꧁༺օʟɖ ʟօʋɛ༻꧂
Un viejo amor.
Cindy Jones era un camaleón.
Nunca nadie sabía dónde estaba o como lucía, pero deckard shaw juraba poder encontrarla con solo verla durante unos segundos.
Pero Cindy no quería ser encontrada.
Quería perderse en el abismo...
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ＡＬＧＵＮＯＳ ＡÑＯＳ ＡＴＲÁＳ
「 PARTE DOS 」
♡
Sus manos temblaron mientras intentaba contactarse con deckard, pero le daba apagado. Sentía que en cualquier segundo iba a tener un colapsó o se desmayaria. Intento nuevamente marcar el número de su pareja mientras sentía como todo su cuerpo temblaba y el sudor frío bajaba por su espalda. Su mente sólo podía pensar en lo peor, todo era trágico en ese momento y Shaw no estaba para decirle que todo estaría bien.
Se encontraba sentada en lo que parecía ser una sala de estar un poco más privada. Después de que la doctora se haya ido por más de una hora, volvió y le pidió que la acompañe hasta esta nueva habitación, porque tenía algo que comunicarle.
Moriría en cualquier segundo.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a su doctora. Suspiro bajando su teléfono móvil, dejándolo apoyado en su regazo. No saber que estaba pasando, la estaba volviendo loca.
—¿Me dirá que esta pasando?—Le pregunto sintiéndose débil como nunca antes se había sentido ante una situación. Esa bebe era su debilidad absoluta y algo le sucedía, ella moriría junto a esa bebe.—Necesito saber que esta pasando.
—¿Deckard no vendrá? Sería bueno que él estuviera aquí contigo para esto.—Le recomendó.
—No.—Contesto tajante.—Puede solo decirme que esta sucediendo con mi bebé, dijo que no tenía que preocuparme por nada y ahora estoy aquí.—Insistió sintiendo como su corazón golpeaba con fuerza dentro de su pecho.
—La doctora martin esta viniendo. Ella te lo explicará todo, no te preocupes, ni te alteres por demás Cindy.—Pidió en un tono suave.—Tienes que estar tranquila por la bebe.
A los segundos la puerta fue abierta nuevamente, ahora si, por la doctora Martin. Se acercó a ella, sentándose a su lado.
—Mira, Cindy.. Creemos que la bebe puede tener osteogénesis imperfecta.—Le informo, tomándola de la mano para darle apoyo.
—¿Qué es eso?
Lo doctora suspiro. No era una noticia fácil para darle a una madre joven y que estaba sola. Le dolía tener que decirle eso.
—Es un defecto congénito en el bebé. Esto hace que tenga huesos frágiles, los cuales se fracturan con gran facilidad y sin razón, en los casos más graves podemos ver fracturas en el útero.—Le informó sintiendo como la pelinegra apretaba su mano con fuerza.
Asintió ligeramente conteniendo las lágrimas con toda su fuerza. No quería llorar ahí, no quería verse débil ante el mundo.
—¿Cuál es el diagnóstico?—Pregunto seriamente esperándose lo peor, porque no había nada que le diese esperanzas en ese momento.
—Cindy..
—Dígame.
—Si realmente es del tipo dos, cosa que aún no sabemos.. y el bebe sobrevive al nacimiento, no suelen vivir más que unos días o unas pocas semanas.—Le confeso.
La pelinegra asintió ligeramente mientras las lágrimas comenzaban a bajar como si fuesen un río por sus mejillas. No tenía palabras en ese momento, ni tampoco sabía cómo debía sentirse. Era todo una mierda que jamás imagino vivir.
—Iré por decks y vendremos nuevamente para que nos diga que podemos hacer.—Murmuro con la mirada perdida en un punto inexistente de la pared.—Solo deme un momento. Estaremos aquí en la mañana, ¿Es posible?
—Si, por supuesto.
—Gracias, doctora..—Susurro levantándose de su asiento lista para irse de ese lugar.
Odiaba al mundo por hacerle eso a ella, por hacerle eso a su pequeña bebé. No entendía como el universo era de esa manera.
Subió a su auto y grito, grito como nunca antes había gritado. Grito hasta que sintio que su garganta se lastimaba, pero aun asi, no pudo sentirse mejor y era doloros. La gente se volteo a verla, pero nadie dijo nada.
