La Torre de los Valientes

Que quede claro: el líder soy yo

Noté que Dorian y Kimberly se colocaban cada uno a mi lado sin soltar las lanzas. Agradecí su apoyo y me quedé mirando a los jugadores recién llegados. Comprobé que Rashad, el chico hindú que había tratado de robarme antes, también se había unido al grupo.

Rashad evitó mirarme a los ojos y centró su atención en los numerosos cadáveres que llenaban la estancia.

—Los objetos de aquí son nuestros —les informé sin andarme con rodeos—. Nosotros llegamos primero.

—¿Qué tal si trabajamos juntos? —preguntó para mi sorpresa el que tenía el nick resaltado en rojo—. Podríamos formar un buen equipo.

—Prefiero no juntarme con asesinos.

Imbécil soltó un pequeño resoplido como si mi respuesta le pareciera graciosa.

—¡Mira quién habla! Tengo entendido que mataste al segundo en la clasificación. Me sorprende que tu nick no esté en rojo.

—Él me atacó primero. Yo solo me defendía.

—De todas maneras, también eres responsable de la muerte de Jack.

—¿De quién? —pregunté confundido.

—El de pelo punki, ¿no te acuerdas? El que le diste las flores falsas y lo penalizaron con puntos negativos.

Arqueé las cejas algo confundido y de pronto reparé que aquel chico ya no estaba en el grupo. El matón siguió hablando.

—Por tu culpa recibió una maldición que reducía sus estadísticas un 30%. Se volvió lento y débil. ¿Qué crees que le pasó? —Hizo un pequeño silencio—. Le mordieron.

—Oh, qué pena —contesté con sarcasmo—. ¿Y por eso tu nick está en rojo?

—No, yo solo empujé a un inútil que me bloqueaba el paso delante de unos zombis, pero no lo maté de forma directa. Deberías ser tú quien llevara el nick en rojo, no yo.

Suspiré con cansancio.

—Oye, mira, me encanta hablar contigo, pero... estamos perdiendo el tiempo. Mientras nosotros estamos charlando, otros jugadores podrían estar completando las misiones secundarias.

—Ya veo. Tú debes ser uno de esos frikis que siempre se obsesiona con completar los videojuegos al máximo, ¿verdad?

—Ahora entiendo que tu nick ponga: Imbécil.

El chico se puso muy serio y se intercambió el machete de una mano a otra. Parecía enfadado.

—Me llamo Víctor.

—Me da igual cómo te llames. Si quieres pelea, simplemente dímelo. Tú y yo solos. No me importaría ganar experiencia y quedarme con tus objetos.

De repente, se envió una solicitud de duelo de forma automática. Víctor miró su pantalla con sorpresa. Yo tampoco me lo esperaba.

"Elros te ha retado a un duelo a muerte. ¿Deseas aceptarlo?" "Los duelos sirven para resolver disputas entre jugadores. El perdedor del combate se verá obligado a cumplir la parte del demandante. [Haz clic en detalles para comprobar los términos del duelo o modificarlos]"

El joven de cabeza rapada pareció achantarse ante la idea de un combate en solitario. Extendió su mano derecha llena de tatuajes sobre el panel y canceló mi solicitud.

—No vine para esto —comentó Víctor muy serio—. Yo también estoy tratando de completar las pruebas. —De repente, se giró hacia sus compañeros—. Vamos, este cabrón está loco. Vayamos al siguiente punto en el mapa.