Charles había perdido a su esposa, la pequeña Flor perdío a su madre y F1 perdío a una gran piloto.
¿Habría un lugar para una nueva piloto y un nuevo amor para el monegasco?
Nadie quería que tomara el lugar de Daniela y harían lo que fuera para qu...
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11 de abril 2028
Tailandia
Madelyn
¿Alguna vez han querido dormir por años y despertar con una vida nueva, alejada de todos, de todo el drama y siendo feliz? muchas veces lo quise pero jamás pensé que se convirtiera en realidad. Hace cinco años había muerto pero también había nacido de nuevo pero no solo yo, también nació un precioso niño de ojos verdes; mi pequeño Ethan Alexander.
El me había regresado las ganas de vivir, había mejorado mi vida por completo y sobre todo me cambio como persona, hace cuatro había cambiado por completo un accidente lo había cambiado todo ¿Me arrepentía de algo? No... cada cosa que hice fue para mejorar, para ser quien soy ahora ¿que si aun lo amo? aprendí a vivir sin el, ahora tenía a gente a mi alrededor que me quería y a un hombre que me amaba con locura, amaba a Ethan como si fuera su propio hijo y eso me hacía bien.
Hace cinco años desperté en un nuevo lugar, confundida pero entendía una cosa; estaba donde tenía que estar, hasta ahora. Después de tanto tiempo por fin salía de Suiza, de aquel pueblo que me había enamorado desde el día uno.
Nadie sabía que estaba viva y salir era un riesgo pero era momento de volver, de enfrentar mis miedos.
—¡Pero vean que hermosura de familia!—Hazze salió corriendo hacía nosotros para recibirnos; habíamos viajado a Tailandia antes de la carrera del fin de semana.
La abrace mientras el pequeño Ethan chocaba puños con Alex. Mi hijo tenía ojos verdes, los ojos de su padre y mi cabello, era un niño precioso.
—¡Papi! ¡Perrito!—corrí hacía Toby la pequeña mascota de mis amigos.
—Hola pequeña Mad Max—dijo Alex abrazándome— ¿que tal el vuelo eh?
—Bien, aunque es incomodo con estos gorras y lentes. En verdad estoy impresionada que nadie me reconociera, solo a Mick; le pedían fotos pero no las dio.
—Bueno ya casi regresas al mundo real, entonces podrás dejar esos lentes y gorra—paso un brazo por mis hombros— ¿tienen hambre? Hazze preparo una cena de lujo.
—Si, tenemos hambre—dijo Mick apareciendo a lado mío.
—Entonces vayamos.
—¡MAMI TOBY TIENE HAMBRE!—grito mi pequeño hijo que cargaba al perro; todos reíamos ante esa escena.
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