Un nuevo amigo (3)

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Caminaba de regreso a casa después de hacer algunas compras en la tienda de conveniencia. El aire frío de la mañana acariciaba mi rostro, mientras llevaba en mi mano una bolsa con analgésicos y comida. Sentía el peso de la bolsa en mi brazo, recordándome la razón por la que había salido en primer lugar.

-Qué aburrido -murmuré para mí mismo, continuando mi camino por las solitarias calles. Sin embargo, algo llamó mi atención en un callejón cercano. Se encontraba un pequeño gato al que solía alimentar. Me acerqué con cuidado, sacando un sobre de comida de la bolsa.

-Toma, espero que te guste -dije con una sonrisa, vaciando el contenido del sobre en un pequeño recipiente. Me senté en el suelo junto al minino, observando cómo devoraba la comida con entusiasmo.

No sé en qué momento me quedé dormido, pero fui despertado bruscamente por un dolor agudo en mi pierna. Abrí los ojos y me encontré con la mirada desafiante de un chico que se había acercado a mí.

-Oye, maldito, ¿quién mierda se queda dormido en la calle? -dijo con voz amenazante, su aliento cargado de un olor desagradable que me hizo sentir náuseas.

Sus amigos se acercaron, rodeándome, y uno de ellos, sin ningún remordimiento, pisó al pequeño gato. El minino maulló de dolor, y mi corazón se llenó de furia. Pero lo peor estaba por venir. El individuo despreciable se atrevió a patear al gato con tanta fuerza que su pequeño cuerpo chocó contra la pared, produciendo un ruido sordo y desgarrador.

Mi paciencia se agotó en ese momento. Ya estaba de mal humor por el dolor en mi cabeza, y ahora estos idiotas habían cruzado la línea al maltratar al indefenso minino.

-¿Qué pasa, maldito? ¿No te gustó que pateara a ese estúpido gato? -el idiota que había cometido semejante acto de crueldad se agachó, acercando su rostro al mío, desafiante.

-El único estúpido aquí eres tú -respondí con voz llena de rabia y determinación. Sin pensarlo dos veces, sujeté su rostro entre mis manos y choqué mi cabeza contra la suya, rompiéndole la nariz y provocando que su asquerosa sangre manchara mi frente.

-Maldito hijo de... -intentó decir otro de ellos, pero no le di oportunidad de terminar. Me puse de pie y, con un rápido movimiento, le propiné un golpe directo en el estómago, dejándolo sin aire y doblándose de dolor.

-Idiota -el tercer individuo intentó atacarme, pero fui más rápido. Le lancé un golpe certero en el rostro, dejándolo inconsciente al instante.

El chico al que le había roto la nariz anteriormente trató de ponerse de pie, viendo que había acabado con sus dos amigos. Antes de que pudiera intentar algo, agarré su cabeza y la estrellé contra el pavimento con fuerza, dejándolo inconsciente y sin posibilidad de hacerme daño.

-Qué patético -pronuncié esas palabras con desprecio, dejando claro mi repudio hacia las personas que maltratan a los animales. Su crueldad me parecía despreciable y patética.

Después de acabar con aquel individuo, me acerqué al pequeño minino. Parecía tener dificultades para respirar y moverse. Con delicadeza, lo tomé entre mis manos, procurando no lastimarlo. Mientras lo sostenía, escuché un sonido detrás de mí. Al voltear, vi al chico al que había golpeado en el estómago, quien se acercaba amenazante con un palo de madera en su mano. Sin embargo, antes de que pudiera atacarme, alguien más intervino y sujetó su cabeza, estrellándola contra la pared.

-¿Estás bien? -un chico de cabello largo y negro se acercó a mí, habiendo noqueado al agresor.

-¿Eh? Sí, gracias -después de procesar la situación, me puse de pie y le agradecí al chico de cabello largo.

-¿Cómo está el gatito? -me miró fijamente, preocupado por el pequeño gato que sostenía entre mis brazos.

-No sé qué tan lastimado esté, pero le cuesta respirar -respondí, mirando al chico frente a mí, quien mostraba una determinación en sus ojos.

-Hay una veterinaria cerca de aquí. Tenemos que llevarlo para que lo revisen. Sígueme, los llevaré en mi moto -el chico de cabello largo dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida del callejón.

-¿Eh? Gracias -rápidamente tomé mi bolsa con las compras que había hecho y seguí al chico hasta un estacionamiento cercano.

-Sube -me indicó el de cabello negro, y obedecí, subiendo a la motocicleta. Con uno de mis brazos, me sujeté de su cintura, mientras con el otro abrazaba al pequeño minino, procurando protegerlo en todo momento.

-Agárrate fuerte -Dijo el chico de cabello negro mirándome de reojo, transmitiéndome una sensación de confianza. Luego, encendió la motocicleta y comenzó a conducir a toda velocidad hacia la veterinaria, sintiendo el viento en mi rostro mientras avanzábamos velozmente.

