𝗢𝗻𝗲 𝗢𝗳 𝗨𝘀; Tokio Hotel

𝟎𝟓| ¿𝚀𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚎𝚛𝚎𝚜?

Cuando la esperanza se encontraba en la cima de lo más lejano, inalcanzable, aún había personas buenas, o al menos Rachel lo vio de esa forma cuando vio a esos dos rostros ser sus salvadores

—Que jodida te han metido—Musito Tom cuando vio el rostro de Rachel

Unas ojeras demasiado fácil de notar, los ojos rojos e hinchados, los labios resecos y partidos como si fuera un zombie o algo peor, el pelo hecho un revoltijo y sucio, a pesar de que se lo había lavado hace tres horas, la piel pálida y sudando a chorros y con un par de moretones de la noche anterior, y tal vez llena de frustración como un manto oscuro que la arropó cuando Gary se fue de su vida

—¿Estás bien?—Preguntó Gustav cuando noto que sus manos temblaban, ella asintió rápidamente con la cabeza sin decir nada

Pero por dentro nada estaba bien, nada había estado bien desde Gary se había muerto, ¿Pero cómo podría decirle?¿Acaso de verdad le importaba si estaba bien?¿O solo preguntaba por costumbre?. Todo se había vuelto una sensación cierne sobre su vida como una sombra implacable, recordando lo débil que era y que no podía hacer nada y eso le pesaba mucho y también asfixiaba

—Pues vete a casa antes de que mamá se preocupe por ti—Añadió Tom

Este se dió la vuelta para volver al auto, Gustav iba a ser lo mismo pero al notar como ella bajaba de la cajuela con el pie cojo y con el rostro lleno de dolor por sus heridas, no pudo evitar sentirse mal. ¿Quién dice que los mafiosos no pueden tener un poco de piedad?

—Puedes llegar a casa sola ¿Verdad?—

Asentí con la cabeza, pero en el fondo yo misma me preguntaba ¿Cuál casa?. No había una casa para mí desde que mi hermano murió. Podía sentir como mi cuerpo se estaba entumiendo, mi cabeza empezó a sentirse muy lejos de mi cuerpo, y podía sentir como mis ojos se cerraban y por más esfuerzo que hacía para mantenerlos abiertos no podía, de repente sentí como mi cuerpo recibió un gran golpe contra el suelo y mi mente desapareció hasta no sentir nada, como un sueño profundo

—Lo que me faltaba—Se quejó Tom cuando vio a Rachel caer al suelo—¿Qué haces?—Indago cuando noto que el rubio la cargó en sus manos e iba directamente al auto

—Abre la puerta Tom, no te quedes parado—
—¿Estás loco? No estás pensando en llevarla a la mansión ¿Cierto?—
—¿Entonces que?¿La dejamos aquí?—
—¡¡Pues si!!—
—Por supuesto que no, Está sangrando ¿No lo vez?, La pierna le está sangrando, y también el abdomen, al menos que pase la noche en la mansión después se irá, no es la primera vez que hacemos esto—
—Pues no, pero acaso ya olvidaste lo que pasó ¿Aquel día?—
—Es una mujer Tom, es débil ¿Crees que se va a poner a encendiar en llamas la mansión, te aseguro que ni nos conoce—

Tom rodeo los ojos, tomó las cajas de pizzas que Gustav había puesto en el capó del auto, recostaron a Rachel en los asientos de atrás, ambos se montaron dentro hasta abandonar aquellas calles. Tom, quien estaba manejando, tuvo que tomar otro rumbo cuando se percató que la sirenas de las patrullas venían de la dirección contraria, esto para no levantar sospechas, cuando llegaron a la mansión Tom tomó a Rachel en las manos, mientras Gustav se encargó de llamar al doctor personal del bando. Goerg y Bill rápidamente se pusieron de pie sorprendidos al ver el cuerpo

—¿Pero que mierda Tom?—Se quejó Bill
—Ni me mires Ami, fue idea de Gustav—

Cuando Gustav apareció por la sala, abrió paso entre sus amigo hasta arrodillarse frente a Rachel y ponerle un poco de suero que le había dicho el doctor en lo que él llegaba