Capítulo 17

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Cuando desperté al día siguiente, me sentía mejor que nunca. Mis heridas estaban casi curadas, aunque la de mi palma me dejaría una cicatriz, me pareció que sería un buen recordatorio de lo sucedido con Gael y de esa forma, quizá podría tomar mejores decisiones en el futuro. Hasta que pudiera regresar a mi vida normal, al menos. Afuera el clima era frío, había una fina capa de nieve sobre los árboles y el río estaba congelado en la superficie, pero aún se veía el flujo debajo de esa capa. Me dispuse a bajar y descubrí que el abrigo de Shane estaba colgado detrás de la puerta. Nunca había tenido a alguien que cuidara de mí de esa forma. Tenía a mis padres y a Alex, por supuesto, pero era diferente. Éramos familia, había cierto código escrito que no necesitaba ser dicho en voz alta, algo que nos hacía cuidar de los otros sin dudarlo, solo porque era lo que las familias hacían. Pero Shane era diferente, era mi Odjur, nuestra conexión era más fuerte, éramos algo más que familia. Mientras me ponía su abrigo intenté encontrar la palabra correcta, pero no logré localizarla.

Bajé las escaleras y, aunque abajo hacía todavía más frío, no quería irme de ahí por ninguna razón. Habían encendido la chimenea así que había cierta calidez rodeándonos. Chasydi, Shawnneta y Shane estaban sentados alrededor de la mesa de madera. Los miré un momento mientras desayunaban, se reían y bromeaban. Chasydi competía con Shane sobre quién había asesinado a criaturas más peligrosas o malvadas, como si existiera un premio para ello. Shawnneta los miraba sin decir nada, pero podía ver la tranquilidad en su rostro cuando miraba a Chasydi. Una conexión diferente, pensé.

—Por fin despiertas, Lysander —dijo Chasydi mirando un reloj invisible en su muñeca izquierda—. Pensé que nos quedaríamos aquí por siempre.

Shawnneta le dio un golpe en las costillas con el codo y ella articuló un '¿Qué dije?'

No respondí, al parecer tendría que acostumbrarme a despertar temprano en ese mundo extraño. ¿Qué a caso las criaturas mágicas no sabían disfrutar de una buena siesta hasta el medio día?

Me senté junto a Shane y le di las gracias por el abrigo en voz baja. Me sonrió sin responder, era como si no tuviera que agradecerle porque era algo natural que él hiciera cosas así por mí. Desayuné más cosas raras, eran frutos en su mayoría porque al parecer las ninfas no comían carne. Seguí escuchando sus anécdotas mientras bebía una clase extraña de café extraído de las bellotas que tenía un sabor perfumado y dulce. Entonces vi que Kianna caminaba fuera de la cabaña río abajo. Estaba usando un abrigo blanco ópalo sobre un vestido púrpura y su cabello estaba trenzado de lado. Se veía bellísima. Y yo me ahogué con el café. Comencé a toser con mucha fuerza cuando el líquido se fue hacia mi nariz haciendo que todos en la mesa dejaran su conversación para verme.

—¿Pero qué...? ¿Sabes cómo beber café, Lysander? —preguntó Chasydi. Solo asentí incapaz de decir nada, aún jadeando por aire con ojos llenos de lágrimas. Shane fue el primero en seguir mi mirada para descubrir la razón de mi ataque repentino.

—Oh, ya veo —dijo con una amplia sonrisa burlona. Señaló con la barbilla hacia Kianna antes de que desapareciera por el camino.

—Ey, nuestro pequeño Lysander está creciendo ¿eh? —continuó Chasydi con su sonrisa de burla, levantando las cejas— ¿Quieres tener un poco de acción con la ninfa?

—Jesús, Chasydi, deja de ser tan vulgar —la regañó Shawnneta.

—En realidad estoy de su lado en esto —explicó Shane cuando Chasydi lo miró pidiendo apoyo—. Los malditos modales lo son todo.

—No es lo que piensan —hablé casi sin voz limpiándome las mejillas que obviamente se habían puesto rojas. Eso no ayudaba en nada a mi mentira—. No es...

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