CAPÍTULO 5

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Cuando Eren se encerró solo en su habitación, aventó con furia la copa de vino que llevaba consigo. Después de la conversación con Levi, bajó a su despacho y empezó a beber. Era muy extraño que Eren tomase alcohol, pero en ese momento se sentía frustrado, decepcionado y furioso. Su mente era una vorágine de pensamientos que no podía controlar. Levi no le había dicho mucho en realidad, pero sus palabras habían sido suficiente para sacarlo de su habitual postura tranquila y sosegada. "No sé qué es lo que estoy buscando". El pobre Levi se sentía confundido y aquel despreciable sujeto lo supo aprovechar muy bien.

La ira que corría por su cuerpo era en contra de ese tal Farlan, su frustración iba en dirección de que no había nada que pudiera hacer pues el daño estaba hecho de cualquier forma, y la decepción de confirmar que Levi había ido a los brazos ese hombre por cuenta propia, lo tenía al borde de la locura. Pero no podía culparlo, Levi estaba enamorado de aquel hombre y confío en él sin esperar que lo dañase de esa manera.

Con un suspiró, masajeó el puente de su nariz e intentó tranquilizarse. Raramente perdía los estribos y se dejaba llevar por la rabia, pero en ese momento, se sentía verdaderamente enfermo por el asunto de Levi. Él también estaba sufriendo, quizás no como el menor lo hacía, pero le partía el corazón saber que Levi había pasado por aquella terrible experiencia y él no podía hacer nada. Con furia, pateó un pequeño sillón que estaba a los pies de su cama que fue a topar con una de las paredes.

Eren por lo general, era tranquilo y llevadero. Controlado y de naturaleza no explosiva. Gustaba de establecer relaciones amistosas con un relativamente reducido número de personas, pero era amable, cortés y simpático con todo el mundo. Ofrecía su ayuda de forma altruista y siempre salían de sus labios las palabras correctas para hacer sentir bien a las personas.

La gente que conocía a Eren, siempre se expresaba muy bien de él. No había palabras desagradables que describieran su persona y a donde quiera que iba se ganaba el corazón de la gente prácticamente al instante de conocerlo. Aunque, por mucho que le doliera, con Levi había sido diferente, él había sido la excepción. Su excepción.

No obstante, bajo ciertas circunstancias el carácter de Eren podía tornarse iracundo e incontrolable. Se convertía en un hombre de armas tomar capaz de hacer cualquier cosa con tal de no dejar pasar por alto alguna injusticia. No era fácil hacerlo irritar, así que tenía que tratarse de un asunto muy serio para poder conocer esa faceta suya. Y sin duda alguna, lo de Levi era un tema demasiado importante para su propio gusto.

- ¿Necesita que limpie señor Jaeger? – la voz de Sasha se escuchó al otro lado de la puerta.

- Estoy bien – respondió con seriedad, algo raro en él – verifique si Levi desea algo más y después retírese a descansar Sasha – le indicó a la mujer.

- El joven Levi ya se encuentra dormido – dijo la mujer – y si no se le ofrece nada más me retiro a dormir señor.

- Es todo, gracias.

Después, el silencio inundó la mansión Jaeger o "La casona de los girasoles" como la conocían la mayoría de los vecinos, pues en temporada de éstos, los jardines de dicha residencia rebosaban de las maravillosas flores que le daban más vida al lugar.

Después, el silencio inundó la mansión Jaeger o "La casona de los girasoles" como la conocían la mayoría de los vecinos, pues en temporada de éstos, los jardines de dicha residencia rebosaban de las maravillosas flores que le daban más vida al lugar

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Amor Forzado - EreriWhere stories live. Discover now