cincuenta y cuatro; aventuras de media noche

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— ¿Qué te pasa? —le grito el chico cuando sintió que lo empujaban lejos de la chica. — ¿Cuál es tu problema?

Charles lo ignoro caminando directo hasta Amelia quien parecía no reaccionar ante lo que ocurría. La pelirroja miraba a todos lados como si tratara de encontrar algo.

—Ame. —la nombro sujetándola de las mejillas ayudándola a enfocar su vista en él. — ¿Estas bien? —el balbuceo de Amelia lo hizo rodar los ojos. —Nos vamos, ya.

Thomas se detuvo frente a él evitándoles el paso. —Oye, no te la vas a llevar, ella está conmigo.

—Pues ahora se va conmigo. —el chico intento tomar la mano de Amelia tirando un poco fuerte en el proceso. —Suéltala.

—Lia. —insistió.

—Te dije que la sueltes. —Charles la coloco tras de él protegiéndola.

—Ella y yo la estábamos pasando bien, no entiendo porque vienes a joderlo. —reclamo.

—Esta ebria, ¿Acaso sabes lo que significa consentimiento?, ¿Te das cuenta que no es válido si esta alcoholizada?

Uno de los amigos de Thomas lo tomo del hombro. —Déjalo así, amigo. No vale la pena.

Los dos se miraron desafiantes por unos segundos, siendo Thomas el primero en apartarse.

Charles tomo esa oportunidad para llevarse a Amelia en dirección a algún pasillo menos concurrido, no sin antes escuchar aquella voz de nuevo.

—Voy a llamarte luego, Lia.

—Vete a la mierda. —le grito el monegasco de regreso apresurando el paso, evitando a un par de sus amigas que los vieron curiosas.

Tuvieron que pasar unos minutos para que Amelia pudiera darse cuenta de donde estaba y con quien. La botella de agua que había estado tomando se estrujaba entre sus dedos debido a su nerviosismo, sin poder levantar la vista temiendo encontrarse con unos ojos llenos de furia. Mientras que Charles seguía parado con los brazos cruzados.

Se sentía avergonzada, toda la razón había regresado a ella, y se preguntaba cómo es que había podido bailar así en frente de todos, casi por inercia, tiro de su falda para abajo.

—Yo mejor voy con Tiana para que...—quiso levantarse fallando al momento. Charles la hizo sentarse en el banco de nuevo. —Ella me iba a llevar a casa.

—Te iras conmigo. —el tono cortante la asusto.

— ¿Estas molesto?

—Sí.

Amelia mordió su labio. — ¿Conmigo?

Charles soltó una risa llena de ironía. —Sí Amelia, contigo. ¿Con quién más estaría molesto?, ¿Te das cuenta de lo que pudo haber pasado?

—No sé de qué...

—Todos te estaban viendo, todos querían acercarse a ti. Pudiste correr peligro y lo único que hacías era bailar y beber sin control.

—No me grites. —contesto bajando la mirada.

—Pues parece que necesitas que te grite porque a penas y puedes prestar atención. —la regaño. —Como si fueras una niña pequeña, te dije que estabas bebiendo demasiado, no me hiciste caso. Es casi como si quisieras que algo malo te hubiera pasado, no pensaste en lo absoluto.

—Si estaba pensando, es solo que no podía...

— Sí, ¿Y en qué pensabas?, beber así, bailar en frente de todos, cuando no quisiste bailar conmigo. —puntualizo. —Besar a quien sabe dios quien, ¿te das cuenta de que pudiste haber acabado en el cuarto de un completo extraño si no te sacaba de ahí?

La chica inflo su pecho tratando de agarrar aire. —No soy una zorra, no lo hubiera hecho. —soltó en un frágil temblor.

Charles suavizo su expresión en cuanto la escucho, sus manos cayeron a su costado en señal de rendición. —No dije que lo fueras. —aclaro acercándose. —Me preocupa que hubiera pasado si hubieras estado sola. O si no me hubiera dado cuenta.

—Yo...estaba tratando de apartarlo, te lo juro. —susurro queriendo detener su inconsciente sollozo. —Te lo juro, Charles.

El mayor la miro. Amelia estaba ahí, con él y un poco más cuerda. Gritarle ya no servía de nada porque el posible peligro que corría ya no existía, ahora más tranquilo, y viendo la situación sin celos y desde el lado de un amigo, ella se sentía apenada y con miedo, de que los efectos del alcohol provocaran algo más en ella.

—Ya sé, Ame. Ya sé. —la apretó contra su cuerpo abrazándola mientras peinaba un poco su cabellera. —Vamos a casa, ¿está bien?

La chica asintió.

El camino de regreso al departamento de Amelia fue silencioso, la pelirroja se había quedado dormida en el asiento del auto que él había rentado para moverse en Inglaterra, por lo que el espacio solo era llenado por la música de la radio. De vez en cuando, Charles la miraba asegurándose de que siguiera descansando, en una luz roja, movió su mano para tomar la sudadera que estaba en el asiento de atrás y pasarla sobre el cuerpo friolento de la chica, rozando sus dedos con la piel de su hombro.

Muy a su pesar, Amelia tuvo que despertarse para sacar las llaves del departamento. Una vez ahí, lo invito a pasar.

—Tú puedes sentarte ahí, iré a vomitar un poco. —le dijo cerrando la puerta del baño. Charles se acostó sobre la cama justo como ella le dijo, dejando que el aroma a gomitas de cereza llegara a él. Con la sonrisa en su rostro, se acomodó aún mejor sintiendo un poco de paz después de una noche bastante intensa.

Para cuando Amelia salió del baño, ya con el pijama puesto y su cabello en una trenza, Charles se había quedado -accidentalmente- dormido. Con cuidado, se metió entre las sabanas procurando no moverlo, permitiendo que él se cobijara también. Estaba quedándose dormida de nuevo cuando escucho la puerta de su habitación abriéndose lentamente.

— ¿Lia? —la llamo su compañera.

— ¿Sí?

—Solo quería sabe si ya habías vuelto. —le manifestó su angustia. — ¿Te divertiste?

—Más de lo que debí.

— ¿Y quién es él?

Amelia suspiro. —Nadie.

La otra chica analizo lo poco que podía ver a través de la oscuridad, reprimiendo su curiosidad. —Bien, descansa.

Charles se despertó primero, pero casi un minuto después Amelia abrió los ojos sintiendo la falta de calor en su cama. Desayunaron juntos, él se burló un poco de ella cuando las chicas les mandaron los videos de la noche anterior. Ella lo golpeo con un pan quemado.

Se despidieron, puede que a ella se le salieran un par de lágrimas luego de que él se subiera a su avión.

Charles pasó el resto del viaje a casa pensando en la increíble semana que había pasado, no solo con Amelia, sino con todos.

Disfruto mucho de su compañía. Algo bueno, tomando en cuenta que sería la última vez que se reunirían los diez jóvenes. 






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Necesito algunos capítulos de relleno y mi estupidez no da para tanto.

¿Si ustedes estuvieran en el grupo chat de que hablarían?, ¿alguna idea?

𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥 𝘾𝙝𝙖𝙩 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now