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Todos veían con asombro como su temido jefe, que siempre era serio y estricto, aunque era amable, nunca entabalaba conversación con nadie y siempre era muy exigente con el trabajo; llevaba a un omega en su espalda mientras esté dormía e iba jugando con su siempre pulcro cabello.

— se me desató mi cinta...

— Si vinieras con la vestimenta adecuada no te pasarían esas cosa, amor — se burló, aunque sintió como su omega le mordía la oreja —¡hey! Salvaje...

— Así te gustó ¿o no? — dejo de acariciar su cabello — todos nos ven.

— ¿Por qué será? — bajo lentamente a su prometido y de arrodilló a atar su agujeta. — listo ¿te cargo?

— No, señor Xiao — se reverencio y Zhan se sonrojo levemente — recuerda que soy tu secretario, no me hables en el trabajo, ni me sonrías, no me beses o abraces, tampoco me digas amor ni nada de eso...

— pero...

— ¡shh! — vio de reojo a su jefe — no me protestes, o me enojare contigo.

Solo bajo la cabeza y asintió levemente — de acuerdo, vamos. Después de usted jefe — se quería matar de la risa.

— ¡solo dame un último beso! — se sonrojo levemente al ver como todos voltearon a verlo con un poco de gracia, no era de todos los días ver a tu jefe rogando un beso. — uno chiquito — suplico haciendo unas pinzas con los dedos — para sobrevivir hasta la hora de almuerzo...

— No puedo — se negó y camino al elevador — hoy almorzare con mis compañeros, eso hacen los secretarios

— ¡No cuando son prometidos del jefe! ¡Y menos cuando también son jefes! — Yibo ahora sí lo vio como si quisiera matarlo, la puerta se cerró haciendo imposible su escape.

— Me acabas de gritar... — se acerco amenazante, solo trago fuerte — señor me veré obligado a demandarlo por abuso laboral y acoso.

— No te acoso, en poco tiempo serás mi esposo. Y llevas mi marca justo ahí. — señaló su cuello infantilmente haciendo berrinche.

— eres demasiado infantil... — Yibo se hecho a reír — era broma, no soportaría un día entero sin hablar contigo. — suspiro — te amo demasiado.

— No hagas esto, lastimas mi corazón con tanta hermosura.

Ambos rieron un poco y hasta ese momento el alfa recordó que llevaba una mochila de Yibo en la mano — por cierto ¿Qué traes aquí?

— cosas.

—¿Qué cosas?

— traigo una cámara, mi laptop y un cómic.

— ¿para que?

— para hacer cosas en lo que no me dejas salir de la oficina!

Y así por fin entraron a la oficina del alfa.

12.30pm

Yibo debe admitir que Zhan es muy fotogenico, lleva como una hora sin hacer nada y empezo a tomarle fotos sin que este se diera cuenta, con el entrecejo marcado, con saco y solo con la camisa blanca y corbata, cuando se inclino para estirar y se le marcaron los músculos y una igual pero él sonriendo.

— guau, esta es mi favorita.

— iré por algo de tomar ¿Quieres algo, Minino?

Yibo asintió pero se levantó junto a su alfa — vamos juntos y almorzamos en la cafetería de aquí.

— No

— vamos, te daré mimos si me haces caso — como si hubiera activado algún censor el alfa se levantó sonriendo y tomó la mano de su amado omega.

Un Yibo comiendo de mala gana porque no habían filetes y tampoco leche de banana o de fresa fue lo que todos presenciaron.

Y Zhan, Zhan en ese momento se rió demasiado.

— comete tu anillo, mi amor...

— ¡vete al diablo!

Minino 2Where stories live. Discover now