Estrechando lazos

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Esa misma mañana, Margaret nos ofreció sopa de verduras y un poco de pan. Luego, nos fuimos a descansar a nuestras respectivas habitaciones. Cada habitación disponía de espacio suficiente para tres personas. Dentro, había una litera y una cama individual.

La encargada de la taberna pretendía que me quedara a dormir en la misma habitación que Rashad y Víctor, simplemente, porque ese era el orden de la clasificación, pero por suerte, pude hacer un cambio con Silvia. A la chica de nick naranja no le importó porque parecía llevarse bien con ellos. Por lo visto, había formado parte de su grupo durante el tutorial.

En lo que negocié la habitación, mis compañeros aprovecharon para elegir su cama y acostarse a dormir. Así que no me quedó más remedio que quedarme con la litera de abajo.

De pronto, noté que la cría de murciélago, que aún llevaba escondida, se movía y trepaba por el interior de mi camiseta. La saqué fuera y me quedé mirándola durante unos segundos valorando si debía soltarla en el bosque.

Al sujetarla en mis manos, la pequeña rata voladora restregó su cabecita contra mi piel de forma cariñosa. Sonreí con cansancio y la coloqué con cuidado encima de mi cama antes de comenzar a quitarme la ropa. Después de quedarme en calzoncillos, me dejé caer agotado.

Lo primero que noté fue que el colchón era de muy baja calidad. Apostaría lo que fuera a que estaba relleno de paja y hojas secas. Las sábanas no estaban limpias, olía a gente desconocida. Además, la habitación apestaba con el sudor de mis compañeros tras la batalla. La vida de un aventurero de otro mundo era mucho más dura de lo que me había imaginado.

Noté que de pronto el murciélago se restregaba contra mi oreja de forma amigable y poco después me quedé dormido. No desperté hasta que se hicieron las 4 y media de la tarde. Lo primero que noté fue un extraño picor en la espalda, pero no le di importancia. Al cabo de un rato, me despertaron unos gritos.

—¡Elros, levanta! ¡Tienes un puto murciélago en tu espalda! —gritó Dorian agarrando su lanza con nerviosismo.

Me desperté sobresaltado y extendí mi mano rápidamente hacia él para que no le hiciera daño.

—¡No, no! Tranquilo. Es solo una cría.

—¿Qué? ¿No me digas que te has traído ese bicho desde el tutorial? —preguntó el rubio con asombro.

Agarré la oscura bolita con alas que se había asustado y traté de tranquilizarla. Comprobé su estado con mi visión para ver si estaba bien.

"Cría de murciélago - nivel 3"

Salud: 8 / 8

Ataque: 2

Defensa: 1

Destreza: 3

Bonus de ataque +1, Bonus de vida +2 (Tiempo: 9 horas 41 minutos)

Estado: Sobrealimentado. Los monstruos con este estado se desarrollan más rápido y pueden adquirir bonus temporales o habilidades especiales. Sobre todo, si se alimentan de jugadores.

—Vaya, supongo que me estaba chupando la sangre, ¿no?

—Sí, te ha mordido —contestó Dorian después de confirmar que me había dejado la marca de sus pequeños colmillos—. ¿Cómo puedes meter esa cosa en tu cama? ¿Y si nos pega la rabia a todos?

Abrí la interfaz y comprobé mi estado de salud. Me faltaban 2 puntos de vida, pero no tenía ningún efecto negativo.

—Tranquilo, parece que está limpio.

—Amigo, estás completamente loco —me reprochó Kevin desde su cama con mirada crítica. —El rubito tiene razón. Podría ser peligroso. Si no quieres matarlo, al menos deberías soltarlo por ahí.

La Torre de los ValientesWhere stories live. Discover now