Capítulo 15 (Mario)

15 2 0
                                    




Me gustó Alan desde que lo vi por primera vez en el paseo marítimo, cargado con bolsas de bebida. Me pareció tan guapo, tan natural, tan divertido. Pero ligar con chicos no ha sido nunca lo mío, siempre me ven como un amigo, no sé cómo hacer para cambiar eso. Y fue lo que me pasó también con él, además de que conoció a Mikel la misma noche que a mí, y estaba claro lo que sentía por él, en la primera conversación que tuvieron ya se veían las chispas saltar.

Después fuimos ganando confianza, y noté que se sentía muy cómodo conmigo, que compartíamos cosas, que quería hacer planes... así que, como parecía que ganaría un buen amigo, pensé que no importaba lo otro, que ya se me pasaría. Y nunca he tenido celos ni nada así, a pesar de que a veces sentía que me apetecía estar a solas con él, poder tocarle o abrazarlo de la forma en que lo hacía Mikel, pero no me resultaba difícil apartar esos pensamientos y centrarme en verle como el buen amigo que es.

Y ahora está besándome.

Ha llegado a la discoteca llorando, ha bebido, ha bailado como si no hubiera un mañana y acaba de cogerme la cara con ambas manos, se ha puesto de puntillas y me está besando. Una parte de mí intenta convencerme de que me está encantando, porque es lo que yo quería, pero no entiendo nada, no me siento bien. Estoy a punto de apartarme cuando escucho la voz de Mikel a mi izquierda.

― ¿Qué cojones es esto?

Me giro de golpe, y Alan también. Mikel y Leire están ahí, quietos, con caras de no entender nada. Él mira a Alan como dolido, y Leire me mira a mí con un gesto de reproche. Tengo que decirle que yo tampoco entiendo qué está pasando.

Alan nos mira a los tres, cierra los ojos apretando muy fuerte los párpados y se lleva una mano a la cabeza.

―Perdona―dice, y no es a Mikel, sino a mí―. No sé en qué estaba pensando. No... no estoy bien.

Nadie dice nada, pero entiendo que ha pasado algo entre ellos. Y entonces lo suelto.

―Llevo queriendo esto desde el primer día que te vi, Alan―digo, mirándole fijamente―. Pero no así. Yo no te gusto. Somos amigos, y me gustaría que lo siguiéramos siendo.

Él asiente, y noto como se le humedecen los ojos, aunque trata de no llorar. Quiero darle un abrazo, pero Mikel se me adelanta.

― ¿Podemos hablar? ―le dice, super frío, haciendo un gesto hacia la calle.

Como respuesta, Alan agacha la cabeza y empieza a caminar para salir, no sin antes mirar a Leire, que le coge una mano y se la aprieta fuerte. Luego se sueltan y Alan desaparece con Mikel entre toda la gente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lluvia de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora