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── Vamos Yoi, tú puedes. ── le animaban sus amigos desde afuera de su auto

Hace un par de minutos qué habían llegado al lugar establecido, el Omega se había bajado y le había avisado a sus amigos qué por mientras se mantuvieran en el carro ya qué no quería ocasionar un alboroto, todos aquellos le tuvieron qué obedecer a regañadientes. Isagi se mantenía frente a aquella bonita puerta de madera de roble, cuestionando su existencia en momentos de pánico, su cuerpo temblaba sin parar, podía sentir su sangre helar cuándo tocó de aquel timbre, el ruido qué emitió aquel aparato le mando una señal de alerta para saber de la cercanía de aquella persona.

"A llegado el día, tranquilo Yoichi, tranquilo" Se motivaba a sí mismo internamente, tenía qué mantener aún su valor.

La puerta fue abierta y los temblores del menor se hicieron más fuertes, sentía qué lloraría en cualquier momento al tener aquella fría y profunda mirada sobre él, trago saliva por lo bajo y miró directamente a aquella figura. El largo momento de silenció incómodo acabó en cuánto la mujer decidió hablar y mirar de manera de desaprobación al alemán.

── Yoichi, Qué sorpresa verte a estás horas. Pasa adelanté y cuéntame el motivo de tu llegada temprana.

── Si.. madre.

La mujer se hizo a un lado, dejando le espacio para qué pudiese pasar. Al asegurarse de la entrada ajena, cerró la puerta y se dio la vuelta para mirar con asco al bajito y decidir a soltar todo aquello qué tenía en mente.

── Hijo, me enteré qué tus notas bajaron por un tiempo.

Al solo oír eso, un fuerte escalofrío recorrió por todo el cuerpo contrario, sintiéndose al acecho.

Iba a hablar pero inmediatamente fue interrumpido: ── Tú, tuviste el puesto número uno en aquel espectáculo musical pero fue un asco total, la puntuación qué te dieron este año fue muy baja a la qué recibiste el año pasado ¡Eso estuvo mal!

Isagi se sentó en aquel sofá pues sentía qué con cada palabra qué le decían, lo destruían poco a poco y sus piernas estaban perdiendo la estabilidad para sostenerse por sí solas. La mujer se paseó alrededor de su cuerpo, acechando lo en silenció, soltando un sinfín de palabras hirientes, sabía de la delicadeza de su "hijo".

── ¿Te e dicho qué te sentará? ── la señora alzó una ceja, mirándolo mal

── N-No.. lo lamento. ── se paró de aquel asiento y cómo pudo, se mantuvo en pie con sus piernas temblorosas

── Mira, sabes qué yo te e dado todo lo qué e podido, te e educado para ser alguien perfecto sin ninguna falla en si mismo. Me estás decepcionando enormemente, hijo.

── Lo siento..

── Para eso eres el nerd, tienes el tonto título de aquel bonito instituto, no hay motivó para qué defraude ese apodo.

──... Madre, yo.. quería decirte algo. ── trago en seco al ver la mirada de su cuidadora posada en él, demostrando qué siguiera hablando y así lo hizo
── Ya no seré nuevamente el nerd qué represente aquel instituto, he renunciado a ese puesto y tampoco participaré en grandes eventos.. así lo e decidido..

El silenció qué se formó hizo poner muy nervioso al joven chico, no sabía qué reacción tendría su madre. Mejor no debió decir eso.

── ¡¿Qué dijiste?! ── las fuertes feromonas agrias se hicieron presentes en esa sala ── ¡¿Cómo te atreves tú?! ¡Mal agradecido! ── sin recordar qué se trataba de un niño, la mujer le gritó de manera violenta sin pizca de piedad

El lobo interno del de cabellos oscuros, bajó sus orejas en señal de temor y regaño, empezando a llorar por cada hiriente gestó y grito qué soltaba esa mujer. Muy enojada, insultando de todas las maneras posibles y maldiciendo al menor, aquella persona demostró su casta en cuánto sacó de sus colmillos y garras, dispuesta a lastimar a quién consideraba una vergüenza y decepción total, corrió para dirección del otro a herirlo de gravedad, pues sentía qué ya no le servía en nada.

Los chillidos del miedo qué soltó el alemán fueron suficientes para hacer entrar a alguien qué no se contuvo y derribó la puerta sin piedad, tirando de aquella Alfa por otra parte e iniciando una pelea por la protección del de azulejos. Ese recién llegado beso sobre la frente del dolido Omega y lo sacó del lugar para ponerlo a salvo mientra él se daría una dura pelea contra aquella.

── ¿Estás bien? ¿No te lastimó mucho? ── Ranze le preguntó, tomando de sus muñecas y girando por todo su cuerpo en busca de alguna herida

── N-No te preocupes, no p-pudo llegar a l-lastimar me. ── su vista se empezaba a nublar poco a poco, sintiendo sus ojos arder por lo cristalinos qué estaban

Rompería a llorar.

Solo Ranze y Kira se quedaron en el auto para auxiliar del pobre asustado, qué no dejaba de temblar y balbucear algunas cosas muy incoherentes a simple escuché.

Kaiser, Nagi, Ness, su hermano y luego al rato se agregó su primo a aquella pelea, en la qué le darían una grave lección a aquella abusiva Alfa.

Al pasar de unas largas horas, el de zafiros se sentía angustiado por qué sus amigos no daban señales de vida y eso le ponía peor, ya tomó su medicina pero la desesperación le mataba de a poco, su mejor amigo Ranze le ayudó a calmar un poco su estrés y al cabo de unos minutos todos aquellos locos amigos aparecieron al fin, con una enorme sonrisa pintada en todos sus rostros. Le causó curiosidad, pero a la vez una sensación de alivió, ya podía relajar su cuerpo.

── Ya no te molestará nunca más.

── Si, ya no podrá lastimarte.

Los anuncios qué sus amigos y parientes le estaban aclarando, hizo qué dejará de torturar su cuerpo de tanto pensar, cayendo desmayado en aquellos suaves brazos del tiburón.

── ¡Yoichi! ── su familia gritó alarmada ante tal suceso y subiendo rápidamente en el auto, arrancaron con toda velocidad y se fueron al hospital más cercano del lugar

Pudo resistir todo aquello hasta el día de hoy, la policía se había llevado a Naara por acusaciones debido al abusó y maltrato infantil, y al ser un Alfa agresivo ante un Omega, fue sometida a una cadena de castigo por varios años.

Ahora el chico sería libre al fin y podría ir nuevamente con sus padres, todo lo qué tanto deseó. Podría tener sus momentos familiares y eso le alegraba de gran manera su lastimado corazón, solo faltaba una pieza en su rompecabezas, aquella pieza dorada qué era fundamental en su vida, si se tratase de ajedrez, diría qué sólo falta de su.. rey.

Podría dormir en paz, luego de tantos años tortuosos y al fin podría ser Isagi Yoichi y no Jinpachi Tanaka, vil mentira qué uso pero por suerte alguien le comprendió.


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Ven amor, ven y consuela mi dolor.
Te necesito Rin, mi Omega te necesita, tan solo faltas tú.

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Quiero comentar, qué ya estamos cerca de dar cierre a esta historia, por fin y se sabrá el final definitivo para esta joven pareja.

¡Gracias por el apoyo!

ᶜʰⁱᶜᵒ ⸙ 𝑮𝑬𝑵𝑰𝑶Where stories live. Discover now