، 🍹 : Capítulo 13.

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Jimin y Jungkook no hablaban hace una semana.

Junseo extrañaba tanto al alfa. Y, aunque odiaría admitirlo, Jimin también lo extrañaba mucho.

Una noche (de las tantas que Jungkook iba a dormir con ellos) el alfa llegó con un aroma fuerte a omega y a niños. Eso había desencadenado una pelea —no muy grande, en realidad— solo un "hueles a otra omega" y un "lo siento" por parte de Jungkook. Después de eso durmieron y al otro día la comunicación se perdió.

Ahora, Jimin estaba en el bar, moviéndose con maestría por toda la barra. Aunque todos sus sentidos estaban puestos en la habitación de un costado donde su hijo descansaba (mejor dicho: destrozaba todo el lugar).

—Hola, Jimin.

Jimin volteó su cabeza hasta chocar sus ojos con Jackson.

—Hola, cariño, ¿qué vas a pedir?

—Dame dos cervezas y tres whiskys, por favor.

—Claro.

—¿Junseo cómo está? No lo veo hace mucho.

—Oh si, ha pasado tiempo. Está bien, debe estar durmiendo en esta habitación de ahí —señaló con un dedo la puerta que se encontraba a su izquierda.

—¿No es un poco peligroso traerlo?

—Si. No tengo otra opción. Mi amiga ya no puede cuidarlo —le entregó las bebidas.

—¿Y Jungkook? Sabes que a él no le importaría.

—No quiero molestarlo. Seguramente tiene cosas más importantes que hacer en su tiempo libre.

Jackson solo lo miró y asintió con su cabeza antes de dirigirse a la mesa donde se encontraban su omega y sus amigos.

✧✦✧

—¿Tienes sueño, mami?

Jimin caminaba por las calles con el pequeño enganchado a su cuerpo. Las piernitas del niño rodeaban su cintura y Jimin lo sostenía por sus pequeños muslos.

—Un poco, bebé. Además hace mucho frío, ¿no?

—Si, mucho mucho.

Junseo se acurrucó en el hueco del cuello de su mamá. Sus manos acariciaron la mejilla de Jimin y jugó con la nariz del omega mayor la cual estaba roja.

Jimin metió la llave en la cerradura y el cálido viento tocó su rostro haciendo que suspire aliviado.

—Llegamos a casa —bajó al niño—. ¿Quieres dormir conmigo?

—¡Si! Tengo pesadillas —dijo lentamente, frotando sus ojos con un notable cansancio.

—Lo sé, Jun. Siento no poder hacer nada para que se vayan.

—¡Si puedes! —Jimin lo miró confundido, entrecerrados sus ojos—. Abrazos de oso, mami.

—Los abrazos de oso te calman, ya lo recuerdo.

—Mami, extraño a papi.

—Lo sé. Jungkook ya va a venir a verte, lo prometo.

—Está bien.

—Vamos a la habitación. Voy a ponerte un pijama calentito.

—Calentito —susurró el niño.

Luego de cambiarse ambos se tumbaron en la cama de Jimin. Junseo estaba atento a todo lo que ocurrió a su alrededor, sus pesadillas aún no cesaban.

—Mañana puedes llamar a papá, si quieres.

—Quiero que venga ahora —un puchero se formó en sus labios.

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