Amor Forzado - Ereri

CAPÍTULO 4

Levi lloró desconsoladamente por más de media hora en los brazos de Eren. Y sin que el menor lo notara, Eren lo llevó hasta la cama para que pudiera sentarse y estar más cómodo. El doctor Wright salió de la habitación por indicación de Eren a pesar de que quería darle sus observaciones con respecto a la salud del muchacho, sin embargo, éste le comentó que era algo privado entre Levi y él, y respetaría esa decisión. Tan solo le pidió la receta médica para poder comprar lo necesario y el doctor así lo hizo comentando que cualquier cosa estaba a su disposición nuevamente.

Erd había subido el caldo de pollo y el té de manzanilla, pero Levi solo había tomado el té en medio de un mar de lágrimas. Eren supuso que hasta ese momento había sido realmente consciente de lo que le había pasado. Levi había estado más preocupado por encontrar ayuda y un refugio que cuando por fin se sintió un poco seguro, su mente colapso haciéndole ver su realidad. Un hombre, había abusado de él.

No supo exactamente cuánto tiempo pasó, pero sentía ya más tranquilo a Levi. El muchacho seguía en los brazos de Eren, aunque decaído no era la mejor palabra para describir como se sentía en ese momento. Estaba profundamente decepcionado de sí mismo por haber sido tan ingenuo como para seguir a Farlan, aunque en su defensa tenía que admitir que jamás espero que el muchacho del que siempre había estado enamorado le hiciera algo así. Farlan siempre había sido muy amable con él, incluso en muchas ocasiones se mostró tímido al hablarle, así que no entendía su actuar tan brutal y salvaje. Probablemente, su gentileza inicial solo era un truco para ganarse su confianza.

- O se te acabaron las lágrimas o ya te cansaste de llorar – comentó Eren tratando de aligerar el ambiente. Esperaba que su burdo sentido del humor funcionase.

- Seguramente las dos – comentó Levi sin ánimo y con voz cansada.

- ¿Recuerdas las indicaciones del doctor Wright? – preguntó el mayor y Levi se tensó en sus brazos – no te preocupes, quedamos en que sería un tema privado, solo quiero asegurarme de qué pusiste atención a la información que te dio el doctor, he enviado a Connie a comprar todo lo que recetó.

- Recuerdo todo lo que me dijo – respondió Levi alejándose del calor de los brazos de Eren. Se sentía cómodo en ese refugio, pero sabía que no podía esconderse ahí toda la vida por mucho que lo deseara en esos momentos.

- Perfecto – sonrió Eren ya más tranquilo – ¿Qué te parece si te recuestas mientras le digo a Erd que caliente nuevamente la comida?

- Lamento mucho no haber podido comer antes, es que yo...

-No te disculpes Levi – interrumpió Eren – jamás he pasado por lo que has pasado tú, y sinceramente es la primera vez que tengo que lidiar con algo como esto, pero te vi sufrir y entiendo que no estás en condiciones de hacer las cosas con la normalidad que siempre las haces – explicó con calma.

- Le agradezco mucho todo lo que ha hecho por mí señor Jaeger – Levi lo miró a los ojos – aceptaré la comida y terminando me iré, tengo que buscar un lugar donde pueda quedarme a pasar la noche por lo menos.

- No irás a ningún lado Levi – indicó Eren con tranquilidad – vas a quedarte en mi casa el tiempo que sea necesario y no quiero que te presiones para irte, necesitas descansar y recuperarte por completo, ya nos preocuparemos después de lo demás.

- ¿De verdad puedo quedarme aquí? – el menor estaba muy avergonzado. La actitud que había tenido con Eren en el pasado no había sido precisamente la mejor, y sin embargo, este hombre le estaba tendiendo una mano amiga sin reclamarle la mala actitud con la que lo había tratado antes y sin pedir nada a cambio.

- Te aseguro que no es algo con lo que bromearía – respondió Eren.

- Se lo agradezco señor Jaeger, en cuanto me sienta mejor puedo encargarme de algunas labores de la casa, no soy un completo inútil como pudiera parecer – Levi sabía que no podía quedarse en esa casa sin mostrar algo de agradecimiento así fuera haciendo labores domésticas.