Capítulo 5

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Dan estaba avergonzado de aceptar que había buscado el nombre de Joo Jaekyung en el buscador en línea. No era su intención, al menos no en el inicio. Era fin de semana y el entrenador Nam Wook le había mencionado que no era necesario que asistiera, a pesar de tener una pelea próxima, lo importante eran los días previos. Dan alegre y abrumado, no sabía qué hacer, era mucho tiempo libre y no pensaba pasarlo en su apartamento solo.

Bueno, no completamente solo, bim le acompañaba, pero el gato había entrado en una de sus rachas donde prefería tirarse del segundo piso a acercarse pidiendo mimos. Para su suerte, recibió un mensaje el sábado temprano de un amigo de la universidad, pidiendo verse para platicar.

Así, terminó en una cafetería. Estaba sentado en una mesa en la esquina, alejado del constante ir y venir del mostrador. Tenía una excelente vista de la puerta, así podría observar cuando llegara Eun. Se habían conocido el tercer semestre de la carrera cuando tomaron una materia en común, Eun tuvo que presentarla otra vez y le pidió a Dan asesorías, desde entonces han sido amigos. Dan lo consideraría como su amigo más cercano y a pesar de no verse tan seguido y comunicarse esporádicamente por mensaje de texto, sabía que el cariño y el interés que se tenían era genuino.

Tomó un trago de su late y observó a su alrededor, era bastante popular entre los jóvenes, quienes tomaban fotos de los postres y el lugar, que tenía una estética moderna, con sillas de variados diseños y colores y plantas que caían desde diferentes estantes. La luz amarilla que abrazaba el lugar le daba un toque hogareño. A Dan le pareció agradable, entendía porque era muy concurrido.

Eun lo convenció de venir, argumentando que todos en su Instagram tenían fotos ahí y él no podía quedarse atrás. Revisó el reloj de su teléfono, Eun venía tarde por diez minutos, no estaba sorprendido. Seguramente entraría, lo abrazaría y le diría: "Lo mejor se hace esperar, ya estoy aquí".

Iba a mandarle un mensaje preguntando dónde estaba, cuando sintió una mano en su hombro.

—¡Dan, amigo! —le habla entusiasmado. Había teñido su cabello a un castaño más claro y sus amigables ojos eran cubiertos por gafas. La camiseta que llevaba puesta le favorecía y el color azul marino hacía resaltar su piel. Dan se levantó y correspondió el abrazo, sonriendo y feliz de verlo otra vez—. Hace mucho que no te veía, te extrañaba.

Se sentaron frente a frente en la mesa y Eun pidió un frappuccino y un pastel de chocolate que acordaron compartir, cuando la muchacha se acercó a pedir la orden.

—Yo también te extrañé, debemos vernos más seguido.

Viendo a su amigo sonreírle, Dan se dio cuenta de lo solo que se había sentido. No era que no tuviera amigos, al contrario, tenía a muchas personas que se preocupaban por él, pero tendía a retraerse y no salir cuando las cosas no iban bien. Sentía que era su culpa el no verse por tanto tiempo.

—Eso dijimos la vez pasada y míranos, no nos vemos desde... —se detuvo a la mitad de la oración, de pronto nervioso, revoloteó la mirada antes de posarla en Dan, dándole una disculpa tácita.

—Sí —contestó, no queriendo terminar llorando en medio de una cafetería tan transitada como el boulevard principal de Seúl, sería vergonzoso.

—¿Cómo has estado? —preguntó con cautela, queriendo saber qué tan afectado seguía por la muerte de su abuela. Dan no creía que lo superaría nunca y agradecía la preocupación de su amigo, pero no sentía con ánimos de hablar sobre eso y arruinar el humor entre ellos.

—Muy bien, ¿y tú? ¿Cómo te va en el trabajo?

—Cansado —suspiró, tomando el cambio de conversación como una señal. Dan le agradeció que no continuara con las preguntas—. Mis compañeros son unos inútiles, entre todos no se hace uno solo. De verdad no entiendo cómo es que siguen ahí. A veces tengo que terminar trabajos que les corresponden a ellos, es una locura.

Jinxed JawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora