، 🍹 : Capítulo 04.

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Dos días después de la salida al shopping.

Jimin estaba ayudando a Seonghwa con la organización de la noche, el sector VIP del bar estaba ocupado por unos inversionistas importantes. Por esto mismo, Hwa quería tener manejada la situación al 100% y él, literalmente, se estaba arrancando los cabellos por el estrés.

—Ya, amor —dijo Yeosang—. Te estás arrancando los cabellos de la barba.

—Lo siento, es solo que hay muchos clientes y me pongo nervioso.

—Seonghwa —Minho, un trabajador del lugar, habló—. Los clientes VIP pidieron omegas para que les bailen.

—Oh si, voy a buscar, ya vuelvo.

Jimin tuvo una extraña sensación en su estómago. Jungkook estaba en ese grupo de "empresarios/gente importante", ¿él también estaba a favor del uso de omegas como objetos? ¿Él buscaba omegas para que le bailen o para tener sexo?

Mierda, por qué siquiera estaba pensando en Jungkook. Eso no es algo de su incumbencia.

Siguió limpiando la barra y tratando de liberar de su mente esos pensamientos. Él no era su alfa, no tenía por qué importarle lo que hacía con otras omegas.

Claro que no.

Tú, eres tan idiota.

Jimin quería golpear a su omega.

—Jimin —Minho caminó hasta él—. Tienes que llevarle esto a los inversionistas.

Le pasó una hoja de papel con nombres de tragos, el ojiverde resopló y comenzó a armar los vasos. Tomó una bandeja y cruzó todo el bar hasta el sector privado, saludó al seguridad que se encontraba en la puerta y entró al lugar.

El olor a alfa era insoportable y asqueroso. Jimin nunca había sido muy fan de los olores fuertes, más viniendo de un alfa. Algunas miradas se clavaban en él y, en algún momento de su camino, sintió una mano rozar su espalda, más no le prestó atención.

Llegó a la mesa y les dedicó una sonrisa respetuosa a los alfas, betas y omegas acompañantes. Jungkook no estaba ahí. Dejó las bebidas sobre la mesa y giró para salir de ahí.

En mitad de camino una mano se posó sobre su espalda baja, un alfa; robusto, musculoso y de ojos negros.

—Hola, hermoso.

—Hola —los nervios se notaban a kilómetros, la voz de Jimin temblaba un poco.

—Soy Junghee.

—Jimin.

—¿Quieres ir a una habitación, omega?

—No, no, gracias.

—Oh vamos, tienes cara de necesitarlo —sonrió con picardía—. Puedo pagarte si quieres.

—No soy prostituto —alejó su cuerpo del toque del alfa—. Trabajo en la barra, ese es el único lugar donde va a encontrar mis servicios.

El alfa rio, seco como burlándose de Jimin. Junghee miró hacia atrás donde estaba su grupo de amigos y dio un asentimiento con su cabeza. Jimin notó esto y el miedo se apoderó de él, durante bastantes segundos a decir verdad.

Cuando quiso dar unos pasos hacia al frente, para finalmente poder salir del lugar, el cuerpo del hombre chocó contra él.

—Por favor, Junghee, tengo que seguir trabajando y yo...

—¿Cuándo terminas tu turno?

—No lo sé, no tengo un horario fijo.

—Bien, te esperaré y vendrás conmigo.

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