Capítulo 29

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—Quédate esta noche —insistió Jaekyung acariciando el brazo de Dan y mirándolo con ojos suplicantes. No era justo, Dan no podía resistir esos ojos, no cuando lo miraban como si fuera a derrumbarse en el segundo que pisara el elevador—. Prometo no hacer nada.

—No lo sé, tengo que alimentar a bim —y aunque sonara como una excusa, el pensamiento de su gato arañando los  y las puertas de la cocina en busca de comida le hacía retorcerse en culpa. Necesitaba una ducha, no tenía ropa y Dan sabía lo que haría si Jaekyung le llegara a ofrecer una camiseta que fuera muy pequeña para que perteneciera a él. No quería usar la ropa de algún otro chico. Tal vez esta era la oportunidad perfecta para poder tomar alguna sudadera de Jaekyung y regocijarse en el pensamiento de ser el primero en poder hacer eso. ¿Sería el primero?

—Conseguiré a alguien que lo haga —dijo hundiendo su cara en el cuello de Dan y era demasiado para alguien que había dicho que no haría nada, pero no quería quitarlo. Sentía la respiración de Jaekyung en su cuello y sus labios cosquilleando su piel, suaves y húmedos. Un escalofrío lo recorrió y subió sus manos hacia los bíceps de Jaekyung, apretandolos.

—Pero —continuó enterrando la cabeza en el duro hombro de Jaekyung, suspirando al sentir la calidez de su cuerpo, no quería irse. Jaekyung lo necesitaba y él necesitaba verlo, sentirlo y consolarlo. La tensión de sus hombros y las ojeras en su cara hacían a Dan querer obligarlo a una siesta de un mes, envolverlo entre las mantas de su cama y no dejarlo salir—, yo tengo las llaves de mi apartamento.

—Conozco a alguien —murmuró con suficiencia, las palabras sobre su cuello haciéndole cosquillas. Dan lo empujó levemente para poder mirarlo a los ojos. Jaekyung lucía sorprendido y extrañado, como si hubiera sido despertado de un sueño profundo y empujado a la realidad. El moretón en su mandíbula lucía doloroso en la luz tenue del recibidor.

—¿Conoce a alguien? —escupió la pregunta incrédulo y divertido porque qué se suponía que significaba eso—. ¿Le va  a llamar a un desconocido que puede abrir puertas sin la llave para que entre a mi apartamento y alimente a mi gato?

—No, claro que no—intentó convencerlo, llevando sus manos a la cara de Dan, acariciando las mejillas y tocando su cabello, acomodando un mechón detrás de la oreja con sus dedos largos y dulces. Dan sintió los ojos cerrándose ante las caricias—. Le diré al entrenador.

—¿El entrenador? ¿Qué...? —Dan no estaba entendiendo y no sabía si era por las manos fuertes y suaves de Jaekyung sobre su cabello o porque estaba insinuando que el entrenador Namwook tenía la habilidad de abrir puertas sin la necesidad de una llave. ¿Era cerrajero en su tiempo libre?

—No sabes muchas cosas del entrenador —sonrió de lado, deteniendo sus manos sobre las mejillas de Dan. Con el pulgar acarició los pómulos rosados y las pestañas que revoloteaban ante la cercanía.

—No sé si quiero preguntar —susurró sin pensar, como si olvidara en el instante que decía las palabras de qué estaban hablando.

—No te lo diría, son historias de su pasado que él decide contar, así que... —se encogió de hombros y se alejó de Dan, sus manos cayendo a sus costados y las mejillas de Dan temblando por la ausencia de calor. Había cuidado y contemplación en la cara de Jaekyung, como si esperara que Dan saliera corriendo como un cachorro a las calles de la ciudad. Dan no quería huir—. Quédate, por favor. Son demasiados y son insistentes, te destrozarán en cuanto salgas.

Dan asintió. No podía irse, no cuando todavía podía oler el aliento de Jaekyung apestando a alcohol, sentía las vendas de su mano cuando las posó sobre sus mejillas y veía el moretón en su mandíbula, rojizo y violáceo, oscuro como sus ojos.

—No puede ignorarlos para siempre —habló porque sabía que Jaekyung deseaba nunca más pararse frente a una cámara. Estaba avergonzado y decepcionado de sí mismo, Dan lo entendía, pero nunca se perdonaría que todo acabara así. Ese no era el final de El Emperador, Dan se encargaría de eso—. Tiene que seguir entrenando para la última pelea.

Jinxed JawWhere stories live. Discover now