Capítulo 37

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—No me agrada —dijo Yoon Gu, tenía el ceño fruncido, como en días anteriores. Dan pensaba que las arrugas en la frente lo hacían ver más grande y no le gustaba. Apretó las gasas alrededor del tobillo sobre su regazo, escuchando el siseo de Yoon ante la fuerza. Su tobillo estaba bien, a pesar de haberse lastimado bailando (aunque siguiera insistiendo que era una situación hipotética), ningún ligamento estaba hinchado. Estaría bien dentro de unas semanas.

—¿Quien?

—Heesung —escupió, como si el nombre le supiera a ácido y por la mueca en su cara, Dan empezaba a creer que así era. ¿Había sucedido algo entre ellos? ¿Heesun le había hecho algo?

—¿Por qué?

—No sé —suspiró, recargándose sobre el aparato detrás de él, los hombros encorvados —. Sé como se escucha Doc Dan y mi madre dice que el odio es un sentimiento muy feo y que yo no soy así, pero no lo sé. Cuando lo miro solo quiero... golpearlo —se giró con los ojos brillantes, tomó los hombros de Dan y le miró suplicante—. ¿Qué significa eso? Yo no soy así, Doc Dan, en serio, yo nunca he querido golpear a nadie, ni siquiera cuando mis amigos trataban de que saliera en citas con una chica de mi escuela, y eran bastantes insistentes. Una vez, nos dejaron encerrados en un closet, ¿puede creerlo? No me gustan los lugares oscuros, así que me enojé. ¡Ni siquiera quise golpear a Jaekyung cuando me empujó!

Yoon Gu debió haber visto la cara de Dan porque negó.

—¡No lo digo en ese sentido! Creo que fue como un sueño hecho realidad, y luego hicimos sparring juntos. ¡Fue maravilloso! —tenía una expresión soñadora, como imaginando la vida donde todos los días se subía al ring con Jaekyung. Dan no lo entendería, porque ser golpeado por un peleador de élite no estaba entre sus sueños.

—Entonces, odias a Heesung.

—¡No! Odio es una palabra muy fuerte, no me gusta esa palabra —asintió tratando de convencerse a sí mismo, pero no podía dejar de ver a Heesung al otro lado del gimnasio con una mueca. Heesung había empezado a tomar su entrenamiento en serio. Para sorpresa de Jaekyung, la película de acción que protagoniza sucedería dentro de un mes y su habilidad física seguía siendo tan mala como al inicio. El día anterior Joseph lo había entrenado hasta entrada la tarde. Hoy era el turno de Jaekyung—. Creo que simplemente no me agrada.

—Creo que estás celoso de él —dijo Dan cuando lo comprendió. Yoon Gu había tenido que esperar tiempo, soportar una de las rabietas de Jaekyung, casi ser golpeado por él, para poder hacer sparring con el que consideraba su ídolo. Heesung había llegado, todo sonrisa y cabello claro, exigido entrenar aquí y estaba en la segunda sesión con Jaekyung. Dan también estaría celoso.

—¿Celoso? ¿Por qué? No tiene nada que yo quiera —se interrumpió, pensando por unos segundos antes de continuar—. Es demasiado flaco, demasiado amable y un poco feo. Además, creo que él también me odia, siempre que trata de hablarme es muy amigable. No confío en su juego.

—Tal vez solo quiere que sean amigos.

—No, puedo ver a través de él.

Dan terminó de vendar su tobillo, Yoon Gu lo flexionó a los lados antes de sonreír y lanzarse sobre él.

—¡Es el mejor, Doc. Dan! —se levantó y corrió hacia Joseph. Se detuvo a mitad de camino, mirando su tobillo. Dan creyó que le había dolido, pero lo vio correr de nuevo con energía renovada—. ¡Jo, mira mi tobillo! ¡Doc. Dan es el mejor, siento que podría besarlo!

Eso llamó la atención de Jaekyung, a pesar de estar alejados de ellos. Giró la cabeza, ignorando a Heesung que hacía shadowboxing y buscó entre todas las personas hasta que sus ojos se detuvieron en Dan. Le sonrió, alzando la mano en un saludo corto, riendo cuando su ceño fruncido se pronunció. Sabía que estaba gruñendo porque Heesung se detuvo, desconcertado.

Jinxed JawWhere stories live. Discover now