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El Reencuentro y El Torneo de Los Tres Magos

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El Reencuentro y El Torneo de Los Tres Magos.

Volviendo con Camille, esta se encontraba ingresando a la enfermería de Hogwarts, siendo recibida por la señora Pomfrey, la cual estaba terminando de limpiar y acomodar unos estantes. En cuanto se vieron se dedicaron una sonrisa y se acercaron la una a la otra para fundirse en un abrazo cuidando de no tocar el brazo izquierdo de la más joven. Poppy se había enterado de su lesión por medio de las cartas que Camille le enviaba cada fin de semana para mantenerse en contacto.

Ellas mantenían una relación de amistad muy estrecha, Camille siempre había estado interesada en la medicina mágica y en la medicina muggle gracias a su madre, y desde que llegó a Hogwarts había intentado recibir tutorías y ser voluntaria en el área médica de la institución, sin éxito debido a que los alumnos de cursos bajos no podían realizar dichas tareas; aún así se presentó con Poppy desde el día uno y le expresó su deseo de aprender para ser una sanadora cuando grande y la mujer le había recomendado algunos libros que podrían llenarla de conocimiento a su corta edad y también le comentó en qué asignaturas debía perfeccionarse. Gracias a esto Camille pudo aprender y mejorar increíblemente sus habilidades curativas una vez que ingresó a su cuarto año y finalmente pudo iniciar su entrenamiento, durante dos años ella había inculcado todas sus ganas de estudiar en pociones, transformaciones y herbología, siendo la mejor de su curso y sacando notas sobresalientes en esas las tres materias.

A pesar de que la chica había comenzado su preparación formalmente durante 1993, ella había estado visitando la enfermería escolar de forma constante y casi diaria durante sus primeros dos años en Hogwarts solo para poder hablar con la dulce enfermera, la cual la regañaba de vez en cuando si se metía demasiado en su trabajo. Debido a la gran cantidad de horas que pasaban juntas cada año su relación fue volviéndose más y más cercana, hasta el punto en que Camille comenzó a sentir a aquella señora como una madre; incluso durante una tarde de noviembre se había atrevido a confesárselo, luego de que la señora Pomfrey le entregara un libro sobre medicina muggle muy difícil de conseguir en su cumpleaños, el cual ella atesoraba enormemente. La castaña aún recordaba patente la reacción de aquella mujer ante sus palabras.

Los ojitos de la niña se abrieron en gran sorpresa al recibir aquél libro, leyendo su título una y otra vez sin poder creérselo, llegando a pellizcar un poco la piel de su brazo para asegurarse de que no estaba viendo mal. Luego pasó su mirada de la portada a la señora frente a ella y de nuevo a la portada, repitiendo este proceso una y otra vez.

—¡Poppy debes estar bromeando! exclamó la niña con los ojos iluminados y llenos de emoción cuando estuvieron solas. Acostumbraba a llamarla informalmente cuando estaban las dos solas.

La mujer sonrió y dejó salir una pequeña risa en respuesta a la tierna emoción que demostraba la tejoncita parada delante suyo, la cual abrazó su libro y luego saltó encima de la enfermera abrazándola con gran fuerza a pesar de su tamaño diminuto.

Hold Me | Draco MalfoyWhere stories live. Discover now