cincuenta y tres; los efectos del alcohol

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Amelia no tenía idea de cuánto alcohol había en su sistema para ese punto, su cabeza daba vueltas y su piel le quemaba como si estuvieran a más de cuarenta grados, a pesar de que el aire acondicionado de aquel bar estuviera al máximo y su chaqueta estuviera tirada en alguna parte de la mesa en la que estaban sus otras pertenencias.

La pista de baile ya no se sentía tan abrumadora como cuando Charles le ofreció su mano.

—Oh por dios, chica. —escucho que una mujer de cabello corto la alagaba al verla mover sus caderas al ritmo de la música.

"The way i are" resonaba por todos lados. Como si se tratara de una película, de aquellas en las que todo el mundo se gira a mirarla bailar, las pequeñas gotas de sudor que bajan por su cuello le dejaban la piel brillante.

Sin darse cuenta, esas pequeñas gotas relucientes llamaban la atención de más de un hombre en el lugar, incluyendo a Charles, mismo que permanecía un poco distanciado fingiendo que aún se preocupaba por Gen, quien le había dicho lo difícil que era bailar con los tacones altos y prefería que la sujetara por la cintura para evitar que cayera al suelo.

— ¿Qué le pasa? —pregunto Tiana acercándose a Hanna para averiguar sobre el extraño comportamiento de la pelirroja.

Ella nunca actuaba así, cuando salían o había más personas que no estuvieran incluidas en su grupo de amigos, optaba por ser un poco más reservaba de lo usual. De alguna forma, sabían que su pequeño trauma familiar y los constantes comentarios de su madre la volvían una chica insegura ante los comentarios ajenos, aunque fingiera que no. A las demás no les molestaba que ella prefiriera  ser una observadora en lugar de ser parte del show, así funcionaban bien, ese era su rol en su grupo y todas la querían.

—Creo que esta ebria. —le dijo la rubia como si no fuera obvio. —Yo la veo feliz.

—Se va a arrepentir de esto cuando el dolor de cabeza aparezca. —Ale se unió a la conversación.

—Lia odia llamar la atención.

—No puedes culparla por estar acaparando miradas. —volvió a decir. —Es latina, por supuesto que los hombres la van a voltear a ver, mira esos movimientos.

Las otras dos miraron al lado. —Tienes novia.

—Rox no se enoja, ella acepta mi enamoramiento por Lia, además, ya sabemos que ella va a acabar con Charles.

Hanna hizo una mueca. —No si él y Gen acaban juntos hoy.

— ¿Por qué lo dices? —una voz interrumpió la futura respuesta de la chica. Kali se acercaba con una enorme sonrisa jalando a Lando de la mano.

—No van a creer a quien me encontré. —les dijo con emoción. — ¿Recuerdan a mi primo?

— ¿El sexy de ojos bonitos?

—No es sexy, pero aja, él.

— ¿Esta aquí?

—Sí. —Kali alzo su vista para buscar al mencionado. —Estaba por aquí hace unos...Oh.

— ¿Qué? —la morena señalo al frente, donde Amelia y Thomas, el primo de Kali, bailaban una nueva canción.

—Oh. —volvió a exclamar Tiana. —En verdad se va a arrepentir mañana. —comentado más para Kali, quien era la única ahí que sabía sobre los sentimientos de Amelia a parte de ella.

Charles seguía moviendo sus pies según el ritmo sin soltar a Gen, a pesar de que sus ojos no pudieran separarse de la pareja a unos metros de él. Vio como el chico sujetaba las caderas de Amelia mientras ella se movía hacia abajo lentamente, por inercia, apretó a Gen contra él, tratando de controlar sus celos.

Gen, interpreto eso como una señal, por lo que comenzó a subir sus manos por su pecho tratando de encontrase con los ojos verdes que seguían atentos al frente.

Amelia dio una vuelta pasando una de sus manos por el dobladillo de su falda subiéndola un poco, fingiendo que no sabía de la intensa mirada del monegasco sobre su cuerpo.

¿Qué estaban haciendo?, no eran Maddy y Nate en Euphoria.

Arthur llamo a su hermano y sus amigos diciéndoles que en una de las mesas estaban jugando body shots, llevándose a Gen y Rox junto a él, dejando a Charles estancado en medio de la gente viendo como Amelia se movía contra el pecho de otro.

—Deberíamos ir por algo de beber. —sugirió Thomas girándola para que Lia quedara cara a cara con él. —O a algún otro lugar.

—Uhum. —las palabras no le salían, su mente estaba muy concentrada restregándosele y siguiendo la música como para formular algo coherente. Thomas le sonrió y poco a poco se acercó hasta quedar a centímetros esperando una reacción de su parte.

Ella no se movió, su capacidad de controlar sus acciones había desaparecido, incluso cuando él británico unió sus labios a los suyos, sus manos no se levantaron para empujarlo lejos, su voz no salió para impedir que el contacto se profundizara a pesar de desear terminar con este.

No se había dado cuenta de lo mucho que el alcohol le había hecho afectado hasta que le sensación de ansiedad la abordo, al no poder impedir el beso con Thomas, su mente comenzó a preguntarse qué pasaría si él quería llevar las cosas más lejos, ¿Cómo se negaría si a penas podía pensar con claridad?, intento conectar sus ideas para tratar de separarse. Queriendo que sus pies le hicieran caso y se apartaran. Aunque no fue necesario. Antes de poder recuperar el manejo de sus articulaciones, alguien más ya había quitado a Thomas de donde estaba. 











𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥 𝘾𝙝𝙖𝙩 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now