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Yibo estaba sentado en el escritorio de la oficina de su alfa escribiendo en unas hojas un par de quejas. Se estaba quejando de su jefe.

— Muy bien, ¿Por qué no tengo una oficina? Estoy aquí todo el día, soy tu secretario pero no tengo una oficina ¡Qué clase de jefe eres! ¿Qué no ves que estoy embarazado? ¡De seis meses!

— Claro que lo veo mi amor, yo te embaracé.

— Ese no es el punto!, Quiero una oficina. ¡Ah! Otra cosa; odio que no me dejes ir a comer con mis compañeros.

— eres tú el que dice que los odia.

— cállate pulgoso.

— También odio que me dejes aquí solito y te lleves a mi secretaria a tus jintis impirtintis ¡Y por qué ella si tiene una oficina!

— escucha, minino de mi alma, no tienes una oficina porque está también es tuya.

— ¡Yo quiero una para mi solito! — berrincheo.

— a parte, no te llevo a esas juntas porque te recuerdo que la última vez peleaste con un socio y lo mandaste a la mierda y maldijiste a toda su familia.

Yibo recordó ese día y se empezó a reír a carcajadas, oh fue tan gracioso, todos estaba atónitos y el solo se sentó en el regazo de Zhan a "seguir escuchando" aunque era más que obvio que ya nadie quiso seguir ese día la reunión. Lo malo es que su alfa ya no lo siguió llevando a las reuniones.

— Bien...Ven, quiero besos.

Zhan sonrió y se acercó a la cómoda silla de cuero y sentó a su Omega a horcajadas sobre él para luego empiezar a repartir besitos por todo su rostro y dejar varios en sus labios.

— me gusta darte mimos.

— ya te dije que no son mimos, soy peligroso, un Omega como yo no recibe mimos.

Zhan se detuvo cuando estaba a punto de darle más besitos y también detuvo sus caricias en su sedoso cabello.

— ¿Qué te pasa? — lo miro indignado para dejar él mismo un beso en los labios de su alfa — sigue.

Zhan disfruto de un momento romántico con su esposo.

— ¿A qué vino que hoy te quejarás hasta de mí, minino?

— Nada en especial, me gusta joderte la vida nada más.

Yibo sonrió y empezó a desabrochar la camisa del alfa lentamente, lo suficiente como para dejar descubierta la parte de su cuello.

Empezó a dejar besitos ahora el, por toda la mandíbula, cuello y clavículas de su alfa, haciendo a este sonrojarse y apretar sus llenitos muslos.

— Minino...Aquí no.

Yibo hizo un mohin y se separó dejando un chupete en la clavícula pálida de su alfa.

— esa era otra queja alfa, todas esa perras en celo que miran demasiado como si no fueras mi esposo. Esto — beso su marca roja — es una pequeña seña de propiedad.

— ahora me marcas — los ojos le brillaron cuando una genial idea cruzó por su mente — , ¿Por qué no me marcas?

— ¿Qué? Eso significaria que no podrías volver a estar con ningun otro Omega.

— ¿Y? No necesito ningun otro, solo Wang Yibo es el dueño de mi corazón y mi alma, te lo dije, jamás pasaría por mi mente ¡Ni siquiera en mis momentos más idiotas! El engañarte, eres perfecto, tanto que ningún otro se Iguala, no me arriesgaria a perderte ni lastimarte de esa forma jamás. Hazlo, ahora.

Yibo estaba terriblemente sonrojado y abrumado, las palabras bonitas de su alfa siempre le hacian de imposible levantar la mirada.

— Vamos mi amorcito...

— ¡Cállate! — grito avergonzado — tiene que ser especial — susurro, apenas audible para el alfa, claro está que entendió y no insistio más a su adorado minino.

— señor — se escucho una sueve voz desde afuera de la oficina, era Lu, su secretaria.

Yibo rápidamente cubrió a su alfa y luego de acomodarse mejor, aún en las piernas de Zhan, dió paso a la Omega.

— buenos días a ambos — hizo una pequeña reverencia, sonrió un poco a sus jefes luego de haber recibido un amable buen día a ti también de parte de ambos al unisono y siguió informando.

— El señor park jimin vino a hablar con ustedes.

— vino a hablar contigo — hablo rápidamente Yibo, se bajó de las cómodas piernas, al Instante Zhan lo volvió a tomar por la cintura y lo sentó de nuevo en su regazo. — ¡estúpido! Deja que me vaya.

— Quedate...No quiero estar lejos de ti y nuestro bebé — lloriqueo, digamos que con el tiempo logro perfeccionar su técnica para que su Minino seda ante él.

— tonto... — murmuró el omega dándose vuelta para esconder su rostro en el cuello de su alfa y adormecerse sintiendose muy a gusto.

Tan a gusto que no sintió cuando cierto alfa entro a la oficina.

— hermano — saludo, sentándose cuando el azabache se lo indico.

Zhan iba a levantarse para recibir a su GeGe pero su omega se aferro más a él y empezó a dejar besos en su cuello, carraspeo y solo se quedo sentado, escuchando los gruñidos de su omega en toda la hora que jimin estuvo en el lugar, incluso cuando se durmió lo seguía insultando en sus sueños.

— bueno...Me voy, me despides de tu omega, adiós.

Jimin salió del lugar y Zhan empezó a dejar besos en el rostro de su esposo, ya sabia porqué su Minino no siguió trabajando para jimin desde antes de casarse y también se molesto mucho por ello, por eso jimin se fue porque sabe que para una pareja enlazada es muy ofensivo criticar su marca y entiende que para un omega es peor y entiende que Yibo este tan molesto.

Aunque Zhan también comprendió qué su amigo no actúo bien pero estaba bajo presión, no lo justifica ya qué su YiYi se sintió mal pero su amigo prometió disculparse aunque hasta ahora su omega no lo perdona.

Zhan siguió leyendo su papeleo mientras se deleitaba con el delicioso aroma a leche y el de maple y café de su esposo era el cielo.

— ¡mierda, mierda, mierda! — se levantó Yibo, gritando y pegándole un buen susto al alfa.

— ¡Minino! Qué sucede...¿Qué soñaste?

— Ya no recuerdo... — volvió a entrecerrar los ojos — ¿me-me compras un filete, sopa de albóndigas y un batido de fresa con chocolate? — se volvió a acomodar en el cuello del alfa.

Zhan muy aturdido asintió aunque Wang al ver que su alfa no se movía le mordió el cuello haciendo al mayor jadear.

— apúrate alfa, tenemos hambre...

Y ahí iba Zhan con su omega en brazos repartiendo besos en su cuello y mandíbula mientras iban directo al restaurante favorito de su omega.

— alfa, no le digas a nadie pero cada día que pasa y cada segundo que les acompañan...Te amo cada vez más y estoy más que feliz de formar nuestra manada.

— esta bien mi vida, debemos mantener tu reputación de Minino salvaje. Aunque jamás podría describir con palabras el infinito amor y adoración que te tengo...A ti y nuestro bonito bebito.

Minino 2Where stories live. Discover now