Finalmente, llegamos a la veterinaria. Fuimos atendidos rápidamente, ya que parecía que los empleados del lugar conocían a aquel pelinegro. Nos sentamos en la sala de espera, uno frente al otro, esperando noticias sobre la salud del minino.

-Oye, por cierto, soy Keisuke Baji -el chico de cabello largo y negro me miró, esperando una respuesta.

-Es cierto, olvidé presentarme. Soy ____ Akabane -me recargué en el asiento, sintiendo cierta fatiga después de los eventos recientes-. Gracias por ayudarme antes.

-No es nada. Pensé que no harías nada y dejarías que siguieran golpeando al gatito, pero en lugar de eso golpeaste a esos malditos -Baji sonrió de manera satisfactoria, admirando mi valentía.

-Odio a las personas que maltratan a los animales -pronuncié esas palabras con un tono cargado de indignación y repudio hacia los maltratadores.

-Yo también. Además, peleas bien. ¿Entrenas? -Baji me miró con curiosidad, y pude ver en él una cierta aura felina.

-Sí, pero fue hace mucho tiempo. No me gusta pelear. ¿Y tú? -lo miré, tratando de recordar dónde había escuchado su nombre antes.

-Sí, cuando era niño entrené en el dojo del abuelo de uno de mis amigos -Baji sonrió con nostalgia, mostrando sus colmillos, como si esos recuerdos le trajeran felicidad.

-Qué increíble. Por cierto, tu motocicleta es genial -sonreí y miré por la ventana, desde donde se podía ver el estacionamiento.

-Sí, lo sé. Por cierto, sé que dijiste que no te interesaba pelear, pero peleas genial. ¿No te interesaría ser parte de una pandilla? -Baji me miró con determinación, recargándose en su asiento.

-¿Una pandilla? -lo miré con incredulidad, sorprendido por su propuesta.

-Sí, soy miembro de una pandilla llamada Tokio Manji Gang-Baji sonrió con orgullo, como si le hubieran dado un premio-. Soy el capitán de la Primera División de la Toman.

-En serio, qué increíble. He escuchado mucho sobre la Toman, son una pandilla realmente genial -sonreí y lo miré con emoción.

Nuestro emocionante intercambio de palabras se vio interrumpido por la aparición de la enfermera. Nos informó que el pequeño gato tenía unas costillas rotas y una pata fracturada, lo que significaba que su recuperación requeriría tiempo y dinero. Para mí, el dinero no era un problema, así que pagué todos los gastos médicos del minino y también algunos extras para asegurarme de que recibiera una buena alimentación hasta que alguien pudiera adoptarlo. Ni Baji ni yo podíamos hacernos cargo de él a largo plazo. Después de eso, salimos de la veterinaria.

-Bueno, nos vemos, Baji-kun -me despedí de Baji, preparándome para irme. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso, Baji me detuvo.

-Oye, espera -Baji me tomó del hombro, haciendo que me diera la vuelta para poder verlo.

-Me agradas, así que si te interesa unirte, puedo presentarte a mis amigos. Entre ellos está nuestro comandante, Mikey -Baji me miró y luego esbozó una sonrisa llena de entusiasmo.

-Me encantaría. Será un honor para mí conocer al invencible Mikey y ser parte de la Toman -sonreí y miré a Baji, compartiendo su emoción.

-Entonces, ¿puedes darme tu número para estar en contacto? -Baji me extendió su teléfono, esperando que le diera mi número.

-Claro -sonreí y tomé su teléfono, escribiendo mi número y devolviéndoselo.

-Entonces nos vemos, Akabane-kun -Baji me miró y extendió su mano hacia mí, ofreciéndome un gesto de despedida.

-Solo llámame ____, después de todo, ya somos amigos -tomé la mano de Baji, estrechándola en un apretón cálido y amistoso. Una sensación reconfortante recorrió mi cuerpo mientras sonreía.

-Claro, entonces nos vemos, ____ -Baji soltó mi mano y se dio la vuelta, montando en su motocicleta.

Permanecí parado, observando cómo Baji se alejaba, sintiendo el viento suave acariciar mi rostro. Luego, saqué mi teléfono del bolsillo y marqué el número de uno de mis amigos. Esperé a que contestara, con la mente llena de pensamientos sobre lo que acababa de suceder.

-¿____? ¿Estás bien? ¿Pasa algo? -la voz de Jake resonó al otro lado de la línea, llena de preocupación.

-Jake -respondí con un tono serio, mientras me daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia mi casa-Parece que ya no necesitaremos infiltrar a nadie en la Toman.
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Bueno hasta aquí el capítulo de hoy perdón por las faltas de ortografía y si la narración no están buena, pero es el primer fanfic que escribo y si tienen alguna sugerencia déjenla en sus comentarios y un me gusta gracias por leer.

El Impostor (Male Reader X Mikey)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant