Capítulo 12

38 5 5
                                    

Llegamos al siguiente pueblo cerca del medio día y Jaimie se las ingenió para conseguirnos un lugar donde descansar un par de horas. Estuvimos de acuerdo en que debíamos movernos lo más rápido posible porque seguramente Shane ya nos estaba buscando y, aunque eran muchos los barcos que salían de El Paso, no queríamos correr el riesgo de ser descubiertos. Era gracioso como funcionaban las cosas en ese lado del mundo porque el dinero no valía nada, es decir, eran criaturas que no podían ir de compras a la ciudad, ¿qué harían con unos billetes? Ahí la gente intercambiaba reliquias, posesiones, incluso oro. Las pociones se movían de aquí allá como si fueran nada. Conseguimos un cuartito en una cabaña enorme a las orillas del pueblo. No había tanto movimiento como en El Paso y lo agradecí porque no tenía ánimos de estar cerca de nadie, solo de Jaimie. No entendía por qué me sentía tan herido por la traición de Shane cuando él había sido un mentiroso desde el principio, permitiéndome ver solo lo que él quería.

El cansancio me venció en cuanto mi cuerpo tocó el viejo colchón en una cama individual. Ni siquiera me di cuenta cuándo fue que me quedé dormido, casi como si hubiera sido un hechizo, mis ojos se cerraron y yo me perdí.

Cuando desperté de nuevo ya estaba atardeciendo y me maldije porque eso no ayudaba nada al plan de movernos rápido. Jaimie estaba a mi lado cuando por fin salí del sueño y, aunque la cama era muy pequeña para los dos, nos las arreglamos para quedar frente a frente. Él recorrió mi rostro con sus dedos delineando mi mandíbula, labios y mejillas. Me sujetó de la barbilla con suavidad y yo sonreí antes de que se inclinara terminando con la pequeña distancia entre nosotros y sus labios se encontraran con los míos. Me gustaba besarlo, me gustaba sentir la textura de sus labios y el sabor de su aliento. Su mano se recorrió hasta mi nuca atrayéndome más y, de alguna forma, mis manos se cerraron entre su ropa. No supe cómo sucedió, pero con un giro rápido él ya estaba sobre mí, su cuerpo presionándome despertando sensaciones que yo desconocía por completo. Mi respiración se aceleró, sus manos viajaron debajo de mi playera y el calor comenzó a bajar a cierta parte específica. Gemí casi sin darme cuenta cuando se movió y me rozó con su miembro. Quería más, pero al mismo tiempo, no quería que pasara. Las emociones contradictorias luchaban en mi mente mientras su boca recorría mi cuello.

—No —susurré antes de darme cuenta—. Jaimie, espera.

Se detuvo de inmediato. Ni siquiera lo dudó. Quise pedir perdón, decir que lo sentía, pero que no estaba listo. No tuve que hacerlo porque me sonrió con ternura y me besó en la frente y en las mejillas.

—Está bien —murmuró y mi pecho se llenó de calidez.

Se movió para bajarse, pero el movimiento de sus caderas sobre las mías me hizo sujetarlo de la cintura. Como si pudiera adivinar mis pensamientos solo con mirarme a los ojos, repitió esa fricción y ambos jadeamos. Su boca estaba sobre la mía, pero no podíamos hacer más que gemir contra los labios contrarios al ritmo en que Jaimie se movía sobre mí. Terminé muy rápido y debo admitir que me sentí un poco avergonzado, pero es que nunca había sentido por nadie lo que sentía hacia Jaimie. Él me hacía sentir que había algo más allá afuera, que había algo en qué creer, algo por qué seguir intentando y salir adelante. Sentía que tenía un futuro, algo más que ser un Kensington, más que leyes y responsabilidades. Con él era solo Dean.

Me abrazó después de eso y, aunque no hicimos nada más, para mí eso fue mucho mejor.

🥀

Partimos al amanecer llenos de energía. Jaimie llevaba el mapa porque yo era pésimo para leerlo y probablemente nos tendría dando vueltas en el mismo lugar todo el día. Caminamos hacia el bosque y me di cuenta de lo maravilloso que era ese mundo, rodeado de tanta naturaleza, sin enormes edificios o salas de cine. Solo la paz y tranquilidad del bosque, con sus árboles enormes y sus criaturas extrañas rodeándonos. Nos movimos a la par del lago donde había más cosas mágicas. Jaimie me advirtió que no debía acercarme porque los seres que vivían ahí eran letales. No quise comprobarlo así que solo obedecí. Me preguntó si llevaba el collar y se lo mostré porque nunca me lo quitaba, desde que me lo dio hace tantos meses atrás. Me hacía sentir protegido porque de esa forma si nos separábamos, él me encontraría sin importar qué.

KensingtonWhere stories live. Discover now