57 - Lautaro Martinez.

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I can make you mad, I can make you scream
I can make you cry, I can make you leave
I can make you hate me for everything
But I can't make you come back to me
(The Rose - Back to me)

Miénteme

El llanto era sofocante, tus piernas se debilitaban. Tus manos estaban apoyadas sobre los azulejos mientras dejabas que la lluvia de la ducha, te cubriera por completo.

Estabas desmoronándote y no sabías hasta cuando ibas a soportarlo, solo por el hecho de amarlo.

*minutos atras*

— ¡solo te pregunte porqué no me llamaste! —exclamaste molesta— No es para que te pongas así —bufaste.

Lautaro negó varias veces mientras murmuraba por lo bajo.

— ¡estoy trabajando! Mil veces te dije que no me jodieras llamándome todo el tiempo, si yo necesito algo te lo voy a hacer saber, no soy un pendejito, que ganas de romper las bolas tenes—te dijo molesto.

— ¡fuiste a comer con tus amigos de noche! Te llame por si querías que te pasara a buscar por si habías tomado, solo me preocupaba por vos ¿lo ves? ¡sos un desagradecido de mierda! —la voz se te rompió.

— Bueno ya está, perdón amor, tampoco es para que te pongas así —se rio en tu cara mientras te abrazaba.

¿Se estaba riendo de tu dolor? ¿De aquella situación en la cual vos estabas mal?

Lo empujaste y fuiste al baño. Allí trabaste la puerta y te despojaste de tu ropa para meterte a la ducha.

No ibas a permitir que te viera llorar, que te viera débil.

Escuchaste como la puerta de entrada se cerraba de un estruendo y apretaste los puños pero no fue suficiente para contener toda la bronca que cargabas.

Gritaste sin importarte nada, estaba de mas el ruido del agua correr, puesto que no pudo acallar tu sufrimiento.

•••

Al salir de la ducha te pusiste ropa cómoda para dormir, y te tomaste el tiempo de secarte el pelo, primero con una toalla y luego con el secador.

Te estabas viendo en el espejo del baño, y todo tu rostro mostraba que hace tiempo venías soportando una montaña rusa en donde hoy estabas feliz y mañana estabas rota.

La puerta de entrada volvió a escucharse y vos tomaste aire.

Ibas a ignorarlo, ibas a fingir que estabas demasiado cansada, e ibas a irte a dormir.

Lautaro se acercó hacia la única luz encendida de su hogar, el baño.

Tenía una sonrisa nerviosa y se acomodó el pelo antes de ir hacia tu encuentro.

— hola... —saludó un poco avergonzado apoyándose en el marco de la puerta.

Lo miraste neutra y observaste cómo extendió su mano hacia vos, mostrando una flor, un poco maltratada.

Levantaste las cejas.

— ¿saliste a las diez de la noche a comprarme una flor?

One Shots - ScalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora