Paqueteritos

Capítulo 7 - Decisiones

Decisiones

Ante la noticia de la desaparición de Chuy y Santos, don Tomás sale de prisa y acude a la casa de Chuy. Pretende hablar con la madre para ofrecer su ayuda, pero solo encuentra a Susy, la hermanita, quien le informa que su madre salió a buscar a su hermano y a levantar la denuncia. El rostro de Susy refleja huellas de llanto, pero en ese momento se encuentra tranquila. Don Tomás le pregunta:  

—¿Qué es lo último que saben de él, mija?

—Salió anoche con el Nejo, dijo que iba con su novia a la plaza. 

—Y la novia que dice, ¿ya la llamaron? 

—Sí, dijo que se fueron al río a dar el rol, y la fue a dejar a su casa como a las doce.

—¿Alguien más los acompañó? ¿Alguien más estaba con ellos en el río?

—Dice Liliana que sí, pero que ella no los conoce. Había chavos y chavas, al parecer de la prepa.

—De seguro estaban tomando —lamenta don Tomás— ¿Y la familia de Santos sabe algo diferente? ¿Conocen a algún amigo de Santos que esté en preparatoria?

—No sé, don Tomás. Mi mamá también va ir anca el Nejo.

—¿Sabes en qué mueble fueron a dejar a la novia de Chuy?

—En la troca del Nejo.

—Bueno, mija, gracias. Si llega tu mamá dile que vine y que cualquier cosa en que pueda ayudarle estoy a sus órdenes. 

Don Tomás llega a casa de Santos. Le recibe la madre. Después de intercambiar información, don Tomás percibe cierta tranquilidad anormal en ella. Entonces le pregunta: 

—¿Santos ha hecho esto antes? Me refiero a no llegar a dormir, y no avisar en donde anda.

La madre tarda en responder.

—Sí, un par de veces, pero que le voy a hacer. Yo lo regaño, pero...

La madre deja la oración incompleta. Don Tomás dice:

—Esperemos que esta sea una tercera vez, y que aparezcan durante el día. De cualquier manera, quisiera ayudar a buscarlos, por eso vine. No vaya a ser el diablo. 

—Ni lo mande Dios. —Se persigna.

—¿Conoce algún amigo de Santos que curse la preparatoria?

—El único sería Pedro, es hijo de un amigo de mi esposo, pero le llamé y no sabe nada de Santos. 

—Si Santos y Chuy estuvieron con jóvenes de preparatoria, le sugiero que llame de nuevo a Pedro y le pida, de favor, que llame a todos sus compañeros de la preparatoria; alguien debe de saber algo. 

—Ya se lo pedí, don Tomás, pero nadie sabe nada.

—Pero ¿Nadie los vio? O los vieron en el río, y no saben a dónde se fueron después.

—Nadie ni siquiera los vio.

—Entonces, esos muchachos de preparatoria ¿Quiénes serían? 

Se quedan en silencio analizando. La madre le informa que ya investigó con todos sus familiares y amigos, con los cuales Santos, en el pasado, ha hecho lo mismo, pero no consiguió nada.

—Qué raro —exclama don Tomás pensativo—. En una ciudad tan chica, donde todo se sabe y hasta se inventan cosas, con tantos testigos y nadie sabe nada.

La mamá medita lo dicho con ojos húmedos. Ahora sí siente temor.

—¿Y que sugiere, don Tomás?