, parecían ansiosos.

—Cuéntanos ¿qué te trae por aquí? —preguntó Jin dando un gran mordisco a su pollo.

—Primero disfrutemos la comida —pedí.

Nadie renegó porque el deseo de comer fue más grande, todos comían tranquilamente disfrutando la comida el primero en terminar fue Nam; ese chico comía rápido. Sentí la tranquilidad de estar en mi segundo hogar hace tiempo no lo tenia, desde que me fui solo podía mirar a los chicos individualmente o me visitaban cada que ellos podían o tenían trabajo por mi país, nunca deje de tener comunicación con ellos.

Al terminar de comer todos Jin me miró entrecerrando los ojos.

—¿Porqué me miras así? —pregunté indignada.

Por dos semanas  | Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora