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THIS IS WHY WE CANT HAVE NICE THINGS.

Se acerca el final corazones, como a mucho quedarán dos o tres capítulos (si no, menos) así que toda la gente preciosa que vote y comente saldrá en la dedicatoria del capítulo final.

-¡Suéltenme!-chilló Lilith cuando la arrastraron lejos de la puerta de contención, se agarró con todas sus fuerzas al marcó de esta, negándose a entrar, pero aún así los guardias consiguieron dejarla caer al suelo y cerrar la puerta.

Lilith apoyo la frente contra el frío e grisáceo suelo, cerrando sus ojos unos largos minutos mientras luchaba por controlar su respiración y tratar de pensar en algo útil.

Bellamy se había ido. Lo flotarían. Sintió las lágrimas acumularse en sus ojos.

Nunca más volvería a verlo ni a él, ni a Tavia, ni a Aurora.

No le escucharía llamarle los tontos motes como "princesa" o "pelirroja" que solía utilizar, todos los momentos con el y su familia se perderían en el espacio.

Olvidaría como se sentía tocar su cabello, enredar los dedos en sus rizos, observar sus pecas, su tono de voz y tonta sonrisa cuando la coqueteaba.

La furia escaló desde lo más profundo de su ser, podria jurar que su cabello rojizo y ojos estaban en llamas.

Aunque sus oídos parecían no elaborar su utilidad, podía sentir sus cuerdas vocales arder mientras soltaba un grito que podría haber alarmado a la estación más alejada del Arca.

Estaba segura de que si quedaba algo o alguien vivo en la tierra, la había oído.

Las lágrimas cayeron a cántaros de sus ojos cuando su voz se perdió en las placas grisaceas que formaban el Arca, distorsionandose en el espacio.

Se volvía a sentir del mismo modo que hace meses atrás, cuando a su madre se le escapó la vida de sus manos y ella no pudo hacer nada para parar su suicidio.

¿Suicidio? Tu padre la mato.

Calló el sollozo mientras trataba de tranquilizarse, tenía que buscar un plan, tenía que hacer algo.

-Lilith, por favor...

Abrio los ojos al mismo momento, viendo el suelo grisáceo bajo ella, debía estar acurrucada mientras sollozaba y gritaba, había reconocido esa voz al instante, solo que está vez no le había llamado "Lilia".

Separó la frente del suelo, levantando la cabeza dejando de sollozar al momento, las lágrimas no habían disminuido, habían parado al momento.

Simon sobre ella vio a una Lilith demacrada subir la cabeza, le miraba a los ojos pero su mirada parecía inerte, esta se empezó a transformar poco a poco, Simon pudo jurar que había visto llamas y un dragón en sus ojos.

Simon estaba casi arrodillado, como en cuclillas, con una mirada de pena hacia ella y su apariencia perfecta, como si fuera a trabajar o simplemente estuviera viviendo su día a día.

Después de haber ayudado a su padre con Bellamy.

Después de haber planeado flotar a Bellamy con su padre.

Después de haber planeado la muerte de el amor de su vida.

-Lo siento tanto...

Simon no acabó de hablar cuando Lilith le asestó un puñetazo en el rostro, este calló hacia atrás, golpeando su cabeza y tapando esa zona de la boca que empezaba a sangrar.

-¡Tu hiciste esto, lo mataran por tu culpa!-Lilith grito antes de que este cayera al suelo, Simon no la veía enfadado, si no asombrado y con un toque de pena en su mirada.

Ella no quería que sintiera pena, ella quería que lo lamentará y lo haría.

Los guardas la sostenieron, levantandola del suelo para alejarla de Simon, se sentía llena de energía, una energía alimentada por el odio y la ira que estaba sintiendo ahora mismo, los guardias la redujeron contra el suelo, sacando un gemido de ella por el golpe.

-Déjenla...-dijo de forma suave Simon, levantándose del suelo y cubriéndose la parte sangrante de la cara-¡Déjenla!-Gritó con persistencia al ver que no obedecian las órdenes.

Las manos que la sostenían contra el suelo desaparecieron sin rechistar, sintió como se alejaban y oyó sus pasos aunque no los viera, era como si estuviera más atenta que nunca.

Vio a su alrededor con cautela, las lágrimas habían desaparecido de su rostro y solo quedaban los caminos trazados por estas, Simon estaba a un lado y solo dos guardias más lo acompañaban.

Frente a ellos, la puerta abierta.

Ya sabes quien asesino a tu madre, busca venganza.

Simon vio como los ojos de Lilith miraban disimuladamente a la puerta, a lo largo de los años la llegó a conocer, sabía sus intenciones, se movio ligeramente hacia los guardias para dejarle el paso libre.

¿Te esta ayudando a escapar?

Lilith no quiso pensarlo mucho y aprovecho la oportunidad.

Giro sobre sus talones corriendo por el pasillo sin que nadie le siguiera, en su mente solo había una cosa, un objetivo, dos personas que podían ayudarle.

No se detuvo hasta que llegó a la casa de Raven, rezo internamente porque está estuviera ahí junto a Keia, llamó varias veces mientras gritaba sus nombres.

-¡Raven, Keia!

Una Keia alarmada abrió la puerta-¿Lili, que ocurre?-la pelirroja le empujó hacia atrás, adentrándose al hogar y cerrando la puerta tras ella, Raven apareció en cuestión de segundos.

-Hace un par de semanas Monty me ayudo a entrar a la oficina del Canciller, descubrí varias cosas, necesito publicar una, necesito que el Arca se entere.-Hablo Lilith con rapideza, sin respirar entre palabras, Keia y Raven la miraron boquiabierta.

Raven le miró indecisa, era su mejor amiga y él anterior amor de su vida, pero le faltaba información, Lilith le explicó rápidamente sobre la intrusión al despacho del Canciller, el "suicidio de su madre", los 100 criminales que irían a la tierra y el video de Jake junto a Afrodita.

En menos de cinco minutos, la había convencido.







Moonlight La Saga | B.B The 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora