La Torre de los Valientes

El ganador del tutorial

Me dirigí al último punto de misión, es decir, a la tumba donde encontramos la pala anteriormente y que decidimos dejar para el final. No pensé que nadie se pusiera a cavar sin pala, pero lo hicieron.

Cuando llegué, me encontré con varios cadáveres de jugadores y zombis repartidos por todo el lugar. Observé que, en el agujero de más de un metro, se distinguía un ataúd, pero no parecía que nadie lo hubiera abierto aún.

De pronto, escuché un quejido.

Kevin nivel 3

Salud: 6/35

Estado: Fémur roto, sangrado en la pierna detenido por torniquete

—¿Qué ha pasado? —pregunté agachándome junto a él.

—Estábamos a punto de... completar la misión, cuando de pronto, un grupo de zombis nos atacó —respondió el joven de piel oscura haciendo una mueca de dolor—. Salieron de debajo de nosotros en cuanto encontramos el ataúd. Mataron a mis compañeros.

Desvié la vista hacia la tumba con intriga. Si la misión seguía marcada en el mapa, significaba que todavía faltaba algo por hacer. Me acerqué al ataúd y lo abrí con cuidado. Dentro, me encontré con un cadáver putrefacto con la boca exageradamente abierta y algunos gusanos devorando lo que le quedaba de carne en su cuerpo. El cadáver descompuesto abrazaba un libro negro contra su pecho.

"Guía básica para principiantes que desean escalar la Torre".

Así que a eso se refería la lápida con "cava tu propia tumba para obtener respuestas". Las respuestas que prometían eran un simple libro. Me resultó algo decepcionante.

Lo metí en mi inventario y vi cómo de repente el punto en el mapa se daba por completado. Miré con algo de pena a los tres muchachos y la chica que habían muerto cerca de la tumba. Activé mi visión para comprobar si me faltaba algo más y observé que en la boca del muerto aparecía un panel con el siguiente mensaje: "objeto oculto". Probablemente, solo alguien con el nivel de Visión 2 podría encontrarlo.

Arrugué la cara con asco y me atreví a meterle la mano por su boca desencajada y viscosa. El movimiento hizo que un ciempiés enorme se escapara por uno de sus oídos y huyera buscando un nuevo refugio.

—Joder qué asco... —solté en voz baja mientras intentaba palparle con los dedos el fondo de su garganta podrida.

De pronto, noté que había algo clavado en su campanilla y jalé de ello hasta que se desprendió.

"Anillo de los muertos. [Objeto consumible: Clase SSS]. Al equiparte este anillo sellarás un pacto con la muerte. Obtendrás un 4% de probabilidades de robar habilidades de tus enemigos derrotados. La probabilidad aumenta hasta un 44% si son élites o jefes de mazmorra"

—¿Encontraste algo útil en ese ataúd? —preguntó Kevin desde su posición mientras aún seguía apoyado en uno de los árboles cercanos.

—No, nada interesante —le aseguré de inmediato mientras me colocaba el anillo. En cuanto lo hice, metal plateado se evaporó en una especie de nube fantasmal hasta que no quedó ni rastro—. Solo hay un libro.

"¡Felicidades, has hecho un pacto con la muerte! Has obtenido la habilidad oculta: Ladrón de almas"

—Maldita sea. ¿Toda esta matanza por un estúpido libro? —se quejó el muchacho respirando con dificultad.

—Tranquilo, te lo prestaré en cuanto termine de leerlo —Le informé mientras me agachaba para registrar los bolsillos de sus compañeros muertos.

—¿Qué estás haciendo?

—Comprobar si llevan algo útil —contesté sin importarme lo que pensara.