Capítulo 22

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La vida sin Shane era muy aburrida. Ya que él era la escolta de Alex, lo habían llevado a otra habitación cercana a la del rey que estaba del otro lado del castillo, y el cuarto junto a mí estaba ocupado por Gaye. Él no hablaba mucho, por decir casi nada, aunque yo tampoco intentaba charlar porque no me agradaba. Caminaba detrás de mí todo el tiempo y no tenía ni siquiera un momento de soledad, incluso si tenía que ir al baño o tomar una ducha, él estaba ahí en la habitación porque mi hermano le había ordenado no apartar los ojos de mí o podría desaparecer en cualquier momento. Extrañaba las bromas de Shane y sus historias que me contaba todo el tiempo, su voz grave y su risa. Después de que Alex se lo llevó, salieron en una misión tras otra de las que no me contaban nada porque yo solo estaba ahí de paso. Comía solo en el comedor porque nadie más tenía permitido comer conmigo, salía al jardín o caminaba por el castillo con Nwosu y Gaye a mis espaldas. Era una vida solitaria.

Para la tercera semana, me dijeron que mi hermano me esperaba para el almuerzo y, aunque lo intenté un poco, salí tarde y pude ver la mirada de reprobación de Gaye mientras me conducía al comedor. Y afuera de las puertas, montando guardia, estaba Shane. Casi corrí hacia él y pude ver que su expresión cambiaba al verme. Usaba su traje de cazador y el cabello más corto que antes, era imposible no ver lo bien que lucía.

—Volviste —dije tan pronto llegué con él.

—El rey te está esperando —habló Gaye a mis espaldas con tono de reprobación.

—No creo que el rey vaya a morir de hambre por esperar un par de minutos más, ¿o sí? —pregunté fastidiado y sin girarme. Escuché que suspiró y Shane apenas pudo contener la sonrisa.

—¿Has estado bien? —preguntó con suavidad.

—Te echo de menos —respondí. Él asintió.

—Yo también.

El general llegó a donde nos encontrábamos y, después de mirarnos con desprecio a Shane y a mí, se acercó a Gaye y comenzaron a hablar en secreto sin prestarnos atención, esa fue la oportunidad para que Shane se inclinara hacia mí para susurrar en mi oído.

—Esta noche iré a visitarte, no te duermas.

Su aliento acarició el lóbulo de mi oreja, su mejilla rozó la mía y el aroma de su piel inundó mis pulmones. Por alguna razón sentí un hormigueo por todo el cuerpo. Él regresó a su posición de escolta y yo solo asentí sin poder encontrar la voz. Lo miré una vez más y entré al comedor.

Alex ya estaba en su lugar usual leyendo quién sabe qué. Vi la comida que estaba servida y yo no tenía apetito porque esas terribles náuseas se negaban a darme una tregua. Incluso con el té especial de Nwosu, seguía sintiéndome terrible. Aún así, mi hermano no parecía estar de ánimos para escuchar lo mal que yo estaba así que me senté y comimos en silencio. Yo estaba molesto porque había apartado a Shane de mí y él estaba molesto porque al parecer yo me comportaba 'como un niño de dos años', cosa que era una vil mentira.

Me quedé ahí tanto como me fue posible, mis músculos seguían adoloridos y yo no entendía cuál era la razón si habían pasado semanas desde mi episodio de deshidratación. Al final, cuando la espalda me dolía demasiado, me puse de pie dispuesto a salir de ese lugar.

—Habrá un evento esta tarde —dijo Alex mirándome severo—. Nwosu ya sabe al respecto para que pueda prepararte. No llegues tarde.

Hice una exagerada reverencia y salí del comedor. Shane ya no estaba ahí, pero Gaye sí y me acompañó todo el camino de vuelta hacia la habitación. Nwosu se negó a explicarme de qué se trataba por órdenes de mi querido hermano mayor y solo me dijo que tomara una ducha. Me dio un traje casual, nada con una capa, lo cual agradecí. Me peinaron, perfumaron y prepararon para el tan nombrado evento.

KensingtonWhere stories live. Discover now