𝟏𝟎| 𝙼𝚒 "𝙹𝚞𝚜𝚝𝚒𝚌𝚒𝚊"

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Una silueta, con un cigarrillo en las manos se encontraba observando a Rachel desde afuera, por las ventanillas pequeñas de la habitación de entrenamiento, pero ella aún no notaba su presencia, estaba concentrada en el costal. Para Tom era un costal, para Rachel era el rostro de Lexi, miraba con rabia el costal y no tenía intenciones de parar, sus nudillos estaban rojos pero ya se estaba acostumbrando al dolor, y no precisamente al de los nudillos

—Debería entrar y decirle que ¿Pare?. Lleva tres días allí adentro, y no para, lo único que bebe es agua—Dijo Tom al ver que Georg se había puesto a su lado para también observar
—No, relájate hay cosas que llevan su tiempo y otras que el tiempo se las lleva, deja que su dolor se lo lleve el tiempo, creo que ha sufrido demasiado—Contestó Georg

Después de unos segundos se dejó oír por el pasillo algunos pasos bruscos, Tom y Georg al escucharlo voltearon la cabeza, y se encontraron con Gustav, tenía el rostro serio y sin decir nada entró a la habitación de entrenamiento. Ellos se quedaron observando

—¿No piensas comer?—Indago el rubio, Rachel no contestó—Para ser fuerte también necesitas comer, no solo es entrenamiento—Rachel seguía sin contestar—En fin no vine por eso. Debes ducharte, te han aceptado en la comisaría y hoy empiezas. Así que prepárate—

Rachel pegó el último puño y Gustav salió de la habitación. Tom fue detrás de él, Georg se quedó unos segundos, entro a la habitación cuando notó a Rachel de pie, sin moverse con la mirada fijamente en el costal

—Deja el miedo a un lado, llevas...—Empezó a contar con sus dedos—llevas casi una semana aquí adentro, y con dos vidas en tus manos, y aún así no puedes dejar ese miedo, de que te sirve entrenar sin parar si aún tienes miedo ¿He?. Crees que entrenar sin límites serás mejor que ¿Lexi? Este mundo no solo se trata de entrenar si no de ser inteligentes también—Rachel se quedó una vez más en silencio—¿No dices nada?—Susurro por su nuca cuando este se acercó

—Abriendo los ojos se aprende más que abriendo la boca—Respondió—Y estoy siendo mejor que ayer, no mejor que nadie—

Rachel tomó su botella de agua y salió de la habitación sin decir más, dejando a Georg con la ceja elevada quien estaba tratando de buscar algunas palabras ante eso pero simplemente no había nada.

Rachel subió a su habitación para meterse a duchar y quitarse todo el sudor de tres días acumulados, para cuando salió un uniforme negro la estaba esperando en medio la cama. Un par de botas, un chaleco anti balas demasiado grueso, una camiseta de cuello negro manga corta y por último unos pantalones cargo color negro

—Oh pues si que vas hacer justicia por el pueblo—La voz de Bill se dejó oír por la habitación al mismo tiempo que soltó un un silbido—Viendolo bien con esa mirada si que te pareces a Gary, aunque no entiendo por qué Gary tenía los ojos azules y tú verdes—

—Mi madre tenía los ojos azules y mi padre verdes. Supongo que fue viceversa—Contestó
—¿Y que paso con ellos?...tus padres digo—

La pequeña sonrisa de Rachel se desvaneció cuando su cabeza se invadió de los último recuerdos que tenía de ellos, juraba que eran felices pero de un día para el otro la felicidad se desvaneció al igual que Gary

—Esta bien, no tienes que hablar de eso si no quieres—

—Luego....—Musitó—Me tengo que ir, Gustav me está esperando—

—Rach—Llamo Bill antes de que ella pudiese salir de la habitación—Recuerda porque te convertiste en lo que eres ahora, esto cada vez será más difícil—Decía—Pero las situaciones difíciles construyen personas fuertes—

𝗢𝗻𝗲 𝗢𝗳 𝗨𝘀; Tokio Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora