ochenta y seis; vestido azul

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Amelia apago la televisión justo cuando la chica en la pantalla iba a ser asesinada por el hombre con mascara.

—Estúpidas películas de terror. —murmuro encendiendo la luces de su habitación. El viernes antes de la boda había terminado siendo uno de los días más tranquilos para ella. Su hermana estaba en un lugar de masajes por lo que no la necesito gran parte de la tarde.

—Lia. —la llamaron del otro lado de la puerta. —Te llego una caja.

— ¿A mí?

—Aja. —su compañera espero a que le abriera para entregarle la elegante caja de color rojo. — ¿Encargaste algo?

—No.

—Bueno, quizá algún admirador. —dijo retirándose a su propio cuarto.

La pelirroja abrió los ojos asustada ante eso.

¿Qué posibilidad hay de que un asesino le enviara la cabeza de alguno de sus amigos?

Eliminando esos pensamientos, decidió quitar la envoltura de la caja revelando una caja más pequeña con el logotipo de Ferrari.

Sin darse cuenta, una sonrisa se formó en su rostro de inmediato.

Ignorando el mensaje que Alex le había enviado y los audios que ya tenia de Charles, tomo una fotografía de la caja y se la envió a su amigo.



Lia

Algo que decir?



Con emoción, abrió la tapa revelando papel dorado cubriendo lo de adentro. Teniendo cuidado de no romper nada, despego dichos papeles dejando ver una tela de color azul, del mismo azul que su feo vestido.

—Mierda. —se dijo sacando la prenda de su lugar.

Parecía ser hecho de seda, brillante y largo. De su talla.

Amelia nunca había visto un vestido tan bonito, ni tan suave. Ni tan costoso.

Bajo el vestido, había otra prenda de vestir, más pequeña. Y una tarjeta.

"Las personas hacen sacrificios por los que aman, tú sacrificaste tu vestido por el regalo de tu hermana. Y yo sacrifique mi cupón de descuento en Ferrari por ti. No te preocupes, aún tengo mucho dinero en mi cuenta, así que no es un gasto que me lastime.

En caso de que lo olvidaras, tengo mis influencias con esta marca.

Disfruta usar este vestido, una mujer tan bonita como tú merece lucirlo.

Pd: el segundo regalo es una muestra de mi apoyo, aún necesitas un mejor trabajo y un celular nuevo."

La carcajada que salió de sus labios resonó en la habitación al ver la lencería roja. Por supuesto que sería roja. Tuvo que tomar unos minutos de apreciación para poder pensar en que escribirle en agradecimiento. Tardo más de lo esperado.

Y cuando el vestido estuvo guardado, pensó que quizá a Charles le gustaría una fotografía con ella luciendo la lencería, solo para agradecer.

Con las mejillas rojas, desecho esa idea.

Al levantarse de la cama para buscar algo de cenar, la tarjeta cayó al suelo, alertándola. Fue entonces, que se dedicó a verla de nuevo. Prestando atención a los detalles. La firma, la letra. El pequeño dibujo de una fresa en la esquina superior.

Sujetándola fuerte, busco algún lugar en donde ponerla. Encontrando una caja que usaba para guardar cartas de feliz cumpleaños que su padre le escribía cuando era una niña.

Viendo la tarjeta junto a las cartas. Sintió eso que debía sentir.

Y se dio cuenta que así era como quería sentirse cada vez que se tratara de Charles.

𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥 𝘾𝙝𝙖𝙩 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now