Capitulo 14

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Thomas Gethwine.

En mi corta vida, este momento jamás pasó por mi cabeza y mucho menos con Michelle Duvessa. Sin embargo, me seguí riendo hasta que mi estómago dolió, no me había sentido así desde hace un año, la observé y su sonrisa era tan pura y cálida que hizo que me olvidará de la realidad, me olvidé de que llovía, que estábamos en medio de la nada tumbados en un charco y que probablemente nos daría un resfriado al día siguiente.

Tengo miedo porque creo que la estoy dejando de odiar.

—Deberíamos seguir —me levanté rápidamente y extendí la mano ofreciéndole mi ayuda.

Espero que no vuelva a tirar de mi para caer, tomó mi mano y la ayude a levantarse, luego de un rato llegamos a la dichosa gasolinera de la que Evan me había comentado, me dí cuenta de que estaba muy bien cuidada. No era una gasolinera también era un taller mecánico.

Aleluya.

—Espero que el dueño no sea un psicópata que tiene sed de matar adolescentes —comentó Michelle.

Esta chica veía muchas películas, sin duda alguna.

—Esto no es una película, Duvessa —mantuve el gesto serio.

En realidad, me estaba riendo internamente por su comentario tenía un buen sentido del humor en malas situaciones. Estamos empapados, sin batería y una llanta rota.

No olvides de que casi mueren.

Cierto, lo olvide, casi morimos en la carretera.

Entramos a la gasolinera y el señor del mostrador nos vio con gesto confundido, estaba arreglando una clase de radio antigua. Odio hablar con gente desconocida pero no tenía de otra mi compañera no lo iba a hacer por mi. Asi que, le explique la situación y no dudo en ayudarnos salió en su camioneta ochentera a buscar mi auto.

Su esposa se quedó con nosotros, tenía el cabello blanco, lentes y una camisa azul con su nombre bordado en color dorado. Su nombre era Nancy. Se veía inofensiva supongo que las teorias de Michelle no son ciertas.

—¿No son de por aquí? —divagó la señora.

Yo no iba a hablar.

—E-eh no, somos de California —le respondió la castaña.

—No suelo ver muchos adolescentes por aquí.

Bien, eso sonó como en las películas.

—Ya sabe, viajes con amigos jejeje —Michelle intentó ocultar el miedo en su voz.

Estoy pensando en mil maneras como salir de aquí, el viejo radio puede ayudarme para defen...

—Veo que tu novio no habla mucho —mumuró mirándome con una sonrisa.

¿Novio?

Eso quisieras.

Michelle bebia agua de una botella y al escuchar esto, comenzó a toser como una loca y tenia las mejillas enrojecidas. Parecía un tomate.

—¿Novio? No claro que no, ya sabe cuando no hay espacio en los demás autos, tienes la obligación de irte con alguien que no conoces en un viaje de tres horas y media —lo dijo tan rápido que apenas pude entenderlo.

La señora mostró asombro, pero solo le dedico una amable sonrisa, supongo que no se le entumece la cara por tanto sonreír. Michelle se alejó a buscar algo de comer y me quedé en el mostrador observándola.

—Veo que te gusta —se dirige hacia mí.

—No entiendo de que me habla —respondí indiferente.

Erase una vez...Where stories live. Discover now