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──Oye Reo, ¿por qué tus nuevos amigos siempre andan tan serios? ¿Les has hecho algo malo?

──No, para nada. Es raro eso en ellos.

──Ahora que lo dices, casi nunca se ve al bajito con ellos. ¿Será que tuvieron una discusión?

──Puede ser, lo veo algo improbable, se veían demasiado amorosos. Dudo esa probabilidad.

──Oye Rin, ¿tú que opinas?

──¿De qué?── el nombrado se encontraba desconcertado, lo volvieron a la realidad

──Esté también anda raro.── Reo veía de mala manera a su amigo, últimamente siempre salia a quien sabe donde y a veces regresaba, otras veces no

──¿De que hablas?

──De nada, sigue en lo tuyo.

──Bueno, nos vemos en la salida.. Tal vez.── Rin se despidió de todos ellos y se fue a gran prisa hacia la azotea, quería disculparse con su amigo y llevaba consigo un regalo también

Todo su grupo de amigos se quedó en silencio, viendo de reojo a su amigo partir hacia una dirección. Todos tenían dudas de eso, un día de estos irían de espías, hoy no, tenían mucha pereza. Empezaban a dudar de un posible interés romántico en él y tal vez de un posible novio, la idea les fascinaba mucho.

Con mucha prisa el chico de pestañas largas corrió escaleras arriba y tras llegar a la azotea pudo observar a la distancia a una silueta, pero al acercarse se sorprendió en gran manera. No estaba el nerd, pero estaba ese otro chico, con el cual solo a hablado pocas veces.

El pequeño cuerpo ajeno se percató de su presencia y rápidamente se giró a verle al rostro. Ambos estaban sorprendidos, sobretodo él, solo pudo ver que el menor rápidamente se pasó las mangas de su chaqueta por su rostro. ¿Había llorado? Eso lo tenía inquieto.

Se acercó lentamente al cuerpo contrario y antes de poder decir algo, él otro se le adelantó diciéndole la siguiente petición: ──Déjame solo, por favor.

──Tranquilo, no vengo a causarte problemas.── no quería armar un lío ahí mismo

El silencio del menor solo inquieto más al Itoshi, quería saber los motivos de su comportamiento y su soledad. Desobedeció su pedido y se acercó a el, se sentó junto a su lado y observo al frente como lo hacía su acompañante. La vista del atardecer era bellísima.

──Tienen razón tus amigos. Eres terco.

Las palabras del omega dejaron con la boca abierta a Rin, nadie se había atrevido a hablarle de esa forma y sobretodo siendo menor que el. Ese chico tenía mucho valor, era interesante.

Rápidamente lo volteó a ver, frunciendo el entre cejo. Su orgullo estaba siendo dañado por un simple niño, pero volvió a la normalidad cuando lo escucho reír. Tal parece que le divirtió decir eso con tanta valentía, no era del todo malo después de todo. Solo pudo sonreír al ver la encantadora sonrisa que hizo el bajito.

──Puede que tengas razón.

──Eres gracioso, Rin. Gracias.

──No e hecho nada, no tienes por que agradecer. Isagi.

Yoichi negó con un suave movimiento de su cabeza, cerró sus párpados y más tranquilo, terminó acostado en el frío suelo, junto al lado de Rin. El mayor solo pudo observarlo y por pura curiosidad, aprovechó que ese chico tuviera sus párpados cerrados, podría apreciar con más detalle todo su físico y así lo hizo.

El alfa miró con mayor cuidado al más bajito, pudiendo apreciar sus preciosos cabellos de tonalidad azul marino, que se movían en sintonía con la suave brisa, su blanquecina piel, parecida a la más bella porcelana, sus suaves pómulos teñidos en un suave rubor y sus llamativos labios, algo carnosos pero de igual forma, finos. Se quedó embelesado admirando esa zona, parecían tan suaves y sentía que le llamaban a el, por su mente se cruzo una tonta idea, quería besar esos cautivadores belfos del menor.

ᶜʰⁱᶜᵒ ⸙ 𝑮𝑬𝑵𝑰𝑶Onde histórias criam vida. Descubra agora