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El Campeonato

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El Campeonato.

Agosto de 1994.

Había pasado ya otra semana desde que el slytherin de cuarto año y la hufflepuff de quinto habían tenido una conversación más larga de lo normal, y luego de esa vez aquella situación comenzó a repetirse con más frecuencia en la enfermería del colegio. Ambos habían comenzado a pasar las mañanas solos debido a que la señora Pomfrey se encontraba más ocupada de lo normal por el pronto inicio de las clases, ausentándose de la sala médica con más frecuencia, y por ende, dejándolos solos; de todas formas y sorpresivamente esto no había sido incómodo para ninguno de los dos.
Ambos jóvenes dedicaban sus treinta minutos diarios a conversar sobre su día a día, pues ambos habían quedado "solos" en sus respectivas casas. Realmente no era así como tal, solo que las personas a quienes frecuentaban no se encontraban en el castillo, sino de vacaciones. Habían descubierto alguna que otra cosa que tenían en común, como que a ambos les interesaba la alquimia, leer antes de dormir y que eran hijos únicos de familias pura sangre.

Ahora mismo estaban en la enfermería una vez más, la hufflepuff dándole la espalda mientras usaba la mayor parte de su atención para acomodar el mueble de pociones medicinales, mientras que el Malfoy estaba acostado en una de las camillas como de costumbre. Solos, otra vez.

—Es extraño que no te haya visto antes entonces. —continuó con la conversación el rubio. —Mis padres siempre organizan un baile de navidad, invitan solo a las familias sangre pura que residen en el país, tendrías que estar entre los invitados con tus padres.

La chica no pudo evitar tensarse por un momento, lo que no pasó desapercibido por el menor que se había sentado segundos antes.

—Es probable que hayas visto a mi padre; pero desde que se volvió a casar no nos vemos tan a menudo. —finalmente se volteó, acomodando detrás de su oreja uno de los mechones que se le escapaban de la coleta, sin notar la mirada clavada en ella. —No suelo volver a casa en vacaciones, me la paso aquí con Poppy.

La muchacha caminó en dirección al rubio, sentándose a su lado para mirarlo con una sonrisa pequeña; él se sentía como si fueran amigos de toda la vida. Inconscientemente se sintió algo cohibido.

—Ya veo. —solo eso pudo decir. Quería preguntarle por su madre, pero tenía un mal presentimiento que no le dejaba saciar su sed de curiosidad.

—Fue un gran cambio en nuestra relación. —la castaña, siendo bastante intuitiva, decidió confiar en el chico a su lado por un momento al menos. —Después de que mamá murió y volvimos a Inglaterra, no pasó más de medio año para que mi padre me presentase a su nueva pareja. Zoraida. No me agrada en lo más mínimo. —admitió, desviando su mirada hacia el frente, frunciendo el seño ante el recuerdo de la mujer.

—¿Puedo preguntar por qué? —el chico había cambiado el rumbo de su mirada, fijándose en sus propias manos, enfocándose en jugar con los anillos que llevaba.

Hold Me | Draco MalfoyWhere stories live. Discover now